Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George
La oportuna aparición en México del libro de la periodista turca Elce Temelkuran, ” Cómo perder un país “, es también un llamado de atención a las bases mismas de la convivencia. Significa un llamado urgente de alerta, porque previene de los pasos a seguir para pasar de una democracia a una dictadura. Los turcos son expertos en eso.
La historia turca de los últimos siglos es la historia de la resistencia a la opresión. Muchos tiranos se han querido aprovechar de las debilidades de la estructura social, producto de un largo peregrinar de sufrimientos y atracos.
Cada capítulo del libro está dedicado a desentrañar esos pasos, a saber: la manipulación del lenguaje y de la lógica racional; la sustitución de la información veraz por la posverdad; el desmantelamiento de los contrapesos políticos, judiciales y periodísticos; …
… la anulación de los individuos, empezando por las mujeres, su sustitución por ciudadanos sumisos; el error de subestimar el horror; y la desnaturalización o difuminación del país que encarcela, persigue y / o expulsa a sus mejores ciudadanos.
Dice la autora que el propósito de este libro “no es contar cómo los turcos perdimos nuestra democracia, sino intentar extraer lecciones de ese proceso en beneficio del resto del mundo”. Insiste en señalar que la democracia turca fue eliminada por un despiadado populista, Erdogan, la noche del 15 de julio de 2016.
¿Están ya las democracias occidentales infectadas por el virus del autoritarismo? ¿Son los medios de comunicación corresponsables del mal por haber confundido la objetividad con la neutralidad? ¿Es incompatible la democracia con el deterioro de la justicia social?
La autora habla con conocimiento de causa. Ha sufrido en carne propia la represión en el país con más presos políticos en el mundo. Ha recorrido los principales países, ha observado se alejamiento de la democracia y reclama acción antes de que sea demasiado tarde.
En el discurso autoritario ella encuentra asombrosos parecidos: sus soflamas y sus herramientas retóricas, el trazo grueso para identificar al enemigo. Compartamos o no sus experiencias, por exageradas que parezcan, sus conclusiones son increíblemente ajustadas a la realidad.
El llamado de Temelkuran a la combatividad objetiva de los medios de comunicación arroja luz, y no poca, sobre el papel pasivo o colaboracionista a través del cual muchos quieren complicitarse con el verdugo, tratando de evitar la persecución de Erdogan.
Sin avizorar que los medios de comunicación son uno de los principales objetivos del aquelarre tiránico. Toda la prensa escrita y radioeléctrica está en la mira del demagogo y fundamentalista.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.