Lilia Arellano
“Ni quiero ni rechazo nada de modo absoluto, sino que consulto siempre las circunstancias”: Confucio
● ¡Tapadera, no!: AMLO
● ¿Consulta vinculatoria? Farsante juicio a ex presidentes
● Roberto Saucedo de la SFP, comprometido al máximo
Ciudad de México, 22 de Junio, 2021.- Para el presidente López Obrador es, según lo dijo ayer, muy importante marcar con anticipación su posición dentro de la historia del país. “Fije mi postura desde el inicio, dije vamos para adelante”, con lo cual se percibía y suponía no haría ni ordenaría ninguna revisión sobre el pasado. Sin embargo y como también va siendo costumbre, reculó: “no quiero pasar a la historia como tapadera, no soy tapadera de nadie”, y de ahí le endilgue a los ciudadanos una decisión en donde, por principio, lo prevaleciente debería ser el Derecho, la aplicación de la ley en los casos en los cuales se tengan detectados y probados ilícitos, trátese de quien se trate y caiga quien caiga, tal como rezan sus tan sobados discurcillos politiqueros. Es ese el caso de la consulta a realizarse el próximo primero de agosto, la cual está en plena campaña publicitaria.
Desde ningún punto de vista resulta reprochable se pretenda preparar acciones y rumbo pensando en el juicio de la historia, sin embargo más allá de la eliminación de ser “tapadera”, están otros renglones en los cuales su preocupación y ocupación debería ser mayúscula. Se ha hecho uso indiscriminado de recursos públicos sin cubrir los requisitos administrativos para la buena y transparente marcha de los recursos públicos marcados en cada dependencia y autorizados por el poder legislativo. El manejo de la pandemia y el sólo hecho de permanecer como el país número uno en porcentaje de letalidad superando hasta en un 400 por ciento la tasa mundial, debería preocuparle. La etapa en la cual el narcotráfico se ha enseñoreado hasta en la etapa electoral, también lo dejará marcado y ante todo ello una consulta ciudadana no parece ser el mejor remedio.
A la pregunta elaborada y ya debidamente autorizada, el pueblo bueno y noble, la rechazada y criticada clase media, los fifís y los millonetas podrán responder simplemente con un sí o con un no. O sea, todo muy sencillito, ni mayores requisitos ni palabrería. No importa si están o no enterados de la exigencia de cubrir el 40 por ciento del padrón electoral para darle validez a la mentada consulta y poder hacerla vinculatoria. No importa si conocen o no el significado y lo trascendente de ser ¿vinculatoria a qué o a quién? ¿A la apertura de expedientes en la Función Pública; se abre paso al congelamiento de cuentas en la UIF; derechito camina hacia la FGR? ¿Y luego, que sigue después de obtener la respuesta de más de 30 millones de mexicanos?
Porque si nos vamos por orden de aparición en la otrora casona presidencial, habría de llevarse ante un MP, con pruebas, a Carlos Salinas de Gortari para castigar la venta de paraestatales. Entre ellas presentar la documentación y dar fe de cómo pudo serle entregada la empresa Teléfonos de México al asesor económico de cabecera del tabasqueño, a uno de los hombres más ricos del mundo, a quien durante un tiempo fungió como espléndido Mecenas de los López: Carlos Slim. Se exigiría la presentación de Jackes Rogozinsky, de la famosa “perica”, ex titular de Hacienda; extraditar de ser necesario, por utilizar su doble nacionalidad, del hombre del silencio, del mesie José Cordoba Montoya. La creación de nuevos millonarios como Carlos Cabal Peniche o la operación de venta del diario El Nacional, o el otorgamiento sin antecedente de concesiones para la instalación de gasolineras, terminarían como expedientes, por citar solamente algo, un poco. Porque, ya entrados en gastos ¿aclararían el asesinato de Luis Donaldo Colossio?
Del siguiente, Ernesto Zedillo Ponce de León, no parece haber olvidado don Andrés fue este priista renegado quien autorizó su participación como candidato al gobierno de la capital del país aún y cuando su credencial de elector era de Tabasco y por ende quedaba cancelada su inclusión, pero, como estaba en la titularidad del entonces IFE el también tabasqueño Arturo Núñez, todo fue posible. Al bajacaliforniano y ex bolero se le juzgaría por el error de diciembre y el enriquecimiento de su gabinete a raíz de ese tropezón con el cual millones de familias perdieron su patrimonio al no poder enfrentar deudas bancarias. La autorización del Fobaproa nos tiene todavía endeudados y lo irracional es el crecimiento de una deuda que sangra año con año las arcas públicas con miles de millones de dólares. Todavía le dejaron para vender Ferrocarriles Nacionales de México y, ni tardo ni perezoso hizo las operaciones con la iniciativa privada sin levantar el respectivo registro legal de propiedades de esa transportadora cuya situación actual es todo un misterio. Las concesiones entregadas para la explotación de minas se siguen manejando en lo oscurito.
