La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Parajoda pre moderna: para ubicarlos, más que un GPS, necesitan un cencerro
Después de las elecciones de 2018, el Movimiento de Regeneración Nacional, construyó la imagen de ser un partido formidable, en sólo cuatro años de existencia, ya había ganado la presidencia y la mayoría en las cámaras, el triunfo en Puebla consolidó esa idea.
Sin embargo, los comicios del domingo pasado en Coahuila e Hidalgo, son los primeros en que, contrario a la expectativa, los morenos salieron raspados, en lo que constituye una doble sorpresa, porque un adversario que tenían en la lona los derrotó: el PRI.
La primera lectura de los analistas, es que, sin AMLO en las boletas, los candidatos de la 4T pierden un plus que resultó más importante de lo que se suponía, lo que implica que la ciudadanía no votó por el movimiento, sino por los candidatos.
Es decir, aunque el tabasqueño arengue, soterradamente, a sus huestes desde ‘la mañanera’, los procesos pierden interés para sus seguidores, o sea, insistimos: no es el proyecto, sino el carisma de los que participan, lo que motiva el sufragio en uno u otro sentido.
Así las cosas, el 18 de octubre puede marcar un antes y un después, en la historia de la 4T: MORENA no es invencible y el tricolor todavía coletea, por lo que un bloque opositor en el 2021, podría poner en serios aprietos la viabilidad del lopezobradorismo.
No le sirve al presidente presumir su popularidad, si el pueblo bueno tiene otros datos.