FRANCISCO RODRÍGUEZ
Antes de que existiera esa transnacional mexicana que es la cadena de paleterías “La Michoacana”, rifaba entre nosotros el pulque, una parte de nuestra tradición interrumpida. En un desastrado arrebato de sumisión colonial lo abandonamos para producir vino, cuando la vid es un cultivo propicio sólo en regiones minúsculas del país.
Las grandes fortunas mexicanas de trescientos años a la fecha se forjaron a base del maguey. Andrés Molina Enríquez, Toribio Esquivel Obregón, Rabasa y los intelectuales precursores de la Revolución tildaban a los porfiristas de ser cómplices y paniaguados de la “aristocracia pulquera”. No les faltaba razón. El término fue retomado por José Vasconcelos.
Los grandes caciques de Hidalgo, el Estado de México, Puebla y Tlaxcala, señores de horca y cuchillo –más derecho de pernada, por supuesto– construyeron las haciendas que todavía se enseñorean en los alrededores del Valle de los Volcanes. Los titanes del alambique son precursores de una manera de ser y de reprimir.
Hasta Pedro Navajas se rindió a las bondades del tlachicotón
Dejamos en el camino de la cultura del pulque, además de olvidar entretenimientos muy nuestros, como los juegos del rentoy y la rayuela, el consumo de oligoelementos sumamente necesarios para la salud, la infinidad de empleos que generaba el tlachicotón, y una cadena de provechos que todavía extrañamos.
Las pieles de borrego para manufacturar las vejigas que lo almacenaban, los artesanos fabricantes de los acocotes, los guajes en forma de probetas que usaban los chimizcleros para succionar el vientre del maguey y los arrieros que transitaban los caminos con sus recias mulas portadoras de ese líquido muchachero. Toda una cadena de producción.
Los maestros, expertos en las variadas artes y ciencias de la fermentación en los grandes tinacales, prohibidos a la intromisión de las embarazadas, por aquella leyenda de que éstas impedían lograr la exacta espiritualidad del carablanca. Hoy en día, el pulque sólo es un elixir para conocedores de la tradición hermética.
Muy pocos pueden disfrutar de los chivitos y de las catrinas, medidas reglamentarias de los tarros que por su alto contenido de hierro regresan la leche a las amamantadoras y rejuvenecen los cuerpos exprimidos de grandes amantes, obsesivos de la sexualidad, como nuestros antepasados. Hasta Pedro Navajas, el padrote de la leyenda urbana se rindió ante su influjo revitalizante.
La aristocracia pulquera, sustituida por una coalición de intereses
La aristocracia pulquera, sostén del porfiriato y de las enormes fortunas mexicanas de los emuladores del más grande hacendado, Ignacio Torres Adalid, propietario de la mansión colonial que se encuentra en la avenida Juárez, frente al Hemiciclo del Benemérito, murió con gloria. La aristocracia pulquera pasó a mejor vida.
Fue así como el actual sistema político nació el día en que al grupo obregonista se le ocurrió negociar con sus adversarios en la Revolución las cuotas de poder político y económico para formar sólidos gobiernos de coalición de intereses. Diversas tendencias ideológicas, civiles y militares, enfrentadas en la Convención de Aguascalientes.
El Ejército, el empresariado, las grandes familias urbanas y rurales, el agrarismo y el obrerismo, todos fueron incluidos. Ninguna expresión quedó afuera. Sólo se excluyeron los líderes de masas que obedecían tendencias ideológicas internacionales. Después lograron poco a poco su inclusión y también su represión.
La enorme corrupción de Alemán se extendió por todo el territorio
Aún en el período de mayor corrupción del alemanismo, sólo había unos cuantos de los cercanos que tenían derecho a saquear sin freno, a robarse todo. Mientras, los que no tenían autorización, los que detentaban puestos oficiales, debían cuidar con “celo republicano” que no se violaran ciertas formalidades del protocolo.
No era lo mismo hablar de Jorge Pasquel, de Melchor Perrusquía, de Rogerio de la Selva, que del ministro Andrés Serra Rojas o del secretario de Gobernación, Adolfo Ruiz Cortines. El gran capitán de los negocios alemanistas, Justo Fernández, nunca tuvo un solo empleo pagado por los contribuyentes en nómina. Cuestión de modo y manera, decía Pánfilo Natera.
Una legión de negociantes mestizos, habilitados por Alemán, operaban en todos los ámbitos del país, desde Sonora hasta Yucatán. Los Valenzuela, los Ortiz Garza, los Robinson, los Appendole, los Reynoso, y una larga lista de los actuales directorios telefónicos regionales, sustituyeron a los magueyeros Torres Adalid, jefes de la aristocracia pulquera del porfiriato.
