La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El asunto es que, por su sacrificio, los crucificados son 126 millones
Una forma práctica, de distinguir a un político profesional de un oportunista, es que estos últimos desaprovechan la magnífica oportunidad de quedarse callados.
La entrevista en la que el cortesano Antonio Attolini compara, con falaz tono doctoral, al presidente López Obrador con Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Nelson Mandela y Jesucristo, es un homenaje a la inveterada estupidez de los lambiscones.
De entrada, el tabasqueño no ha estado en la cárcel por motivos políticos, ha ejercido su derecho a la manifestación por medios electrónicos e impresos y, además, ha sido diputado, líder partidista, jefe de Gobierno del otrora DF, presidente de la República y crítico feroz.
Por el contrario, Luther King, Gandhi y Mandela estuvieron presos (el sudafricano 27 años), también lucharon por un ideal indeclinable que fue eliminar la segregación social y los fanatismos religiosos, a lo que se añade que el reverendo y el hindú fueron asesinados.
Acá, es público y notorio que ‘las mañaneras’ son una guillotina mediática en la que se decapita a los que disienten, el fundamento moral de la 4T es la vendetta no el consenso.
Sin embargo, el disparate toma tintes de enfermedad psiquiátrica, cuando equipara al don con Jesús de Nazareth, cuya obra diferenció la historia de la humanidad en un antes y un después. Previo a su llegada los profetas lo anunciaron…dos mil años más tarde prevalece.
Por fortuna el mamarracho no baila como Salomé, sino, ya hubiera obtenido su candidatura.
Posdata: algunos, quesque por austeridad, hacen el ritual del lavado de pies con la lengua.