La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
No es lo mismo el ¡hay Toro! al ¡ay torito!
La decisión del TEPJF, que avaló la resolución del INE para retirar la candidatura a Félix Salgado Macedonio, que buscaba la gubernatura de Guerrero, podría considerarse como un respiro para la 4T, ante los empecinamientos de su líder moral.
En efecto, un sector moderado del lopezobradorismo siempre consideró inviable la aspiración del grotesco personaje, pero el machismo político del Tlatoani nunca puede replegarse, por lo tanto, la orden fue ir hacia adelante atropellando a quienes se opusieran.
El escándalo de postular a un presunto responsable de abusos sexuales, como es lógico, se volvió global, además, el creciente Movimiento Feminista lo convirtió en bandera de su causa: ‘un violador no será gobernador’.
En este sentido, a pesar de las cacayacas que AMLO y adláteres lancen a magistrados y consejeros, en el fondo deben sentirse tranquilos (y agradecidos), porque se habían metido en un callejón sin salida, del cual fueron rescatados por las instancias jurisdiccionales.
Justo, ese es el meollo del asunto: los órganos autónomos (en apoyo al equilibrio de poderes), sirven para acotar cualquier pretensión de autoritarismo gubernamental, de ejercicio monopólico, de chicanadas partidistas, o sea, circunscriben el actuar del Estado mexicano y otros actores predominantes, a los límites que les marcan las leyes.
En realidad, la anterior fórmula es sencilla de entender, sólo se les complica a los conservadores que se dicen liberales, a los ‘profes que dan clases’ de historia sin conocerla y a los autócratas que gritan a los cuatro vientos ser demócratas…¡ah! y humanistas.