La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Y dijo el ministro lelo: si la justicia es ciega ¡cuantimás la lealtad!
Desde que inició el sexenio del presidente López Obrador, se vislumbró que su pretensión era restaurar la presidencia imperial, a casi dos años de gobierno el hecho está consumado: tanto el Poder Judicial como el Legislativo, abdicaron de su autonomía.
Como se había pronosticado, una mayoría de ministros de la SCJN, se sometió a los deseos del tabasqueño y aprobó, que se lleve a cabo una consulta popular para preguntar si se juzga o no a los ex presidentes (y otros actores políticos), si el asunto es inconstitucional es lo de menos. Pasamos a ser un país, donde aplicar la ley se vuelve un tema electoral.
Por otro lado, la mayoría morenista y sus aliados en San Lázaro, aprueban la desaparición de una serie de fideicomisos, tal como se los ordenaron desde Palacio Nacional. Si grupos de intelectuales, científicos, cineastas, escritores, gobernadores de oposición, etc., señalan que no es correcto, no importa, la única visión que impera es la del Tlatoani.
Bajo la lógica de poder de la 4T, sus proyectos se convierten en una Cruzada, en la que los opositores juegan el papel de infieles, por lo tanto, son descalificados a priori.
En este contexto, la pretendida transformación de México, está supeditada a los designios del Ejecutivo, que recurre a lo que creíamos superado: los poderes meta constitucionales.
En fin, retornamos a una etapa autoritaria, ojalá no se tenga que remediar con un nuevo 68.