*En 2011 se evaluó peligro de narcoelecciones
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
“Muchos se preguntan (en México) si los cárteles del narcotráfico influirán en las próximas elecciones. Es un riesgo que evalúa el gobierno mexicano, especialmente después de los comicios de Michoacán…”
La nota transcrita, ciertamente, no corresponde a una preocupación del gobierno de la 4T por el pasado proceso electoral del seis de junio, sino que es un fragmento de un despacho de BBC News, del dos de diciembre de 2011, hace casi 10 años.
La nota continúa: “La Procuraduría General de la República está investigando presuntas amenazas de parte de los cárteles, tanto a candidatos como de electores. El proceso alertó a las autoridades. Alejandro Poiré, el nuevo secretario de Gobernación pidió cerrar el paso a la delincuencia organizada: “No habremos de permitir que el crimen, cualquiera que sea su expresión, invada nuestro derecho a elegir libremente a nuestros representantes”.
Llama la atención el hecho de que hace 10 años, las autoridades se interesaron en lo que sucedía en varias partes del país: Rodolfo Torre Cantú, candidato a gobernador del PRI en Tamaulipas fue asesinado en una carretera por un grupo de sicarios de “Los Zetas”; en Veracruz, varios candidatos recibieron amenazas; en Michoacán, grupos de encuestadores de las firmas Mitofsky y Parametría fueron secuestrados cuando hacían sondeos en municipios en disputa por dos cárteles antagónicos del narco.
Pero en este seis de junio, la autoridad federal no sólo guardó silencio y no movió un dedo para contener la embestida de grupos criminales contra candidatos, sino que el presidente Andrés Manuel López Obrador externó un consternante cuanto encendido elogio hacia los miembros del crimen organizado.
En la “mañanera” del lunes 7, el presidente dijo de los cárteles del crimen organizado: “Se portaron muy bien”, con su típica sonrisa sardónica.
Hay más datos en torno a lo sucedido en Sinaloa, por ejemplo, el periodista Ismael Bojórquez, del prestigiado semanario “Río Doce”, de Culiacán, diseñó un cabezal principal en esta forma: “Arrasan Morena-PAS con el apoyo del cártel”. Publicó que “cuadros de acción electoral del PRI en Sinaloa fueron secuestrados por grupos de la delincuencia organizada y les obligaron a revelar sus estrategias para los comicios del seis de junio y así impedir que el tricolor pudiera entorpecer la el triunfo de Rubén Rocha Moya, de Morena”.
“SI NO GANA ROCHA, LOS VAMOS A MATAR A TODOS”
Bojórquez cita el relato de los secuestrados en este tono: “Dijo aquel joven que cuidaba que nadie se moviera: ‘Si no gana Rocha, los vamos a matar a todos’.
Traía pecheras, un fusil terciado y un transmisor de donde se escuchaban órdenes y pormenores de la jornada electoral…si ya llegaron a la casilla tal… si estaba bajo control… si la operación marchaba bien”
Bojórquez obtuvo testimonios de 20 personas secuestradas la medianoche del sábado previo a las elecciones (que fueron) movidos de un lugar a otro varias veces y liberados en el momento preciso que cerraron las casillas.
El secretario de Organización del PRI, José Alberto Salas Beltrán fue secuestrado la madrugada del sábado, se metieron a su casa, de donde lo sacaron en calzones. La autoridad reportó que en su casa se encontraron “gotas de sangre”. Una vez liberado, “trascendió que durante su cautiverio le sacaron toda la información del operativo que el PRI tenía para el domingo y le obligaron a revelar la ubicación de las casas donde tenían guardado el dinero para la movilización de su estructura y para la compra de votos”.
De la misma forma fueron secuestrados integrantes de la estructura electoral de Faustino Hernández, candidato a alcalde de Culiacán por la coalición “Va por Sinaloa”.
En otros municipios se vivió la misma operación de “narcomandos” que, en general, ordenaron votar por los candidatos de Morena y Bojórquez señala casos específicos de presidencias municipales en donde actuó abiertamente el crimen organizado.
Bojórquez resume: “El juego de los narcos por el poder total en Sinaloa”.
Por otra parte, en “El Universal”, Hector de Mauleón informó de hechos muy similares en otros lados, y un dato que revela que niveles descendieron las cosas el seis de junio: “En una casilla de un pueblo de Michoacán, tipos armados sometieron y obligaron al presidente a marcar todas las boletas a favor de Morena”.
Quizá solo faltaron las metralletas “Thompson” de los matones al mando del “Alazán Tostado”, Gonzalo N. Santos, en las elecciones presidenciales de 1940, con las que, dice el famoso cacique en sus “Memorias” que “surtimos muy bien de plomo a los almazanistas y liberamos la casilla donde iría después a votar el presidente Lázaro Cárdenas”.