Laberintos del Poder
Emilio Trinidad Zaldivar
Hundidos nosotros en la realidad de un país que se asfixia al no encontrar salidas a tanta sinrazón gubernamental, mientras él, el que es todo Palacio, vive en su país de ficción en el que no hay corrupción; la inseguridad disminuye; la pandemia cede; la crisis económica que ya teníamos antes de la emergencia sanitaria será pronto historia; la confrontación en Chihuahua se la crearon, México y todos con él, vemos sumar muertos por el Covid; cientos de asesinatos diarios por la violencia; desempleo y cierre de negocios y empresas, y una corrupción al alza como la reciente del oscuro peñismo.
Para Andrés Manuel López Obrador todo está bajo control; su gabinete es de pura gente honorable, distante de la corrupción; su hermano Pío es un santo; él, más cercano a un mediocre predicador que a un Jefe de Estado, que dice hoy haber vivido de la caridad de un pueblo pero recibía a montones dinero de gobiernos estatales y municipales para su belicoso movimiento, no ha probado más que ser un experto en alimentar odios; en dividir a mexicanos; confrontar, pelear, engañar, mentir, simular.
Tan ignorante como el que debería seguir pateando balones allá en Morelos, no entiende de sumas, de economía, de gobernabilidad, de la urgente conciliación para apaciguar a este país que decía había que serenar pero que lejos de eso lo hacer hervir en rabia acumulada por casi dos años de desgobierno.
Los días pasan y los problemas le crecen. Es evidente que le quedó grande el cargo, la silla, el Palacio; es claro que no mejoramos ni mejoraremos, que está rodeado por ineptos aduladores del error; que los pleitos con los gobernadores se ahondan; que su Guardia Nacional y Fuerzas Armadas matan a mexicanos. Pueblo contra pueblo. No hay rumbo, y las ocurrencias e improvisaciones van de la mano de las provocaciones.
Este no era el México que necesitábamos. Este no era el México que él decía conocer como nadie, entender sus problemas y contar con sus soluciones. Mintió y no sabe qué hacer.
Tuvimos a un Presidente ignorante como Vicente Fox, pero le siguió uno más ignorante como Enrique Peña Nieto, pero él, el de Tabasco, los mata porque además de ignorante tiene una arrogancia que le desborda, una soberbia que lo envenena, y una mediocridad que lo exhibe.
Y lo peor está por venir.
Puebla estará muy peleada
Siendo uno de las cuatro estados más importantes del país, Puebla se prepara para renovar su Congreso, los 217 ayuntamientos y sus diputados federales, en una elección que podrá ser además de muy concurrida, de resultados conflictivos, porque los partidos políticos que disputarán esos cargos no se darán tregua sabiendo que la situación del país y de la propia entidad, pasan por tiempos sumamente difíciles: a río revuelto…. ganancia de aspirantes.
Y mientras en el partido gobernante a nivel nacional se enredan en la elección de su dirigente, en Puebla nadie pretende ceder a la posible candidatura por la capital del estado, y siguiendo el ejemplo de los que quieren presidir Morena, se dan con todo y de todo.
La enorme experiencia parlamentaria de Miguel Barbosa no ha sido suficiente para calmar los ánimos al interior del partido por el que hoy gobierna la entidad, y tampoco ha podido sumar a otras fuerzas, otras corrientes, otras ideologías, otras militancias, en un pacto estatal que le pudiera permitir avanzar sin tantos sobresaltos, en el que todos se apoyen en busca del bien común, respetándose unos a otros.
Adicional a esto, se sabe que Barbosa no dejará pasar ni a Alejandro Armenta ni a Fernando Manzanilla ni a Claudia Rivera Vivanco, y que su carta es la del diputado local Gabriel Biestro, pero también se dice -por si esto no le resulta-, que juega con otra baraja para apostar por Eduardo Rivera como su candidato pero dentro del PAN, lo que sólo los viejos militantes de ese partido ven con buenos ojos, no así la actual dirigencia que encabeza Marko Cortés, porque saben de esa complicidad y lo consideran traición, no un acuerdo de conveniencia mutua.
Para muchos, el experimentado político y gobernador, tiene sus días contados en Casa Aguayo, porque aseguran que su pleito con López Obrador es real y va creciendo. De ser así, sería sumamente grave la intromisión -como hace algunos sexenios- de un Presidente en el destino de una entidad que a querer o no, se decidió por Barbosa como su líder y gobernante.
Por el lado del PRI las cosas también se ven color de hormiga ante tantos aspirantes a esa misma alcaldía, la tan peleada capital, que lo mismo quisieran volver a encabezar Enrique Doger que Blanca Alcalá; o la reiterada aspiración de Valentín Menéses, de Víctor Giorgana, Ricardo Urzúa, o Jorge Estefan Chidiac, con un PRI hoy inexistente en Puebla y en casi todo el país.
Ellos necesitarían, además de estratégicas alianzas y suma de enromes capitales, de un milagro que está difícil pudieran obtener.
Moralmente reprobados casi todos los partidos, pero de manera clara los del tricolor, no se ve que los poblanos puedan confiar en esas siglas tan conocidas como desgastadas, que lo único que han dado es miseria y estancamiento para la comunidad, mientras sus integrantes se han enriquecido de manera escandalosa y ofensiva.
Quizás el pueblo voltee a ver aspirantes a cargos de elección popular que surjan de las filas ciudadanas. Quizás los candidatos independientes, como en su momento lo hizo Jaime Rodríguez, “El Bronco”, en Nuevo León, puedan dar la sorpresa y sumar simpatías para ver cambios verdaderos, apartidistas, sin pactos y compromisos que distorsionan la responsabilidad de gobernar.
En Puebla un ex panista y comunicador se siente con los tamaños, la preparación y la experiencia para aspirar a la alcaldía por la vía independiente, convencido de que es una auténtica opción para modificar los esquemas de la administración pública.
Marcelo García Almaguer, que como diputado local y ex cercano a Rafael Moreno Valle conoce de política, de acuerdos en lo oscurito, de la intriga y la grilla al interior de los grupos de poder en la ciudad, hoy siente enormes posibilidades de arribar a ese puesto, porque dice haber trabajado por el bien de sus representados, y porque con el reciente apoyo del senador y dueño de la franquicia de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Rannauro, considera estar en condiciones de probar suerte y convencer.
Sea lo que suceda en Puebla, no se ve nada fácil para los partidos políticos que disputarán los cargos de elección popular, que puedan convencer a votantes hartos ya de tanto engaño y simulación de políticos, que se han servido con absoluta impunidad de la buena fe del pueblo y de las arcas de los gobiernos de la entidad.
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