Francisco Gómez Maza
• La mini oposición intenta revivir
• Y va a la sombra del moche
Lo que queda de la oposición se hace bolas en su intento por minar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, electo democráticamente; quizá uno de los escasísimos presidentes puestos en la silla presidencial, de manera democrática. Otro electo de esa forma habría sido Vicente Fox, quien así cumplió su advertencia de “sacar a patadas al PRI de Los Pinos” (la desaparecida residencia oficial de los presidentes de México).
Cómo estarán las cosas entre los mini partidos perdedores, que no encuentran el camino de retorno a la popularidad, que les fue arrebatada por la corrupción, la impunidad, la simulación y el cinismo, en la jornada electoral de julio de 2018, cuando fueron rechazados por 30.113,483 votantes.
La contienda presidencial dejó, en aquella ocasión, resultados históricos para los tres candidatos punteros:
Mientras que López Obrador se convirtió en el candidato con el mayor número de votos en la historia de México, sus principales contrincantes se posicionaron entre las figuras menos populares en la trayectoria de sus respectivos partidos. Perdieron tanto que, ahora, frente al proceso electoral 2020-2021 tienen que aliarse para confrontar a la aplanadora de Morena, con sus conflictos internos y todo.
¿Recuerdan cómo los “dirigentes” y representantes en el poder legislativo vendieron su dignidad, por millones de pesos provenientes de la corruptora brasileña Odebrecht, para aprobar las reformas llamadas estructurales, especialmente la reprivatización del petróleo, en contubernio con el presidente Peña y su alter ego, Luis Videgaray Caso?
Los perdedores, ahora, vagan sin rumbo ni identidad; no se encuentran a sí mismos, aunque hagan alarde, aunque se alíen para intentar quitarle la mayoría al partido del gobierno en la Cámara de Diputados, aunque pidan la cabeza del presidente de México. Nomás no prenden, aunque gasten millones en pago a propagandistas que, machaconamente, acusan a López, como le llaman despectivamente al presidente, de comunista, de tirano, de dictador.
Cómo estarán los partidos pequeñitos, algo así como perritos perdidos en los viaductos citadinos, toreando carros a toda velocidad, que quienes ocupan espacios en la prensa impresa y la electrónica son los contratados por Gilberto Lozano, frenético anticomunista que encabeza al grupúsculo llamado Frenaaa (Frente Nacional Anti Amlo), que “tomó” el Zócalo de la capital del país y se dividió por importantes corruptelas a su interior.
Y estridentes, gritones, escandalosos, los de Frenaaa reaparecieron este fin de semana en Paseo de la Reforma, para decretar un “paro económico nacional”, e invitar a los grandes empresarios a suspender el pago de sus impuestos, y a no darle dinero al gobierno para que el presidente López Obrador sea sacado de la presidencia de la república. Así de ingenuos o ignorantes. ¿Usted cree?
En otro frente de la misma derecha, México Sí, liderado por empresarios prominentes, defensores de la libre empresa, entre ellos Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, a quien le encantaría sentarse en La Silla, está organizando la alianza de los perdedores – PRI, PAN, PRD – para quitarle votos a Morena en la Cámara de Diputados.
Es famoso el mensaje que De Hoyos acaba de hacer público, referido a la acción de México Sí, en Nuevo León: Así lo explicó el líder empresarial, este jueves 19 de noviembre, a través de una publicación en Twitter:
“Paisanos Neoleoneses. Si no queremos que las decisiones más importantes para Nuevo León se tomen en La Chingada (Chiapas), apoyemos la consolidación de la alianza electoral que están impulsando el PAN, PRI y PRD”, escribió en la red social. Como si estos tres perdedores fueran la panacea.
Y Margarita y Felipe, tratando de engañar a medio mundo anunciando que México Libre, que no es nada, que fue desconocido por el INE ante el cual pretendía registrarse como partido político, presentará candidatos propios o en alianza con “otros partidos” para diputados a la LXV Legislatura de la Cámara de Diputados, en las elecciones de junio venidero. La verdad es que cualquier mexicano puede presentar su candidatura independiente, si cumple con los requisitos exigidos por la ley electoral.
Así está el panorama de la llamada oposición mexicana. Desangelada, defendiendo principios que ni el partido republicano de Estados Unidos ya defiende. Una oposición anticomunista, idéntica a los anticomunistas de los años de finales de la década de los 60, cuando pegaban en las puertas de las casas consignas que decían: “Cristianismo, sí; comunismo, no”.