Héctor Calderón Hallal
En estos 29 meses de ‘democracia, esperanza y desarrollo’ los mexicanos hemos luchado muy intensamente para no caer en las garras de la confrontación inútil entre hermanos; de la guerra intestina a la que nos orilla un gobierno que divide con ‘grilla’ a los vecinos, en bandos de enemigos y a los habitantes de toda una nación, en agraviados y resentidos.
Una sociedad mexicana confrontada entre el norte y el sur, entre chairos y fifís, entre nacos y pirrurris, entre feos y guapos, entre blancos y prietos… no puede ser nada bueno como destino para un país.
Es una distopía brutal, a la que no debemos nunca asomarnos de nuevo.
Este día, como quizá en otros más, en el estado de Sinaloa se presentará el primer debate político entre los candidatos al gobierno de aquella risueña entidad.
Como natural de aquellas tierras, deseo que el vigor, el empuje de mis paisanos desde allá, empuje a un cambio que repercuta al resto de la nación mexicana.
Un cambio de mentalidad con respecto de la política y de la forma de convivencia que hemos observado en esos últimos 29 meses de desastre que, se están convirtiendo ya, en una pesadilla solo digna de un relato de Franz Kafka.
Hoy es un buen día para empezar a limar asperezas entre los sinaloenses; hoy conoceremos –de algún modo- quien será el próximo líder de la entidad porque, en breves trazos de la retórica que enseñen y con su conducta ante el conglomerado, sabremos los sinaloenses sin batallar, quién es el más apto para el cargo… porque como decimos allá, “en la pura forma de agarrar el taco se conoce al que es tragón”.
Hoy es una buena fecha para quitar las barreras entre los aquellos y los nuestros. Es el momento propicio para volvernos a sentir un solo sentimiento; porque a partir de hoy, si así lo acordamos, no puede haber más que futuro en el camino que nos espera.
Un futuro donde cabemos todos, en una patria inclusiva, como no hace mucho tiempo lo fue.
Porque un gran pecado han cometido gobernantes y dirigentes, al confundir por las diferencias ideológicas y los intereses políticos, a la población; alentando el odio histórico subyacente y los resentimientos insolutos que, combinados con los complejos de inferioridad y la ignorancia, se han convertido en una verdadera bomba a punto de estallar.
Debemos mirar todos hacia un futuro donde se refunde una nación amplia y generosa, tal y como la soñaron nuestros ancestros, pioneros de esta gran nación.
Un Sinaloa donde nadie sienta que su destino está en la intemperie. Porque debemos llegar juntos, todos o ninguno, a un milenio con nuevos desafíos. Desde hace varios años el siglo 21 nos plantea nuevas tareas, nuevos retos, quizá aun desconocidos hasta ahora.
La pandemia y el enorme reto de producir sin contaminar, respetando la naturaleza, son solo algunos de esos desafíos, pero el que más importa solventar, debe ser el cómo nos relacionamos entre nosotros mismos.
Cómo interactuamos en comunidad, venciendo el individualismo, la indiferencia y la desesperanza. Ha llegado el momento en que nos miremos unos a otros ¿porqué no?, cara a cara y veamos en el prójimo, el sufrimiento diario de aquel cansado padre de familia ya fallecido, en sus interminables faenas bajo el rayo del sol, ganando el salario mínimo entre los surcos o el de aquella madre, batallando con la quimioterapia bimestral, haciendo largas filas en hospitales públicos, soportando malas caras de la burocracia y recibiendo dolorosos tratamientos contra el cáncer, provocado por el uso indiscriminado de insecticidas y herbicidas aplicados en las parcelas.
Es el momento idóneo para reconocer un origen pletórico de bendiciones y de cosas materiales como espirituales con las que fuimos criados los sinaloenses, en un sincretismo de minimalismo, irreverencia y abundancia.
Donde ser un ‘plebe’ no implica condición de miseria ni de jerarquía social. Donde andar descalzo, es un privilegio monumental en comparación al andar mecánico y tedioso de un par de mocasines ajustados en la gran ciudad. Donde se puede tener un gran río o hasta un mar para sí mismo, en tiempos en que el agua en otras partes se embotella y no poseer dos monedas puede marcar la diferencia, entre ser o no ser… entre subsistir o perecer.
