* No conozco al general Salvador Cienfuegos, pero creo que desempeñó una de esas funciones que no se pueden reconocer ni calificar y que muy pocas personas pueden hacer; tengo la certeza de que dejó el cargo y la tarea con la satisfacción del deber cumplido, y también la de que este mezquino gobierno -si mi hipótesis es correcta- no hará nada por él
Gregorio Ortega Molina
Aceptemos el supuesto de que los gobiernos de México y Estados Unidos trabajan estrechamente en la estrategia y el cumplimiento de la manera de administrar y contener a los barones de la droga, y no de efectivamente combatirlos. La idea es que los casi 200 mil millones de dólares que produce el tráfico de estupefacientes a través del Río Bravo, del mar territorial y de los desiertos que unen a estos países, ayuden al desempeño económico de ambas naciones.
Si coincidimos en que Genaro García Luna se dejó llevar por la codicia y se exhibió en el caso Cassez, y que el general Salvador Cienfuegos Zepeda no es ni se parece a José de Jesús Gutiérrez Rebollo, ¿cómo va a proceder este gobierno ante un problema de Estado que lo trasciende? ¿Lo dejará morir solo? ¿Hay salida?
¿Por qué los gobiernos mexicanos siempre han de pagar los platos rotos, incluso cuando las fracturas de la estrategia exhiben las ocultas intenciones, o cuando claramente avisan del fracaso? Hay casos emblemáticos.
Reiteradamente se ha insistido, con nombre y apellido, que a Enrique “Kiki” Camarena lo asesinaron por decisión de la DEA, debido a que descubrieron que su activo en Guadalajara resultó sucio, corrupto, y agarraba lana de Rafael Caro Quintero. El escándalo manchó a México y sirvió de pretexto para desmantelar la Dirección Federal de Seguridad. Una de las consecuencias es que el impoluto Manuel Bartlett Díaz no es bien visto por los estadounidenses.
Otro caso más reciente es el operativo Rápido y furioso para el trasiego de armas, con la supuesta intención de ubicar a los sicarios de los cárteles y detenerlos, o anularlos de alguna manera. En ninguno de los dos hechos hubo detenidos de las agencias estadounidenses, vamos ni siquiera se disculparon con el gobierno anfitrión de sus fechorías.
Las consecuencias de la impasibilidad de nuestro gobierno pueden ser profundas y variadas, porque debido a que la economía del narcotráfico es ahora un poder a considerar, contra el cual hay que combatir o políticamente administrar, si el resultado es la arbitraria detención de los “operarios” mexicanos responsables de hacerlo -además de ser los enlaces con las agencias de seguridad estadounidenses-, ya nadie querrá asumir esa tarea, ni siquiera cuando lo ordene el jefe de las Fuerzas Armadas.
El tema es de la mayor importancia, porque trasciende los límites de un gobierno para adquirir la relevancia de política de Estado, pero como ahora los gerifaltes de la 4T se “apanican” en cuanto los remiten a reflexiones y conceptos que los rebasan, se pasman.
No conozco al general Salvador Cienfuegos, nunca nos hemos cruzado en nuestros caminos, pero creo que desempeñó una de esas funciones que no se pueden reconocer ni calificar y que muy pocas personas pueden hacer; tengo la certeza de que dejó el cargo y la tarea con la satisfacción del deber cumplido, y también la de que este mezquino gobierno -si mi hipótesis es correcta- no hará nada por él.
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No hace nada por el general ni por los mexicanos. Las estadísticas del INEGI son claras: “Presenta el Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI), el cual no registró variación real en el noveno mes de 2020 respecto al mes previo, con base en cifras desestacionalizadas.
“Por componentes, las Industrias manufactureras avanzaron 2.4% y la Minería creció 0.2%; en cambio, la Construcción disminuyó (-)5.6% y la Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final (-)3.1% durante septiembre pasado frente al mes anterior con cifras ajustadas por estacionalidad.
“En su comparación anual, la Producción Industrial retrocedió (-)7.5% en términos reales en el mes de referencia. Por sectores de actividad económica, la Construcción cayó (-)17.2%, la Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final (-)7.3%, las Industrias manufactureras (-)5% y la Minería (-)3 por ciento”.
Así es nuestra realidad económica.
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@OrtegaGregorio