AUTOR: Anthony Smart
En un rancho a las afueras de un pueblo de Texas vive un hombre de unos 55 años. Es alto, delgado y… Su rostro posee un brillo muy especial. Su mirada posee mucha espiritualidad. Toda su persona tiene un aire muy paternal.
Todas las mañanas acude al centro para surtirse de víveres, y para comprar el periódico. Un día de esos, mientras va conduciendo su camioneta, se encuentra en el camino a un joven que camina de espaldas hacia él.
La camioneta cruza junto al joven. El hombre no puede evitar mirarlo. La camioneta avanza un poco más, luego se detiene. El hombre baja y se pone a esperar a que el joven llegue hasta él. Minutos después el joven lo hace. Al quedar frente a él, el hombre ve que el otro tiene una mirada muy triste…
Ficción: El hombre le pregunta que a dónde va. Sin mirarlo, el muchacho le responde que a ninguna parte. “Sí así es, ¿por qué no te vienes un rato conmigo?”, le pregunta.
Ficción: El joven acepta. Entonces se sube a la camioneta. Horas después el hombre queda enterado del pasado doloroso y tormentoso de su invitado.
Ficción: Pasa el tiempo y el hombre llega a querer mucho al joven, quien ahora lo ayuda en las labores de su rancho.
Ficción: Después de un tiempo, el joven comienza a deprimirse mucho. Su pasado otra vez ha comenzado a torturarlo. En las noches le dan pesadillas. El hombre siempre acude a ayudarlo. “Hijo, ¡ya pasó!”, lo tranquiliza, cuando el joven se despierta sudando. Sentado ahora en la orilla de la cama, el muchacho le confiesa a su amigo: “Tengo miedo, ¡mucho miedo!”
Ficción: Pasa el tiempo y un día el joven intenta suicidarse. “¡Lo siento mucho!”, solloza, cuando el hombre lo ha descubierto a tiempo. “¿Por qué lo has hecho?”, pide saber el hombre, que ahora limpia las cortadas que su amigo se hizo en su brazo izquierdo. Desesperado, el muchacho le responde: “¡Quería reunirme con él! ¡Quería estar donde mi padre!” Y poniéndose a llorar de nuevo, añade: “¡Duele! ¡Duele mucho cada día que paso sin él!”
Ficción: Sintiendo un dolor muy grande su interior, el hombre no sabe cómo consolar a su joven amigo. El muchacho desconoce que él también posee un dolor muy grande por haber perdido a su único hijo…
Ficción: Una tarde, mientras los dos se encuentran cortando leña, el joven le pregunta: “¿Qué es la vida?” El sol se va ocultando, todo el paisaje se ve muy melancólico. El cielo tiene varios colores. El hombre lentamente asienta su hacha. Luego, con los ojos llenos de misericordia, mira al joven.
Ficción: “Eso no lo sé”, responde entonces. Y mirando luego hacia lo lejos, añade: “Dejé de saberlo el día en que perdí a mi hijo…”
Ficción: Con el pasar de un tiempo más, el hombre termina convirtiéndose en un padre para el joven. Y éste en un hijo para él. Y es así como los dos logran curar la soledad en sus corazones. Y es así como los dos logran curar sus espíritus… poco a poco.
FIN
Febrero/16/2021