El debate de hoy en Sinaloa, debe ser un ejercicio para reflexionar sobre todo eso; sobre el gran pueblo que somos y los grandes retos que se tienen para conjuntar el progreso económico con la armonía social; para hablar sobre temas que edifiquen, soportados sobre una base de tolerancia y respeto. Es una oportunidad inmejorable para encontrar puntos en común, más allá de las diferencias ideológicas. El llamado es a los candidatos, organizadores y dirigentes de los partidos, a no malbaratar este ejercicio en un encontronazo que rinda culto a la mentira y la calumnia, que propongan el exterminio de la moral pública del oponente o que demerite a la convivencia misma.
Mirémonos unos a otros sin resquemores, sin suspicacias, como lo hacíamos antes, cuando dormíamos en catres, dispuestos en el portal o el patio de la casa durante aquellos veranos infernales. Recuperemos la fe en el futuro, en lo que somos… por lo que fuimos y por lo que seremos: un gran estado.
El pasado es lo que es: un tiempo pasado, que no volverá.
No lo olvidaremos nunca, pero nuestra mirada está puesta en el mañana. Un mañana más próspero, más justo, más igualitario, más participativo.
Es por todos sabido que en 6 años no resolveremos todos los problemas. Pero estaremos dando un paso adelante hacia la solución. Será el primer gobierno de los ciudadanos , de los sinaloenses, donde la moneda de curso siga siendo la sinceridad, la fraternidad, la amistad, la sencillez, el amor a la tierra, a lo más sencillo, a la casa, al origen.
Donde cualquier rasgo de desarrollo lo consagremos a las nuevas generaciones pero, haciéndoles siempre ver que no hay éxito sin esfuerzo, que no hay honor sin familia ni patria y que no hay sabiduría sin Dios.
Hemos visto con tristeza ya algunos esbozos de descalificación entre las principales fuerzas políticas.
Mario Zamora, de la Alianza PRI-PAN-PRD, acudió ante el representante social para denunciar difamación, calumnias y acoso provenientes de ‘quien resulte reponsable’ en la investigación.
Rubén Rocha Moya, de Morena-PAS, por su parte, dijo que reconoce a la ‘Guerra Sucia’ y que la va a combatir, pero ha tenido actitudes hostiles hasta con la prensa que lo critica. Y Sergio Torres, tránsfuga del PRI y vistiendo la casaca de Movimiento Ciudadano, amenaza con ser ‘un chivo en cristalería’ la tarde de este jueves, haciendo lo que sabe, torpedear y vociferar sobre la fama pública de los adversarios. Ellos 3 son, como los más visibles aspirantes a ganar la elección, quienes tienen la responsabilidad de desempeñar un debate de altura y digno de Sinaloa y su gente hoy por la tarde, en el Teatro Lince de Culiacán, en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Occidente.
En un escenario donde aun no se digiere por muchos sinaloenses, radicados allá o fuera de la entidad, la forma tan cobarde en la que se lanzan petardos a la buena convivencia y a las personas de bien.
Leímos con tristeza por ejemplo, una nota malintencionada, errática y fuera de contexto, de una sección editada en México por el diario El País, cuya edición de Madrid resulta muy prestigiada pero, lo que hace su corresponsalía en México y América Latina, “correteando tochis regionales” y dando lugar a especies noticiosas erráticas, más que imprecisas, deja mucho qué desear.
La nota relata algo que ni siquiera llegó a hacer un acto consumado, por parte del prestigiado politólogo y servidor público que es Heriberto Manuel Galindo Quiñones, probo y honrado político mexicano, nacido en Mocorito, Sinaloa, hace algunos años ya y que ha puesto muy en alto el prestigio y el talento de los sinaloenses que se dedican de forma profesional al servicio público desde la capital de la República.
Heriberto es un gran activo de la política mexicana; en Sinaloa no se le alcanza a valorar lo suficiente, en todo su historial como docente, como alto burócrata pero sobre todo… como el gran ser humano, fraterno y generoso que es, con sus paisanos y con quien se acerca en general a él en todo momento, provenga de donde provenga.
Para sintetizar: Junto a Heriberto Galindo, tal cual es, cualquier político ahorita que se diga ‘de nivel’ en Sinaloa… no es más que un ‘político de rancho’, así sea exgobernador.
Así que ¡Ánimo Heriberto!… solidaridad para ti y reconocimiento. Así haya sido ‘fuego amigo’ el periodicazo, que está más que claro que es falso, quien te conoce sabe quién eres y de qué estás hecho.
Autor: Héctor Calderón Hallal
@pequenialdo