La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Érase una vez un mesías que en vez de los panes multiplicaba los odios
El escenario es contundente, el próximo seis de junio la ciudanía mexicana votará en dos sentidos: a favor o en contra del presidente López Obrador, la polarización es tal que no hay más opciones.
En este terrible contexto de confrontación, más allá de quienes resulten ganadores, lo cierto es que como proyecto civilizatorio perdemos, la viabilidad de México se ve comprometida.
Si las huestes de la 4T refrendan el triunfo de 2018, buscarán continuar con la destrucción de todo aquello que les huela a ‘la mafia del poder’, consideraciones al margen de si es provechoso o no, el objetivo es homologar las cosas de acuerdo con la moral en turno.
Por el contrario, si la oposición logra imponerse y equilibra la toma de decisiones en San Lázaro, el afán que los moverá será el de obstaculizar el quehacer oficial, situación que puede ser rentable en lo electoral para el 2024, pero que frena cualquier atisbo de progreso.
El drama consiste en que las dos visiones del país son excluyentes por definición, lo cual se traduce en mezquindad política que sepulta cualquier intento de tregua social.
El futuro no es halagüeño, lo indudable es que más tarde que temprano, tendrá que surgir una propuesta que ponga el acento en la reconciliación nacional, de lo contrario seguiremos, irremediablemente, condenados al fracaso. Seremos una perenne evocación de Sísifo.