* Sin la menor pizca de ética política y con un contumaz cinismo, la candidata a la diputación federal del VI Distrito de Pachuca por Morena, Lidia García, busca reelegirse sin haber cumplido una sola de sus promesas de campaña del 2018; propuestas que como una burla a los electores busca reciclar para reelegirse en un cargo legislativo que no reportó ningún beneficio a la ciudadanía. El temor a ser descubierta en sus mentiras e ineptitud fueron las razones para rehuir el pasado debate
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez/@ortigoza2010
Especial para Expediente Ultra
No se necesita mayor ciencia para explicar a detalle la ausencia de la morenista Lidia García en el pasado foro organizado por el sector empresarial, para conocer los puntos de vista y propuestas de los candidatos a la diputación federal por el VI Distrito de Pachuca.
Al analizar el contenido del debate que sostuvo con Daniel Ludlow. su entonces oponente en 2018, queda al descubierto que la ex líder sindical de los académicos de la UAEH, es una contumaz demagoga. De todo lo que entonces prometió, su balance legislativo está en ceros.
Por eso, prefirió no subir al ring de las ideas, a sabiendas de que iba a bajar no solo vapuleada sino prácticamente noqueada. Por el momento, la salvó la campana de los acortados tiempos electorales porque un segundo debate hubiera sido demoledor.
Veamos por qué:
En unos meses, su gestión llegará al término. Y ante ello, Lidia García Anaya busca la reelección para, según ella, hacer todo lo que no hizo, echando mano de la eterna excusa de los diputados mediocres: Tres años son muy pocos para lograr algo trascendente. Y menos, seguramente, cuando se es parte de una mafia como La Sosa Nostra, el radio de acción se circunscribe a la defensa de los intereses creados, pero inclusive en esa tarea falló, ya que su jefazo fue a dar con sus huesos al penal de Almoloya, junto con narcos y secuestradores, acusado de lavar 151 millones de dólares extraídos de las arcas de la UAEH.
En las redes circula un video donde la diputada hace señalamientos a su Morena que difícilmente podrían mejorar los más feroces críticos del partido mayoritario. Dice: “Lo que falla en Morena es la organización, la planeación, la lealtad (¡Huy!), el compromiso. Yo respeto mucho a todas las personas, militantes de Morena, que vienen desde atrás… yo los respeto muchísimo… la mayoría no tiene la representación, desafortunadamente, para poder contender”. (Vaya, pues, una forma de argumentar en pro de su reelección).
En la campaña de 2018 para el Congreso Federal, doña Lidia debatió con mucha cara dura –ante otro “cara dura”–, en el recinto del INE para proclamar que “apoyaré plenamente el proyecto de la 4T, a fin de que todos los programas y acciones puedan llegar a los ciudadanos, incluso, ello, aunque vaya contra mi propia bancada”.
DANIEL LUDLOW SEÑALÓ CONTROLES Y CORRUPTELAS
En una parte de aquel debate, el panista Daniel Ludlow Kuri lanzó señalamientos precisos en cuanto a la organización que patrocinó la candidatura de García Anaya y denunció: “Es verdaderamente insultante que estudiantes, docentes y trabajadores universitarios se vean obligados a realizar tareas proselitistas en favor de López Obrador y los candidatos a diputados. Esto ha llegado al extremo de llevar a miembros de la universidad a confiscar un día, ejemplares de la revista Proceso, y al otro día, del diario Reforma, por sendos reportajes donde exhibían la podredumbre de la política universitaria.
“Por tres décadas, esta institución ha sido controlada por un grupo para obtener poder económico y político”.
A esto, la entonces todavía candidata de Morena, respondió: “Todos, académicos, estudiantes, trabajadores, somos individuos y tenemos libertad para estar en el partido que cada quien decida. A nadie se obliga, todos son mayores de edad y cada quien elige la política que le parezca conveniente”.
Bueno pues, sí lo hizo, pero cuando rompió lanzas en defensa de su gran jefe, Gerardo Sosa Castelán, cacique por más de 30 años desde “El Grupo Universidad”, más conocido como la Sosa Nostra, cuando fue recluido en Almoloya, junto con narcos y secuestradores, y pues así fue, su bancada la dejó “chiflando en la loma”.
Doña Lidia no tuvo empacho en repartir de lo que le sobra al proclamar, con tono que quiso ser dolorido: “La ambición de poder y dinero han lesionado al país, en una historia de ineptitud y corrupción en los gobiernos, lo que no se va a repetir, y para eso pido votar por Morena”. Pues ¡caramba! No sólo se repitió, sino que se empeoró, con todo y la cachaza con que se pretende negar hechos crudos. (Y ni Pío).
También se le llenó la boca a la diputada García Anaya cuando dijo que “inseguridad y violencia a niveles intolerables, homicidios, secuestros, desapariciones forzadas, en eso el gobierno federal no dio resultados” y enseguida, prometió “un plan para combatir al crimen desde una cultura de paz (¿alguien entendió?), donde los jóvenes accedan a la escuela y en suma, atacar el problema desde su raíz”.
Todo indica que la diputada no pudo encontrar “la raíz” o quizá no puso mucho empeño, toda vez que “la lucha contra el crimen” quedó de manifiesto en ese tan triste como vergonzoso episodio nacional con el “culiacanazo”, cuando desde la presidencia de la República se ordenó la liberación de Ovidio (no el rápsoda latino, sino el hijo del “Chapo” Guzmán) y quedaron hechas trizas los restos de colaboración con FBI y DEA. Ya no mencionemos ese viaje de seis horas por un camino pedregoso para ir a besar la mano de La Jefa por rumbos de Badiraguato.
En materia laboral, la diputada se lanzó contra las reformas del gobierno anterior porque “perjudicó a los trabajadores” y que las empresas “tienen mucha carga fiscal”, pero a estas alturas del trienio, pudo presumir la feroz persecución realizada al alimón por el SAT y la UIF, en cumplimiento de una política de vil extorsión contra la clase empresarial y de la que los diputados de Morena, de nuevo, no dicen ni Pio.
Señaló “débil crecimiento” en el estado de Hidalgo, pero en vías de hecho fue un elogio, porque en promedio el país no ha tenido “débil crecimiento” sino crecimiento cero en el primer año y un derrumbe de -8.5 por ciento en 2020, que no se recuperará sino hasta quizá 2025 o después.
Donde mostró a plenitud su cara dura fue en el tema universitario, cuando dijo que el ex gobernador Francisco Olvera utilizó las universidades para “la estafa maestra”, con la ostensible pretensión de tapar con un dedo el brutal cacicazgo de más de 30 años de la Sosa Nostra y el hecho de que a raíz del encarcelamiento de Gerardo Sosa Castelán, ella asumió la presidencia del Patronato Universitario para ejercer, en vías de hecho, un cacicazgo sustituto.
Con esas improbables credenciales es como doña Lidia García Anaya pretende su reelección como diputada por el VI distrito de Pachuca, pero enfrentará en esta ocasión a un rival muy sólido, con Benjamín Rico, quien a la vista de los ciudadanos, representa todo lo contrario a la ya jefa “sustituta” de la Sosa Nostra.
(Expediente Ultra anexa a esta columna videos con parte de las promesas incumplidas de la legisladora federal, hechas en 2018. Este medio los pone a disposición del electorado no solo del VI Distrito sino de todo el Estado para que norme su criterio en las cercanas elecciones)