Ubicado al sur de la Ciudad de México dentro de la Delegación Tlalpan, el instituto perteneciente a la Procuraduría General de la República (PGR), capacita, forma y especializa a personas interesadas en las áreas que pretenden respaldar la justicia y la seguridad pública, principalmente a peritos y agentes del ministerio público. Asimismo, una de sus tareas fundamentales es la formación de investigadores y profesores del más alto nivel que puedan atender las demandas en materia de ciencias penales.
Inicios
La historia comenzó en los años treinta, cuando un grupo de penalistas interesados en mejorar las situaciones del país crearon iniciativas como la publicación de la revista Criminalia en 1933 y el surgimiento de la Academia Mexicana de Ciencias Penales en 1940, con las cuales los intrépidos visionarios fundaron las bases para la existencia del actual Inacipe.
Odette María Rojas Sosa, historiadora encargada del libro Instituto Nacional de Ciencias Penales, 40 años de historia, señala que este grupo de especialistas tuvo la inquietud de crear un instituto de criminología a semejanza de los que ya existían en países de Europa y América Latina.
En la década de los setentas el proyecto ya contaba con mejores nociones dentro del sistema jurídico mexicano, dando las condiciones adecuadas para establecer el edificio del Instituto Mexicano de Criminología, en 1976. No obstante, la idea de conjuntar la docencia, la investigación, la capacitación y la divulgación de las ciencias penales en un solo lugar dio origen al Instituto Nacional de Ciencias Penales.
Su primer director, el célebre penalista Celestino Porte Petit, implementó iniciativas para su consolidación. Luego de dos años de su apertura, este organismo ofreció el programa de maestría en ciencias penales en 1978, con tres áreas de especialización: jurídico penal, criminología y criminalística.
“Durante el primer lustro de vida del instituto se fomentó la realización de congresos, conferencias y seminarios en los que participaron los más destacados profesores e investigadores mexicanos y extranjeros. Estas medidas contribuyeron a que el Inacipe se posicionara en nuestro país y a nivel internacional como uno de los centros más importantes dedicados al estudio de las ciencias penales en América Latina”, reveló Odette Rojas Sosa.
Aportaciones en proyectos de ley
Manuel Jorge Carreón Perea, director de Investigación del instituto, destacó la participación que la entidad tiene dentro de la resolución de las principales problemáticas que padece el país en materia penal proponiendo ideas para mejorar los procesos legislativos y judiciales dentro de la acción de la ley.
En este sentido, María Eloísa Quintero, especialista en derecho penal (dedicada en los últimos años a investigar sobre migración, trata de personas y responsabilidad de las personas jurídicas), señala que el rol del investigador del Inacipe, además de realizar aportaciones científicas, consiste en trabajar e incidir en propuestas de aplicación práctica que lleguen a formar parte de propuestas legislativas y políticas públicas encaminadas a la atención de asuntos, sistema penitenciario, seguridad pública y nacional, por mencionar solo unas.
“Es una responsabilidad importante, porque el perfil del investigador del instituto es muy particular: trabajamos para responder a los temas álgidos de la situación mexicana”, destacó la investigadora.
Como profesora investigadora del Inacipe, Eloísa Quintero ha colaborado en la elaboración de diversas iniciativas que hoy son normas jurídicas, por ejemplo, la Ley Federal de Extinción de Dominio y la Ley General de Víctimas, 80 por ciento del contenido actual de esta última pertenece al proyecto original que presentó esta institución.
Oferta académica y bibliográfica
Considerado asimismo como un centro de estudios dinámico y de vanguardia, la oferta académica del centro de investigación la integran diplomados, cursos en línea, programas de maestría y doctorado, diseñada para personas interesadas en una carrera académica en el derecho penal y las ciencias penales.
Para los interesados que buscan acercarse a esta área de estudio, el instituto cuenta con un recinto bibliográfico “Biblioteca Celestino Porte Petit” que pone a disposición un acervo importante en materia de ciencia jurídico penal.
Para los especialistas en la materia, ofrece publicaciones periódicas como son la revista Iter Criminis, fundada en 1998 considerada como una de las publicaciones más destacadas en su género en Iberoamérica; Revista Penal México, editada en coordinación con las universidades de Salamanca, de Castilla-La Mancha, la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla, la Cátedra de Derechos Humanos Manuel de Lardizábal y la Universidad de Huelva; y Ciencia Forense, revista científica con temas actuales de criminalística y medicina forense.
AMN.MX/wh
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