Por: Héctor Calderón Hallal
La lucha política, según Gramsci, es una expresión necesaria del momento que vivimos. Está vinculada estrechamente a las condiciones y exigencias de nuestro tiempo, caracterizado por: una lucha intestina brutal al centro mismo de la arena donde se enfrentan a muerte, una burocracia tradicional y una nueva clase de servidor público y de político en general, que se está forjando al calor de esta suerte de alternancia, vestida de “sacudida moral”, que buena falta le hacía ya al país.
Pero también caracterizada por ser una lucha sórdida y de baja sonoridad, que podría proyectarse bastante a lo largo del tiempo si no se resuelve con inteligencia por quienes ejercen el mando hoy. Es la lucha de los viejos ‘burócratas de partido’, que se resisten a adecuarse a la realidad del mundo y, lo peor… que se resisten a ceder su lugar a las nuevas generaciones para que asuman el mando territorial en la lucha política.
Y caracterizada también esta lucha, por ser una reedición de la persistente e inacabada lucha del poder centralista contra la estructura feudal en los estados (también burocrática y rígida), que se niega a ceder espacios al poder central.
El caso de Sinaloa, ilustra perfectamente lo antes expuesto:
Cuando se ha establecido de manera preliminar pero fáctica, por cada uno de los partidos y alianzas o coaliciones, quienes serán los abanderados para la próxima contienda electoral de la primera semana de junio, ya se le ve ‘incómodo’ al viejo mastodonte que es la añeja clase política sinaloense.
Empezó a rumiar y a sacudirse con enfado, porque a pesar de la presión que ha lanzado por interpósitos actores y mediante circunstancias tramposas, el poder central no le ha concedido influir – al igual que sucedió hace cinco años- en la definición de quien sería el actual Gobernador, que compitió bajo las siglas de una alianza electoral compuesta entonces por el Partido Verde Ecologista (PVEM) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Decisión que recayó en un alfil del grupo político ‘Atraco-mulco’, como lo es el hoy Gobernador Quirino Ordaz Coppel: el último por el que hubieran apostado los ‘machuchones’ locales de la clase política sinaloense de hace cinco años.
Esta vez nuevamente ese elefente reumático de la tradicional burocracía de partido vuelve a ‘toparse con pared’ y debe ‘soportar’ la nominación del economista Mario Zamora Gastélum, el mejor cuadro en materia profesional, con sendo posgrado en Reino Unido y una probada experiencia en el financiamiento a la productividad del sector primario, específicamente a la agricultura y la ganadería.
Zamora Gastélum, hoy investido precandidato de la Alianza ‘Va por Sinaloa’, es un priísta funcional, moderno, que no se rasga los vestiduras en los pliegues de ideología alguna y pretende ser un factor de unidad a cualquier costo, para solventar el compromiso del 5 de junio de manera pragmática y armónica en general.
El aún senador por Sinaloa, es un hombre de ciencia; un joven estadista consumado que en estos días, a partir de su nominación a la precandidatura a Gobernador por la referida Alianza, representando al PRI, su partido de origen, ha sido objeto de toda clase de dudas, reproches y descalificaciones por quienes, desde el plano local, se sentían predestinados a ser los dueños de Sinaloa y del poder público.
Lo menos que han dicho, es que su nominación es producto del ‘dedazo’ (‘terrible ofensa”, seguramente ni conocen esa práctica sus detractores); también han señalado que “el Gobernador está decidido a hacer perder al PRI (y consecuentemente a la Alianza ‘Va por Sinaloa’) para favorecer al candidato de Morena y su coaligado, representado por el viejo luchador de izquierda, también senador, Rubén Rocha Moya.
Nada más falso que lo anterior.
Y es que los comentarios hechos por la ‘subcultura del chisme político’, propia de los ‘intelectuales de café’ de aquella entidad, quienes aseguran que el gobernador Ordaz Coppel “ya pactó” con Andrés Manuel López Obrador la victoria de Rocha Moya y la derrota de Zamora, a cambio de su propia sobrevivencia política.
Que Zamora no va a ganar “porque no cuenta con el carisma suficiente” ni conoce la geografía del estado, “como la conoce otro de los pretensos priístas a la nominación como candidato, que se quedó en el camino”… etcétera…. Las mismas etcéteras de cada proceso, revelando una falta de imaginación hasta para elaborar narrativas. El mismo argumento de “churro cinematográfico” de los años cuarenta del cine mexicano.