Llegó el momento del cambio, de la alternancia, de la puesta en escena del hartazgo ciudadano y Vicente Fox, el hombre de la botas, de las hebillas plateadas, grandote, mal hablado y peor vestido, aunque con la pinta de galán telenovelero de rancho, asumió el poder Ejecutivo con todo y su chorreada en ancas; la vieja, la mujer, la esposa, esa se quedó en la choza, chillando y arrojando litros de mocos, eso sí, con todas las bendiciones de los curas y las beatas del pueblo. Pese a su apariencia, el ex presidente y su familia estaban en ruinas, en la quiebra total, sin embargo logró, una vez enderezada su vida personal y debidamente matrimoniado haciéndose cargos de muchos hijos no consanguíneos, construir el Centro Fox, convertir las tablas en oro, hacerse de las aduanas, del diario Excélsior, autorizar la formación de la empresa trianguladora de impuestos de importación llamada Isosa y meterse a fondo en el área petrolera a través de Oceanografía y, ni que decir de los miles de casas del Infonavit entregadas a sus hijastros. Se le fugó del penal Puente Grande, y no gratuitamente don Joaquín Guzmán Loera. Se mataron funcionarios de su gabinete en “accidentes” por demás extraños y, obviamente, nunca aclarados y, por una fiestecita organizada por sus hijastros remató la casa de visitas del gobierno federal en Cancún, en una auténtica bicoca. ¿Y sus negociaciones con el gas, las olvidan? Por decir algo, claro.
Este cambio no resultó pero alguien por ahí grito “¡otra oportunidad, otra oportunidad! Y eso permitió el ascenso al poder de don Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. El manejo económico, el dinero que entro a las arcas, los fideicomisos creados, el sobre precio alcanzado por el combustible, los excedentes en producción y venta de petróleo y el impuesto a las gasolinas disque para los gobiernos estatales, merecerían tal investigación que ni dos sexenios alcanzan para llevarlas a cabo y castigar lo que deba castigarse. Solamente en el caso de los impuestos para las entidades, los arreglos hechos en Hacienda para dar cualquier cantidad con el compromiso de no ser revisada su aplicación, sería suficiente para encarcelar a más de 20 ex gobernadores, al funcionario de Hacienda y, obviamente a quien dio la orden. Los gastos realizados en la fallida guerra contra el narcotráfico fueron multimillonarios y no dieron ningún resultado. Se permitió a Guzmán Loera operar a sus anchas, llegaron a acuerdos muy concretos con el sinaloense y, por si todo esto no fuese suficiente están las concesiones, en esos tiempos totalmente ilegales, para la generación de energía y explotación y exploración petrolera entregadas a grandes grupos extranjeros con accionistas mexicanos en las actas constitutivas de sus empresas.
Así se llega al sexenio de Enrique Peña Nieto, al celebrado retorno de un PRI cuya experiencia de ausentarse de Los Pinos había sido lo suficientemente dura y difícil como para no pretender repetir la historia, los errores. Sin embargo no solamente se repitieron sino perfeccionaron las corruptelas y las multiplicaron. Las obras entregadas a OHL, a Higa, lo registrado en torno a Emilio Lozoya, la compra y venta de plantas chatarra, la desaparición de los ingresos de Caminos y Puentes Federales, de todas las casetas convertidas en cajas chicas, la fuga de Guzmán Loera, los tratos con el narco, los asuntos considerados como estafas del Infonavit, -como ejemplo está el contrato de movilidad de 5 mil millones firmado por el gobernador estrella y gran cuate del tabasqueño Alejandro Murat-. Los contratos para la producción de energía considerados leoninos y otras concesiones otorgadas a las empresas petroleras y mineras. La corrupción se multiplicó y en ella participaron todos los miembros de su gabinete y, para los inocultables, solamente se ha marcado una ridícula inhabilitación a Luis Videgaray y total libertad a Lozoya y a la dirigencia del sindicato petrolero encabezada por el jubilado Carlos Romero Deschamps.
A ojo de buen cubero, son los referidos apenas si algunos de los renglones en donde los ex presidentes han provocado severos daños a la Nación, a los ciudadanos. Para poder llevarlos ante ministerios públicos y jueces, para poder aplicarles la ley, deben reunirse todas las pruebas y no bastará solamente la voluntad de un pueblo consultado para responder con un simple si o no para aplicar lo enmarcado en las leyes. A esto habrá de agregarse la inexistencia dentro de la 4T de profesionistas fuera de toda simpatía ideológica y con capacidad demostrada y suficiente para la apertura de expedientes sólidos. No se ve que el nuevo titular de la Función Pública pueda con el paquete; los de la ASF tampoco serán consultados y con eso de no tener una Fiscalía autónoma y mucho menos avezada en investigaciones, lo visto a partir del dos de agosto de este 2021 será otra farsa, una más.
DE LOS PASILLOS
El currículum de don Roberto Salcedo Aquino, incluye no solamente una magnífica formación académica sino 48 años de servicio público, o sea, lo mismo ha estado en diversas funciones con los del PRI que con los del PAN, con el PRD y ahora con Morena. No es hombre de reflectores, lo califican orgullosamente sus amigos, pero ¿por qué nunca ha sobresalido? No fue un funcionario reconocido en Tabasco pese a su posición como hombre de todas las confianzas y de las finanzas del gobernador González Pedrero. Tampoco figuró cuando prestó sus servicios a Manuel Camacho y menos aún con Marcelo Ebrard o en el gobierno de AMLO en la capital de la República. Por lo tanto sus relaciones son de esas llevadas debajo de la mesa; el manejo de bajo perfil algo esconde por lo tanto no hay porque echar las campanas al vuelo…Lo de Tamaulipas sigue siendo el ejemplo más trágico de lo fallido de la seguridad dentro del actual sexenio… Los escándalos por las adjudicaciones directas y la corrupción en el gabinete actual no se detienen y sí se multiplican, pero don Andrés tiene otros números y otros objetivos alejados del término gobernar… Masacres en Guanajuato y Michoacán… Mañana ya veremos en donde.
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