* ¿Quién sale de noche sin el Jesús en la boca? Nadie, cuando entran a las casas y se llevan a Ana Karen, Luis Ángel y José Alberto, y los borran con toda impunidad; nadie, cuando Ovidio Guzmán impone su liberación; nadie, cuando la línea doce se derrumba en un tramo y causa 26 muertes. Lo que sucede en México es grave, ¿lo seguiremos tolerando?
Gregorio Ortega Molina
Cuando el presidente de la República manda al carajo los hábitos, las instituciones, las personas, realmente desprecia a sus gobernados. Considera que son su mascota, lo ha dicho.
Cuando hace uso de la tribuna casi todas las mañanas desde su triunfo electoral, usa la palabra para arengar -no informa, porque siempre usa de sus otros datos, tampoco convoca a la unidad nacional- en contra del pasado reciente y lejano, para hacer escarnio de la prensa que ha decidido no elogiarlo, de la oposición tan disminuida, pero que le preocupa… Lo que sucede en el salón de la Tesorería es un llamado a la división, a la confrontación social, al desprecio a los que tienen un poco más de los que nada poseen, a la destrucción de la clase media.
Se comporta como un filibustero y se sirve de todas las armas a su alcance, para gobernar sin tregua y sin piedad en contra de todo aquello y todos esos que, según él, lo afrenta y lo afrentó en un momento de su vida. Su comporta como Atila y arrasa con todo lo que le hace sombra.
Transcribo lo que leo en el diccionario, porque el lenguaje está vivo, y si los filibusteros ingleses con patente de Corso ya no existen, ahora son otras las modas, pues los piratas existen. “En la actualidad, el filibustero es un término que se utiliza, sobre todo, en el ámbito político para referirse a los diputados o congresistas que, desde el sistema parlamentario del que forman parte, optan por tomar medidas para poder retrasar durante largo tiempo o bloquear por completo lo que es la aprobación de una ley, una enmienda, una reforma”.
Cierto es que la culpa de que esto suceda la tenemos los gobernados, porque hemos tolerado todas las afrentas de los gobiernos de la Revolución, de la transición y de la 4T. Incapaces de organizarnos al margen de los partidos, de levantar la voz si no es a través de contadas organizaciones civiles y de la prensa tradicional o a través de unas redes sociales más infiltradas que la sociedad soviética por los comisarios del pueblo.
¿Permitiremos que continúe el embauque? ¿Seremos capaces de asumir nuestra responsabilidad, poner un hasta aquí e impulsar la reforma del Estado, para sacudirnos este modelo político de arengas y filibusterismo? Imposible comprender el por qué agachamos la cabeza, a menos de que sea una herencia de esa traición original que permitió establecer la Colonia.
¿Quién sale de noche sin el Jesús en la boca? Nadie, cuando entran a las casas y se llevan a Ana Karen, Luis Ángel y José Alberto, y los borran con toda impunidad; nadie, cuando Ovidio Guzmán impone su liberación; nadie, cuando la línea doce se derrumba en un tramo y causa 26 muertes. Lo que sucede en México es grave, ¿lo seguiremos tolerando?
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Para esta 4T no todo es coser y cantar. Empeñados en ser distintos, o diferentes, o no iguales, terminaron por ser peores y agravar los problemas de saludo. Veamos “Si comparamos -escribe Darío Celis en su columna de El Financiero de ayer- los medicamentos adquiridos para su consumo en el primer trimestre de 2019 en el SNS público, con los efectuados en los primeros dos años del gobierno de la 4T, encontramos que en 2020 la magnitud de piezas consumidas decreció en un 6.1%.
“En 2021 disminuyó, comparado con 2020, en 42.2%, al pasar del 2019 de 332 millones 652 mil piezas a 312 millones 516 mil en 2020, y a 180 millones 533 mil en el primer trimestre de 2021¸considerando en este último periodo todos los medicamentos adquiridos por su lado, por parte de las instituciones del SNS público, en paralelo a los 60 millones piezas que se supone fueron ya adquiridos bajo el esquema UNOPS-INSABI.
“El monto de lo adquirido en 2019 fue 12 mil 506 millones de pesos, en tanto que para el primer trimestre del año 2020 solo tuvo una caída del 1.3% en valores, al erogarse 12 mil 339 millones de pesos y para el 2021 registró un decremento de solo 0.3%, consistente 12 mil 303 millones de pesos.
“De modo que se compran menos piezas de medicamentos con un valor similar al que les dejó la administración de Enrique Peña Nieto, lo que subraya el fracaso del esquema UNOPS-INSABI y el ensayado en 2019 con la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda”.
Es cierto, no son iguales…
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@OrtegaGregorio