Por Antonio Ortigoza Vázquez
Morena-Hidalgo semeja una olla de presión pronta a estallar, con la militancia que exige cuentas claras, pero la dirigencia responde con descaro, inverecundia y prepotencia.
Todo comienza con el hecho de la cruda revelación de la realidad de Morena, que no llega ni a simulación de partido, ya que el control decisorio se ejerce sin tapujos por el Superdelegado presidencial, Abraham Mendoza Zenteno, quien negocia directamente con grupos, a la vez que colocó a su hermano Alberto Mendoza Zenteno como jefe de los siete coordinadores en los distritos federales, y su hijo, Abraham Zenteno Solís, a cargo de los distritos estatales.
Pinza familiar cerrada en torno al manejo de las campañas de Morena con miras a los comicios de junio.
Mientras tanto, grupos de militantes de Morena, cada vez más desencantados, porfían en reclamar cuentas por alrededor de 30 millones de pesos que debieron destinarse en las elecciones municipales de octubre pasado a la compra de artículos de propaganda (gorras, playeras, trípticos, banderines) –que jamás se entregaron y fueron abandonados en una bodega de la sede estatal de ese partido– y otros gastos de campaña. Por toda respuesta, el poderoso Subdelegado muestra su insolente desdén, como que el secretario de Finanzas, Adolfo… es una pieza suya, no del presidente estatal del partido, Andrés Caballero Cerón.
Un tanto ilusos, los descontentos anuncian su intención de interponer una denuncia ante el Comité de Honor y Justicia “y asimismo ante la fiscalía especializada”. Todavía creen que Morena es un verdadero partido.
EL ENJUAGUE DE LOS COT´s
Otro de los enjuagues de Mendoza Zenteno es el relativo a los Coordinadores Territoriales de Morena, de los que hay una nómina de mil 782 en total, pero se sabe que reales, no pasan de 300.
Esos coordinadores tienen asignado un “apoyo económico” mensual de ocho mil pesos, pero se sabe que les aplican descuentos de entre 40 y 50 por ciento.
Empero, lo grueso de este asunto, es que hay una nómina para efectos de pago para mil 782 “coordinadores”, pero en realidad, mil 482 son nombres ficticios.
Si se descuentan los 300 coordinadores supuestamente reales, quedan mil 482 que no existen. Así, Mendoza Zenteno tiene en sus manos un “negocito” que le va a dejar 11 millones 856 mil pesos mensuales, lo que dure la campaña.
¡Qué gran negocio ser Superdelegado Presidencial, con funciones plenipotenciarias! Y eso de que “ya no hay corrupción”.
Corre la voz que de ese “remanente” saldrían los pagos “bajo cuerda” en las campañas, que no se reportan al INE y que son extremadamente difíciles de comprobar.
Por otro lado, Mendoza Zenteno se dedica a negociar con “La Sosa Nostra”, de la UAEH, en forma directa con Damián Sosa Castelán, hermano de Gerardo, el cacique encarcelado en Almoloya. Se menciona un arreglo en dos distritos locales, 12 y 13, para dos mujeres que colocará directamente Mendoza Zenteno por cuenta de Morena, pero que serán postuladas, Elvira Sierra Vite, en el 13, por el Verde Ecologista y Tania Meza en el 12, por el PT.
El Superdelegado mueve las fichas a su antojo y los partidos “en alianza” son algo menos que comparsas.
Así las cosas, en Villas del Álamo, municipio de Mineral de Reforma, el candidato a diputado local será Jesús Osiris Leines Medécigo, director de Educación Media Superior en la UAEH, por el PT, aunque ese partido apenas si tiene alguna presencia en Apan.
Por otro lado, Martín Sandoval Soto, quien es Secretario de Fortalecimiento de Ideales (¿?), Valores Morales, Espirituales y Cívicos (¡Riata!), del Comité Nacional de Morena, hace su luchita y promueve a diputada federal por mayoría a Lidia García Anaya y a Claudia Márquez, con apoyo de la UAEH.
Sin duda, Morena en siete años, se ha convertido en un partido que ha sido devorado por una horda de rufianes.