…..“Y Agapito Treviño tuvo que huir entonces, montado en su ’Caballo Blanco’ para internarse en la sierra y volverse con el tiempo, cual fiera herida, un bandolero que lideró la lucha armada de los oprimidos y los olvidados del mundo”…
Así en estos días en Sinaloa, la nominación del senador Mario Zamora Gastélum como candidato de la Alianza opositora a Morena, ha despertado una movilidad irreconocible en numerosos actores –sexagenarios y septuagenarios la mayoría- que habían permanecido estáticos por años, solo opcupando las jugosas carteras en sus inmóviles partidos o en sus plazas ‘de trabajo’ universitarias… o como privilegiados de un sistema de jubilación oneroso y disfuncional hoy día. Pero siempre pegados ‘a la ubre presupuestal’ desde su tierna juventud.
La gran ofensa que representa para todos estos detractores de Zamora los ha puesto -por fin – en movimiento y han dejado el letargo y la parsimonia, para acordarse de que son rabiosos defensores del ‘localismo’, como lo hicieran los ‘chauvinistas’ de la historia, en su eterna lucha contra los ‘jacobinos’.
Se ‘curaron en salud’ en estos días, alrededor de 150 panistas en la zona sur de Sinaloa, encabezados por el eterno alcalde de Mazatlán (ha sido tres veces presidente muncipal del puerto), Alejandro Higuera Osuna,
Así también Gilberto Durán, ex alcalde de Rosario, Florentino Camacho, ex alcalde de Salvador Alvarado y la diputada Local Cecilia Sánchez, el exregidor y exsecretario general del PAN, Loar Susek López Delgado, entre otros.
Según ellos “es una vergüenza publica que el Partido Acción Nacional se haya unido a su adversario histórico de los 82 años del partido a pesar de que saben que están siendo usados por el PRI para cumplir su propósito”, en un prurito implacable de ‘pureza ideológica’ jamás visto en ninguno de ellos.
Por el contrario, siempre fueron señalados por los panistas auténticos como ‘gente infiltrada desde el PRI-sistema’, que mantuvieron un vínculo muy notorio con Juan S. Millán y Jesús Aguilar Padilla, exgobernadores priístas ambos.
Así también por los rumbos del PRD, renunciaron a su militancia Heriberto Arias, Juan Guerra y otros personajes más. Gente que no solo está identificada desde hace décadas con el mismo vínculo señalado en el párrafo anterior a esta dupla de exgobernadores del PRI (Millán-Agular), sino que particularmente a Juan S. Millán se le ha señalado, desde los años en que gobernó Sinaloa, como el verdadero ‘jefe’ y operador de ese partido en esa entidad, precisamente durante las dirigencias de estos dos ahora experredistas y del recientemente finado Audómar Ahumada Quintero.
Como bien lo apunta el columnista local Oswaldo Villaseñor, en la entrega de este martes 26 de enero de su columna ‘Sin quitarle ni ponerle’: “De los personajes perredistas que integran la famosa desbandada o éxodo hacia Morena, ni hablar. Todos estaban al servicio de Juan Millán desde los inicios del PRD” (…) “El mismo Andrés Manuel en su etapa de dirigente nacional lo señaló en más de una ocasión. El dueño del PRD en Sinaloa es Juan Millán y señalaba por sus nombres a los personajes que hoy se van de dicho partido”.
Juan S. Millán Lizárraga es pues, el hábil político sinaloense, que también ocupó importantes carteras en la dirigencia de Fidel Velázquez en la CTM y en el CEN del PRI, del que fue Secretario General en tiempos de Ernesto Zedillo y que desde hace muchos años, la cabeza visible de esa ‘nomenklatura’ de control político local, que trata de imponerse con todos los recursos y las mañas ‘permitidas’ de la política conocida, oponiéndole resistencia a las decisiones que emanan de un poder centralizado, a fin de seguir manteniendo cierta cuota de influencia, que no estorbe a sus intereses personales y de grupo.
En esta decisión, cabildeada por el coordiandor de los senadores del PRI, Miguel Ángel Osorio Chong y un grupo de legisladores más, por ‘convencer’ a Quirino Ordaz Coppel de nominar como candidato del PRI a Mario Zamora Gastélum, a Juan S. Millán lo trataron desde la marginalidad y eso debe haberle causado cierto prurito de molestia. Quizá fue la primera sucesión en que no es considerado de forma directa.
