* Del fuego amigo al golpe interno
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez/@ortigoza2010
Especial Expediente Ultra
En la política hidalguense comienza la lucha por los votos, pero de manera singular, en paralelo surge la guerra sucia, no tanto entre partidos rivales, lo que sería en cierta forma “normal”, sino dentro de la misma institución.
¿Desquite de aspirantes eliminados? Eso y cualesquiera otras motivaciones, pero el objetivo, el mismo: aguar la fiesta.
A los correligionarios ardidos no importa que el candidato que ganó la postulación tenga que distraer -llegado el caso- energía y recursos en nulificar esos embates supuestamente desde las sombras de la simulación, lo que debería concentrar en los esfuerzos para ganar la simpatía de su electorado.
Es una práctica autodestructiva en las inescapables consecuencias, pero eso tiene sin cuidado a los practicantes del juego viciado. Se organizan golpes a traición que, si tienen éxito, pueden torcer el curso de los acontecimientos y la buena marcha de los negocios públicos.
En las condiciones actuales de la vida pública, en lo general basta “filtrar” a uno o varios medios de comunicación la especie de “una investigación en curso” desde ciertos estamentos del gobierno federal, para poner en guardia a un candidato a puesto público para los comicios de junio.
Después de todo, si hay un gobernador con juicio político en progreso y una candidata a gobernadora que ya fue sometida a una humillante audiencia de 14 horas por una acusación urdida por el gobernador en funciones ¡de su propio partido!, pues así las cosas, cualquier versión malévola “puede funcionar” contra cualquier candidato en cualquier otra parte de país.
Así pues, con los caminos de la infamia pavimentados, en Hidalgo se comienza a recorrer la ruta del cieno pútrido.
El asunto es que cuando se usan detritus como arma arrojadiza, las manchas y el hedor se impregnan por muchos lados y no pocas veces rebotan hacia los que inician la infecta lucha.
Para enfrentar esas situaciones, se requiere pundonor, templanza, buen juicio, y así, enfrentar la insidia con altura de miras, nunca caer en la guerra de estiércol.
Son reflexiones como aporte a la política que brinde auténticas alternativas de progreso en todos los órdenes, comenzando por los cívicos.