La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Aunque son aliados, por precaución, evitan taparse con la misma cobija
Después del arrollador triunfo de AMLO, las huestes morenistas se ensoberbecieron a tal grado, que al grito de ‘se las metimos doblada’, han denostado a todo opositor al régimen.
Ufanas, las bases de la 4T no dejan títere con cabeza, se regodean con la contundente victoria y pretenden humillar al adversario, diciendo que están moralmente derrotados.
Ignorando que nadie gana o pierde para siempre, los chairos celebran, al mejor estilo de los hooligans, todas las agresiones que lanza el director de orquesta desde mañanero atril, nada tan dulce como la venganza…afirman.
En este contexto de vivir ‘locos de contentos’, las y los 15 candidatos de MORENA a las gubernaturas en juego el próximo año, sin duda, tienen muchas posibilidades de vencer. Como en los buenos tiempos del PRI, sólo hay que obtener la nominación.
Sin embargo, el asunto radica en que la misma dosis de autoritarismo que le recetan a los rivales, se replica a la hora de elegir a los suspirantes, como quien dice, el ‘dedazo’ cobra vigencia absoluta en los tiempos de la ‘cuarta transformación’.
Por lo tanto, al igual que en la era del tribalismo perredista, los enfurecidos derrotados (en este caso, inmoralmente, dicen ellos), acusan a Mario Delgado y amenazan quemarlo en leña verde, por despreciar la voluntad de las fuerzas vivas, utilizando amañadas encuestas.
Víctimas de su ingenuidad, se niegan a entender que la ‘taibolinha’ también sirve para el ‘fuego amigo’. Ni modo, en este caso, la letra doblada entra. Uf, uf y más uf.