La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Los errores de YSQ no implican la redención de los mafiosos
La decisión de Diego Fernández de Cevallos, de sumarse como usuario en Twitter, fue rodeada de una gran parafernalia. El hecho fue connotado, como si se tratara del retorno de un justiciero que se encargará de darle su merecido a la 4T.
En este contexto, el jefe Diego no entiende, que su honorabilidad está muy cuestionada, por lo tanto, sus dichos no pueden ser un referente para las nuevas generaciones.
Junto con Carlos Salinas, el panista es considerado uno de los principales artífices de lo que Andrés Manuel López Obrador define como la ‘mafia del poder’, ese grupúsculo que se ha enriquecido a costa de hacer grandes negocios desde la administración pública.
Justamente tales sospechas, que en más de un caso se han confirmado, impiden que el queretano se asuma como un líder moral, puede criticar el quehacer de AMLO, pero los errores cometidos por el actual gobierno no lo eximen de todas las triquiñuelas que él hizo, por ejemplo, haber acumulado un millonario adeudo por no pagar el predial de su rancho amparado en sus relaciones públicas.
La generación política, de la cual don Diego es un destacado representante, fue incapaz de construir un país menos desigual, por el contrario, prohijaron la corrupción y la injusticia social, así pues, por un mínimo recato, deben callarse y dejar que otros traten de enderezar todo lo que torcieron.
Si la 4T continúa o no en el poder, será asunto de los electores y de los liderazgos emergentes, no de los que se fueron por incapaces y pillos.