En materia de corrupción Miguel Alemán ha sido maestro de todos
A pesar del éxito del alemanismo en la distribución de las “coperachas”, un destacado estudioso de visita en nuestro país, Frank Tannenbaum, se atrevió a criticarlo por aquello de que este país no estaba hecho para las aventuras faraónicas. Le fue aplicado el artículo 33 constitucional, por meterse en política. Y tan, tan, a otra cosa mariposa. Pero lo que pasa ahora no es moco de pavo:
Los regímenes siguientes, quien más, quien menos, se ajustaron a las tónicas alemanistas, aunque muchos juraron por ésta que lo detestaban. Fue y sigue siendo un ícono, desde los sexenios del desarrollo estabilizador, hasta el de la Cuarta Corrupción. Con un añadido: de unos presidentillos para acá, todos entran a la competencia para saber quién acaba su sexenio más rico que Carlos Slim. El actual, va a velocidad turbo, cerrando peligrosamente.
Por sus ingresos como burócrata, AMLO es multimillonario: Forbes
La noticia llegada a través de la revista Forbes, siempre acertada, lo comprueba: el hombrecillo de Tepetitán ya entró con el pie derecho a formar parte del catálogo de los multimillonarios latinoamericanos, “producto de sus ingresos como burócrata “, algo sencillamente imposible de tragar o de siquiera entender.
Sólo que esté amasando una fortuna descomunal a partir de lo que The Financial Times llama su peligrosa adicción a los combustibles fósiles, el combustóleo y el carbón que el sector energético compra a raudales a un intermediario coahuilense, a la electricidad contaminante, al ecocidio en las tierras mayas ampliamente documentado por investigadores nacionales y extranjeros y a otras cosillas, igualmente exuberantes.
Industriales, comerciantes y hoteleros reportan que nadie, de la familia para abajo, menos los carteles rumanos y calabreses que operan en la Riviera Mayas, acepta una comisión menor al 35% del principal. Y así, lo más seguro es exponer el pellejo. ¡Aguas! que uno de los principales mediadores es el pulcro René Bejarano.
El régimen modito Tepetitán es más hipócrita que el de Miguel Alemán
La salvaje intrusión del Tren Maya y de los tramposos contratos de construcción de Dos Bocas y de Santa Lucía, en donde sus testaferros civiles y militares parten el bacalao es ya una cosa juzgada. Y eso que aquí no se cuentan las mermas que producen los programitas de arbolitos, ninis construyendo el futuro, adultos mayores y demás, que se ha demostrado sólo llegan a un reducido porcentaje de beneficiarios. Todo el mundo se pregunta: ¿a qué se deberá?
A diferencia del alemanismo ordinario, realmente corporativo y fascista, el régimen modito Tepetitán es mucho más oscuro e hipócrita. Pues en él, se ha demostrado que todos roban, y no sólo los que no están en nómina. Una caterva de incompetentes e ignorantes asuelan todos los rubros del aparato administrativo, por llamarle de alguna manera.
Dice Olga Sánchez Cordero que AMLO vive “en su propio Palacio”
Y por si fuera poco, el magnate de aquí vive “en su propio Palacio”, Sánchez Cordero dixit, atendido por una legión de mecapaleros pagados por nosotros. El enfermo imaginario todavía no declara los gigantescos moches de ese capital de tres trillones de dólares robado por su cuate Trun al presupuesto sanitario gringo, metido a las bolsas de Nueva York, y que le prometió lavar en los bajos vientres del Banco de México, aunque perdamos el valor de nuestras reservas monetarias. Todo es el arrase.
El veto a las inversiones ya hechas en México de las energías limpias equivale, según The Financial Times, a una cantidad cercana a los 18 mil millones de dólares, que los mexicanos tendremos que apoquinar en los tribunales internacionales. Todo, por el arrase, por andar favoreciendo al compadrito Armando Guadiana, senador de Morena por Coahuila y gran productor de carbón contaminante.
Rebasó por la derecha a la aristocracia pulquera y a la corrupción alemanista
Como el embarazo, lo “inteligente” y la riqueza no se pueden ocultar, pronto será destapado todo este entrambulique.
Lo dicho: el fascismo ¿de izquierda?) rebasó por la derecha a la aristocracia pulquera y a la corrupción alemanista.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: En junio de 2020, López Obrador presentó su declaración patrimonial y de conflicto de intereses anual en donde destaca que en 2019 tuvo un ingreso neto por su cargo como Presidente de la República por un millón 567 mil 640 pesos. En su lista de propiedades aparece una finca de 12 mil metros cuadrados ubicada en Palenque, Chiapas, pero está a nombre de sus cuatro hijos. AMLO declaró no tener deudas ni tarjetas de crédito, pues su único ingreso es el sueldo como presidente: 108 mil 744 pesos, es decir, unos 5 mil 600 dólares.
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