La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
La partidocracia es la fase de mercantilización de los comicios
De acuerdo a lo pronosticado, 2021 será un año con mayores restricciones presupuestales que el actual, se acabaron los guardaditos y la recaudación fiscal no será suficiente.
El gobierno federal no prevé aplicar un plan contra cíclico y el presidente López Obrador, habla de reactivar ‘desde abajo’, pero no plantea con datos prácticos lo que eso significa.
Con bombo y platillo, la 4T anuncia que el Tren Maya será construido con dinero del gobierno, lo cual puede parecer magnífico, sin embargo, implica que los capitales privados no piensan entrarle a un proyecto que no garantiza el retorno de la inversión, lo mismo ocurre con la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía.
Así pues, la pregunta obligada es ¿de dónde saldrá el dinero para impulsar la recuperación económica y los megaproyectos, si Hacienda misma señala una reducción del gasto?
Hasta el momento se ignora, todo se limita a discursos optimistas. Quizá el elemento más sólido, es que en el marco del T-MEC, la locomotora estadounidense arrastre los vagones mexicanos, lo que vox pópuli definiría como: poner todos los huevos en la misma canasta.
En todo esto, hay un tema notorio: los futuros comicios. La práctica incluye que, en año electoral, el dinero corra a mares, por lo tanto, preguntamos: ¿será que veamos campañas austeras o de plano se institucionalizará el ‘sobrecito’? ¡Trompo a la uña del INE!