Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George
Moisés Naim, una de las mentes más lúcidas de América Latina, el opositor constante a los desvaríos dictatoriales de Chavez, Maduro, Bolsonaro, Ortega, Evo Morales y Fernández, entre muchos otros gobernantes sudamericanos y caribeños, apaga de pegar de nuevo en la Diana.
Es el mismo que reveló por primera vez en las páginas editoriales de los mejores diarios de Occidente la especie de que México se había convertido en una tierra de carteles, no sólo de droga, sino de todo lo monopolizable: el juego, el deporte, el comercio, el transporte, la medicina, los órganos humanos y el tráfico en base a los mercados negros.
Miembro del Carnegie Endowment for Interational Peace, acaba de señalar en una entrevista con The Financial Times que los proyectos del Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, semestral que el gobierno mexicano vive enamorado de las malas ideas.
El diario británico publicó un reportaje en el que, de acuerdo a los expertos, el mandatario parece encarnar propuestas y proyectos que llevan el país hacia el pasado, ” orientando firmemente el barco económico mexicano hacia el siglo diecinueve “, dicen los economistas de Citygroup.
El propio Moisés Naim estimó que el titular del Ejecutivo Federal mexicano es ” quizá el máximo exponente en América Latina de lo que yo llamo necrofilia ideológica, una atracción apasionada por ideas e ideologías que ya han sido probadas y fracasadas infinidad de veces en México “.
El Financial Times recordó que incluso antes de la pandemia por Covid el país se encontraba en recesión, esto pese a que López Obrador había prometido un crecimiento del Producto Interno Bruto de hasta seis por ciento anual.
En tanto, los pobladores que se encuentran en la periferia por donde pasará el Tren Maya consideran que la obra no es sinónimo de desarrollo y esperan que el gobierno recule al respecto.
El mismo día, Quinn McKew, directora ejecutiva de Artículo 19 Internacional, exhortó al presidente Andrés Manuel López Obrador a frenar sus ataques contra la organización y periodistas mexicanos.
Ella considera que al demonizar a la prensa, lejos de dirigirse hacia una verdadera transformación sigue prácticas autoritarias que socavan la democracia.
“Y es que no es novedad, opina, que el titular del Ejecutivo ataque constantemente a la prensa que cuestiona su gobierno, calificando su ejercicio periodístico como tendencioso y servil hacia sus adversarios.
Sólo si paran los ataques constitucionales a nuestro sistema de vida puede frenarse la embestida crítica que las mentes más lúcidas del planeta están infligiendo con sobrada razón a nuestro país, hasta reducirlo a un lugar que lo está confiando al borde del desastre.