MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
¿Cuál es la diferencia entre acusar y denostar? ¿Se calumnia con la verdad? ¿Los medios públicos, brazo de la propaganda oficial y el académico Ackerman a Notimex?
Déjeme le explico.
El pasado fin de semana las redes sociales y el centro de la Ciudad de México fueron campo de batalla mediática y en vivo entre los buenos y malos en que el inquilino de Palacio ha dividido a los mexicanos, quien avivó esa situación con declaraciones clasistas y de descalificación recurrente contra sus críticos y opositores a su gestión.
¡Ah!, la burla ofensiva en la risa presidencial que también evidencia nerviosa reacción frente a una sociedad que no lo acepta, que le cuestiona activismo electoral y exige hechos y no dialéctica discursiva.
Que no justifique yerros en tropelías y corruptelas del pasado y aplique la ley y se deje de baladronadas como esa de la consulta que no es vinculante porque sería ilegal que un tribunal popular pasara por encima del proceso jurisdiccional. ¡Vaya tomadura de pelo!
Así, le decía que el pasado fin de semana los defensores del licenciado presidente reaccionaron furibundos contra un desplegado divulgado el jueves 17 y la marcha del sábado 19 de integrantes de la organización civil denominada Frente Nacional Anti-Amlo (FRENAAA), al que Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente interino de Morena, califica “grupo fascista que quiere romper la estabilidad política que hoy vivimos en México”.
Buenos y malos.
Buenos quienes apoyan al señorpresidente y aplauden o respaldan sus líneas discursivas, unos con mesurada postura, otros, la mayoría, con el insulto por delante, carentes de conocimiento de lo que postean, bravucones y sedicentes “periodistas” de la primera fila en las mañaneras como el falaz tuerto que no es tuerto y se apersonó en la marcha de FRENAAA en calidad de provocador.
Malos aquellos que, en amplia mayoría, esgrimen fundamentos de sus posturas y sustentan dichos y hechos. Pero son considerados enemigos de México y de esa “estabilidad política” aludida por Ramírez Cuéllar, personaje cuya trayectoria en la industria de la protesta incluye aquella toma del Palacio Legislativo de San Lázaro con esos finos modales que incluyeron la entrada a caballo, hasta el vestíbulo del Salón de Plenos.
Pero estábamos en el fin de semana de furia. Las huestes defensoras del licenciado López Obrador reaccionaron airadas a la carta abierta firmada por más de 600 académicos, intelectuales, científicos, periodistas, escritores y artistas, divulgada el jueves 17, en la que sostienen que la libertad de expresión está bajo asedio y llamaron a Andrés Manuel López Obrador a detener los ataques.
Y esgrimieron al insulto como el medio de respuesta a posturas de quiene caifican conservadores, reaccionarios, “intelectuales orgánicos”.
Bajo la responsabuilidad del caricaturista Rafael Barajas “El Fisgón”, integrante de la dirigencia de Morena, se difundió un texto denominado “Por la libertad, contra los privatizadores de la palabra”, en respuesta a la carta abierta “En defensa de la libertad de expresión”.
En ese texto al que se presumió que, entre la noche del viernes 18 y la mañana del domingo 20, contaba con más de 28 mil firmas de ciudadanos, por supuesto lopezobradoristas, lejos de llamar a un diálogo civilizado se nutrió en la descalificación y supuesto desmentido del reclamo de quienes el licenciado presidente considera sus enemigos, aunque utiliza el eufemismo adversarios políticos.
El caso es que el autor o los autores del texto-respuesta a académicos, científicos, periodistas… gira en torno a lo que consideran alta ofensa a la máxima autoridad del país. Dicen que se le denuesta y acotan:
“Los firmantes aprovechan la oportunidad para denostar al Jefe de Estado porque, según ellos, ‘ha despreciado la lucha de las mujeres y el feminismo’ y ‘el dolor de las víctimas por la violencia (…) ha ignorado los reclamos ambientalistas, ha lesionado presupuestalmente a los organismos autónomos, ha tratado de humillar al Poder Judicial y ha golpeado a las instituciones culturales, científicas y académicas’”.
¿Es mentira?
Pero, bueno. Los medios públicos, a los que se reduce presupuesto y, por ende, margen de maniobra en su gasto del año próximo, dieron poco valor a la postura de los firmantes del texto “En defensa de la libertad de expresión” y, a partir del sábado abrieron mayor espacio a las explicaciones y justificación de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, de las causas por las que se impidió el acceso de los integrantes de FRENAAA al Zócalo, para acampar ahí en plantón hasta que el licenciado López Obrador renuncie a la Presidencia.
“(…) Pues menos tiempo, ¿qué serán? nueve meses, aproximado. Entonces, tienen también esa posibilidad y que se articulen, que terminen de formar ya el bloque conservador reaccionario, es cosa de que se junten”, les recomendó Andrés Manuel en la mañanera del inicio de semana, con la recomendación de que no duerman en hoteles de lujo y sigan su ejemplo de 2006, cuando el plantón de 47 días en Paseo de la Reforma, en demanda del recuento voto por voto, aunque él nunca durmió en ese sitio. Llegaba temprano, ofrecía declaraciones y… se esfumaba.
Así, el inquilino de Palacio cumplió con esa parte de la estrategia y sus opositores fueron minimizados, descalificados e insultados por esa pléyade que se asume dueña de la verdad y del poder.
En este tenor, es interesante como el gobierno de la 4T se hace del control de los medios de comunicación del sector público para desplegar la propaganda oficial. Así, también el pasado fin de semana trascendió que Irma Eréndira Eréndira Sandoval Ballesteros, secretaria de la Función Pública, opera en la tarea de ceder la dirección general de Notimex a su esposo, el “académico” John Ackerman.
El discurso de combate a la corrupción, bandera de Andrés Manuel López Obrador, ha servido de pretexto a funcionarios públicos para mover los hilos a su beneficio, importándoles un pito la ley.
Tal ocurre en la Secretaría de la Función Pública donde, en el caso de Notimex, congeló más de 50 denuncias presentadas contra la aún directora de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, Sanjuana Martínez. La orden, me dicen, fue de la doctora Irma Eréndira Sandoval.
Al inicio de esta semana se cumplieron 7 meses de huelga en Notimex. Luego de romper las mesas de negociación con la Secretaría del Trabajo y la Vocería de la Presidencia de la República, el pasado 13 de agosto, Sanjuana Martínez recurrió a su amiga Irma Eréndira Sandoval para iniciar un proceso administrativo contra la secretaría general del SutNotimex, Adriana Urrea, para sancionarla y tener pretexto para no responder al tema laboral.
Sandoval apoya a Sanjuana Martínez, pero no es gratuito. La versión es que la secretaria de la Función Pública busca allanar el camino a su esposo John Ackerman, para que sea el próximo director de Notimex.
Incluso la versión incluye a la directora de la Jornada, Carmen Lira, quien se sumó a la tarea de usar a Sanjuana Martínez para hacer el trabajo sucio contra la base trabajadora, destruir al Sindicato legítimo y sustituirlo por un sindicato patronal.
Sanjuana Martínez cumplirá su tarea; a cambio ahora pide una diputación pluriniminal. ¿Llegará John Ackerman a la dirección de Notimex? Bueno, sólo se quedó con su colaboración en La Jornada; está fuera de Proceso, no pudo convertirse en consejero del INE, y lo quieren fuera de Canal 11 y del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Digo.
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