* El Departamento de Estado americano podría demandar a nuestro país por violar la ley estadounidense que en su territorio sanciona con diez años de cárcel a quien difunde el contenido de una investigación judicial; el presidente Biden tomará en en los próximos días una decisión al respecto
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez
Especial de Expediente Ultra
Al respaldar la decisión de la Fiscalía General de la República (FGR) de exonerar al general Salvador Cienfuegos, el presidente López Obrador acusó a la DEA de “fabricar pruebas” e “inventar delitos”, a la vez que ordenó a la SRE difundir de inmediato en redes sociales el expediente completo enviado por la Fiscalía de Estados Unidos. Conducta que en aquel país se penaliza con 10 años de prisión.
Por su parte, al reaccionar ante la postura del gobierno mexicano, el Departamento de Justicia de EU manifestó que “se reserva el derecho de reiniciar el proceso judicial” lo que, de realizarse, implicaría necesariamente una solicitud de extradición del ex secretario de la Defensa en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El pasado viernes 15 de enero, el presidente Andrés Manuel López Obrador abordó el tema de la exoneración, difundida por la FGR la noche anterior, con ánimo muy exaltado. En la “mañanera”, dijo que “es una decisión que toma la Fiscalía, pero que el gobierno que represento secunda, es decir, avala… (en un lapso en que busca otro término, un colaborador le susurra)… ¡respalda! porque nosotros sostenemos que debe terminarse la impunidad, desde luego la corrupción, pero también (sic) que no puedan haber represalias, venganzas y que no puedan inventarse delitos”.
El presidente continuó en sus calificativos hacia las autoridades estadounidenses: “La Fiscalía resuelve que no procede la acusación que le fabricó al general Cienfuegos la DEA… veo es (sic) muy poco profesionalismo, se actuó muy a la ligera a pesar que, como dice la Fiscalía, empezaron a actuar desde 2013, para lo que entregaron, pues no fue un buen trabajo, lo que hicieron no tiene sustento, no hay materia”.
“MÉXICO VIOLÓ EL TRATADO DE ASISTENCIA LEGAL”: EU
Una vez que ante las cámaras de la televisión oficial que transmiten la “mañanera” el presidente López Obrador ordenó la publicación del total de las 751 páginas del expediente enviado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, sobre el que se fundamenta la acusación contra el general Cienfuegos, el canciller Marcelo Ebrard procedió en consecuencia y el grueso documento se envió a las redes sociales.
La reacción del Departamento de Justicia norteamericano se dio en cuestión de minutos. Señaló lo siguiente: La publicación de la evidencia del caso contra el general Salvador Cienfuegos Zepeda viola un tratado de asistencia legal recíproca y cuestiona si Estados Unidos puede continuar compartiendo información.
En su declaración, el Departamento de Justicia defendió además las pruebas halladas contra el general Cienfuegos “y que demuestran solidez en las pruebas”.
Hizo notar además que “los materiales dados a conocer a México muestran que el caso contra Cienfuegos no fue, de hecho, fabricado. Esos materiales también muestran que la información contra el general Cienfuegos fue recolectada legalmente en Estados Unidos”.
La investigación, se añadió, no tenía en principio como objetivo al general, lo que se añadió en 2015, dos años después de iniciada, sin conocimiento ni colaboración de las autoridades mexicanas y se continuó con el gobierno de Donald Trump “tampoco con su conocimiento”.
El grueso expediente contiene transcripciones de breves diálogos en Blackberry entre un personaje “Zepeda”, al que se ubica como el general Cienfuegos, con Daniel Isaac Silva Gárate, el “H9”, sobrino de Juan Francisco Patrón, el “H2”, supuesta rama del Cártel de los Beltrán Leyva en Nayarit y en los “chats” se advierte falta total de ortografía y sintaxis, lo que ha propiciado “serias dudas” entre periodistas y analistas políticos mexicanos.
En una parte, “Zepeda” pide “no preocuparse” por la presencia de “boludos” (término argentino para el mexicano “pendejos”) y marinos, y a la vez asegura que “esa gente va por ustedes, pero no se preocupen, no pisarán ninguna cárcel”.
La pésima ortografía y sintaxis hacen suponer a varios analistas que podría no ser el general Cienfuegos el autor de esos “chats”.
Ciertamente, esa sería una conclusión de “cierta lógica”, pero… en términos de un asunto como el que se ventila, aprovechando la técnica del silogismo de la Grecia Clásica:
- ¿Se aventuraría el general a tratar por ese medio, como se ve, fácilmente intervenible por los avanzados equipos de la DEA?
- En caso de así hacerlo ¿No utilizaría un elemental subterfugio, como simular analfabetismo y despistar a los escuchas?
- Las autoridades de la FGR afirman que esas intervenciones no demuestran que sea el general… pero tampoco demuestran que no lo sea.
El analista político Ricardo Raphael de la Madrid (en la presidencia de su tío fue cuando se desató el narco con respaldo oficial) comentó en un artículo que “fue políticamente muy arriesgada la decisión de dar a conocer el documento entregado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos al gobierno mexicano… sin embargo, habría sido políticamente peor para el presidente López Obrador no haberlo hecho”.
Conjetura el analista que “cabe suponer que ese documento de más de 750 páginas no comprende toda la investigación de los fiscales de Nueva York. También cabe la posibilidad de que el texto compartido ayer por la secretaría de Relaciones Exteriores haya sido editado”.
Para analistas y/o académicos que militan en el bando del gobierno pejista (con diferentes estilos, unos modositos e hipocritones; otros al rudo estilo Ackerman), la vesanía, la mala leche, siempre estará del lado del imperio (sin problema de que AMLO haya presumido ser cuatachón de doble raya del ahora vapuleado y futuro reo Donald Trump).
Para los duros anti-peje, el presidente se habrá metido, no en camisa de once varas, sino comprado un pleito que nunca podrá ganar contra las instituciones de Estados Unidos.
Que si acaso calculó que Biden va contra todo lo que huela a Trump, y por eso despotricó contra la DEA y el Departamento de Justicia, topará con que… ni la DEA ni el Departamento de Justicia fueron de Trump, ni serán de Biden.
Que son instituciones sólidas, que funcionan de manera totalmente autónoma.
Que analizar a Estados Unidos y sus instituciones con anteojos fabricados en Tabasco es caer en un lodazal de confusiones nefastas.
Ya veremos.