No sucedió así con su ‘couple’ y sucesor, el también de extracción cetemista, Jesús Agular Padilla quien, no obstante sí fue invitado a la casa del Gobernador Quirino Ordaz, a la reunión en que se decidió el nombre del abanderado priísta, invitado por Osorio Chong y, de hecho se pronunció por Zamora Gastélum según algunas crónicas, todo se puede esperar de este personaje: Es el hombre que acuñó la célebre frase de “Por arriba diplomacía y cortesía…. ¡Y por abajo bolas!”.
Cabe señalar que una costumbre del exgobernador Juan Millán es la de ofrecer ´comidas’ en su exclusivo restaurante ‘Mar and Sea’, a personajes de la política, de la vida empresarial o artística. En una especie de ‘pasarela’, donde indiscutiblemente el veterano líder obrero hace lo que sabe: política y más política… por supuesto, con su respectivo boletín de prensa, multicitado en todos los medios locales.
En los últimos días se le había visto a recibir a varios de los aspirantes a la candidatura a Gobernador.
La recepción que recientemente ofreció el exgobernador a Jesús Valdés Palazuelos, un joven y talentoso político también a quien, seguramente sólo se le retrasan 6 años sus proyectos, generó mucha ámpula y especulaciones. Dada su circunstancia, en que a Valdés se le señala como ‘el gran perdedor’ de este proceso interno que hoy favoreció a Mario Zamora Gastélum, esa comida significó un gran mensaje a la clase política local que al final, fue una falsa alarma.
A Zamora Gastélum no le ha ofrecido Juan Millán una comida como esa que le ofreció a Jesús Valdés y eso es algo significativo en política, donde el lenguaje de los hechos dice más que mil palabras.
Una práctica la del exgobernador Millán, muy parecida a la que denotaba el activismo del otrora inquieto expresidente mexicano, Don Luis Echeverría Álvarez, en su bella residencia con motivos muy mexicanos, por allá en el sector de San Jerónimo Lídice, al sur de la capital mexicana.
Recibía en tiempos ya de la administración de su sucesor, José López Portillo, a miembros activos del gabinete en turno, heredados por él a su sucesor en el cargo y amigo de la infancia.
Así, cuando se agotó la paciencia de López Portillo por esta práctica de Echeverría, hubo una orden fulminante del Jefe del Ejecutivo al entonces Secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles: Desconectarle los teléfonos de la red presidencial que había en caso del Licenciado Echeverría y ‘ponerle cola’, a través de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS), a las visitas frecuentes que le hacían a Don Luis, Augusto Gómez Villanueva (líder camaral del Palacio de Donceles) y Porfirio Muñoz Ledo, secretario de Educación Pública.
Muy pronto vino el ocaso y el cese fulminante –respectivamente- de ambos. En corto, el propio secretario Reyes Heroles, con su humor y socarronería por demás brillantes, habría comentado en corto y de manera sintética, las razones de uno de los ceses: “Ah bueno; es que a él lo besó el diablo”… el ‘diablo de San Jerónimo’ dedujeron avezados cronistas polítcos de la época.
Días despúes de los incidentes referidos, Echeverría Álvarez se trasladaría, accediendo a la “invitación presidencial”, hasta el punto geográfico más lejano a nuestro país sobre la faz del planeta: La Embajada de Australia, concurrente a las Islas Fidji.
Así que, para ganar hay que hacer lo que se necesite, mi estimado Senador Zamora. Porque como dijo Enrique IV de Francia, …Sinaloa bien vale una misa… parafraseando, “Sinaloa bien vale un encuentro con todas las fuerzas políticas del estado… hasta con Juan Millán”.
Porque está claro, que la lucha de Mario Zamora, como un hombre forjado en la nueva cultura del servidor público en ciernes, es precismante la de la eficiencia, la de los resultados, la de la preparación… no es otra.
No es por conseguir el favor de la burocracia de los partidos. Esa precisamente, que se siente desplazada y humillada por la designación de Zamora la nominación priísta.
Ahora todo mundo le quiere ‘vender la idea’ al novel candidato de que no tendrá paz… de que ‘su campaña no repuntará y que será un gran fracaso, si no reparte a ‘contentillo’ candidaturas y espacios de poder a todo aquel individuo y grupúsculo que ‘reclame sus derechos’ que diga tener… sin comprobar ni justificar.
A las cámaras de representación legislativo, a los ayuntamientos y al Poder Ejecutivo deben ir los hombres y las mujeres más capaces y preparados del estado, no la gente ociosa e improductiva que pasan la vida en las oficinas de los partidos y que su mejor aportación al Producto Interno Bruto de Sinaloa, es como ‘aplaudidores y porristas’ en los actos de políticos y funcionarios. Eso debe acabarse.
Es un porcentaje mínimo de gente la que constituye esa especie de ‘burocracia en los partidos’ que hoy reclama regidurías, diputaciones y espacios… que hoy amenaza con irse del partido porque ‘no le gusta la alianza’… ‘porque constituye –según su sapienza ideológica- que va contra natura’… ¡Nomás lo que oyen de los políticos, no cabe duda!.
Tal y como ganó el partido que hoy gobierna desde 2018, gracias al hartazgo ciudadano, de la gente que votó sin tener ningún vínculo con burocracias de partido ni gubernamentales, así puede ganarle el Senador Zamora Gastélum esta vez al candidato del Presidente de la República.
Poca gente ha entendido el sentido del cambio. Que no lo impuso López Obrador, ni nigún personaje, ni partido, ni movimiento en lo particular.
El cambio en la mentalidad lo trajo la misma gente, la generalidad, la sociedad en su conjunto.
La gente que se levanta temprano y se va a trabajar, a cumplir con un horario, que atiende parámetros de medición, de resultados… que paga impuestos.
Esa gente ha votado en masa porque quiso cambio de personajes en puestos de autoridad… ya comprobó que ese grupo de personajes (de Morena) no está preparado aún para gobernar. Esa es la realidad.
Se necesita siempre la ‘profesionalización en la política y en el servicio público’… y de eso es lo que menos ofrece Morena y su grupo de representantes.
Se ocupan las matemáticas, la economía… y no el ‘rollo’.
Se ocupa la tecnología, la ciencia… y no el ‘fetichismo’.
Y aún cuando el candidato de Morena para gobernador, sabe algo de ciencia y educación, por su antecedente de vida universitaria; no obstante eso, la oferta de Morena es eso… el retroceso a una clase política no profesional, ineficiente.
La involución a un sistema educativo centralizado y atrasado; un sistema de salud apabullantemente ineficientemente, con un sistema de justicia ‘a mano alzada’, en un país que llegará –si los dejamos- a ser gobernado por Noroña, Citlalli o Yéidckol… tarde que temprano; una patria que con todo y su grandeza, no merece ser llevada a los éstándares de una república comunitaria y bananera.
Usted, senador Zamora, no va a ganar con los ‘lambiscones del PRI’ o del PAN o del PRD, que ahorita lo amenazan con irse de la alianza si no les cumple sus exigencias… esa gente no gana ni en su cuadra.
Déjelos que se vayan. Usted va a ganar con el apoyo de la gente sin partido, que es la enorme mayoría. La que a esta hora –se insisite- está trabajando, auxiliando a su familiar enfermo de coronavirus, ayudando a su hijo en la computadora con la tarea o a su mujer en el fregadero… esa gente que es decisiva…. Y que está conectada a las redes –por necesidad ahorita-, que ve televisión y que oye la radio.
Su campaña deberá ser 80% de aire y 20% de ‘tierra’. No deje de visitar físicamente a quien se deje..o se pueda, sin olvidar protocolos de seguridad, pero… en su mensaje estrá cifrando su victoria, Senador Zamora.
Vamos, para ser más claro… en el mismo lenguaje de sus oponentes.
Si implemantara Usted , Senador Zamora, una especie de ‘mañanera’ diaria, sin gastar en escenografía siquiera, ni en logos de partido ni de alianza, solo convocando a los medios diariamente y durante 90 días o lo que dure la campaña, en un tapanco –se insiste-, para citar en cuestión de minutos una meta incumplida o una de las atrocidades que en sus dos años, ha cometido el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Usted gana la elección… así… se lo aseguro.
Una meta diaria que haya sido incumplida con los sinaloenses: con el agro, con el sector mipyme, con los consumidores, con los automovilistas y el precio de la gasolina, con el precio y el servicio de energía eléctrica que ofrece CFE….
El candidato de la Alianza Va por Sinaloa, debe representar la profunda decepción y el malestar de la sociedad sinaloense y mexicana en general, para confeccionar un mensaje de esperanza y que capitalice en votos el día de la elección.
Su campaña debe ser una gran causa, más que un despliegue de fuerza y ostentación.
Por supuesto que tiene posibilidades de ganar … y muchas.
Sólo debe no ‘acalambrarse’ ante las presiones de la ‘burocracia de los partidos’… se insiste; así se deshiciera de ellos…. Sin ellos, gana la elección con una buena campaña de penetración. Eso debe ser su campaña.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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