Debe quedar súper bien claro y por demás comprensible que no es bueno para México, porque tampoco resulta bueno para la justicia, que el Fiscal General de la República no actúe en estricto derecho en contra de quien debe de actuar, ello resulta ser una penosa realidad que agravia a la República.
Dadas las actuales circunstancias por las que atraviesa nuestra Nación, con tantos conflictos jurídicos, políticos y reales, con tantos desajustes institucionales, con tan grave y latente desconfianza de los gobernados en la justicia, ésta actitud de Alejandro Gertz Manero no es ni saludable, ni racional.
La realidad es que la inanición de la Fiscalía General de la República resulta verdaderamente escandalosa, criticable, bochornosa, denigrante. La Cuarta Transformación de la Nación y su Fiscalía, con son de demagogia, nos pretenden hacer pensar, que en México, a diferencia del neoliberalismo, la justicia se encuentra mejorando, pero la verdad sea dicha con honestidad, la están haciendo imposible.
Ahora más que nunca, produce añoranza el recuerdo de las viejas aspiraciones de Luis Cabrera. Recordemos la crucial y vital importancia del arábigo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que otorga en letra y espíritu una función investigadora y persecutora de las conductas criminales a la Representación Social.
Veamos:
Sostenía textualmente el Presidente Venustiano Carranza: “Las leyes vigentes, tanto en el orden federal como en el común, han adaptado la institución del ministerio público, pero tal adopción ha sido nominal, porque la función asignada a los representantes de aquél, tiene un carácter decorativo para la recta y pronta administración de justicia….. la organización del Ministerio Público evitará un sistema vicioso, dará al Ministerio Público toda la importancia que le corresponde, dejando exclusivamente a su cargo la persecución de los delitos, la busca de los elementos de convicción, que no se deberán de hacer por procedimiento atentatorio y reprobados por la Carta Magna”.
Don Alejandro Gertz Manero, con todo respeto o sin él a su investidura, Usted ha cambiado radical e incongruentemente el sistema de justicia que desde 1917 había imperado.
De lo someramente expuesto, tengo que reconocer que Usted no ha sido el único, sigue el pésimo ejemplo que le heredó el neoliberalismo en razón a la deslealtad institucional que han marcado y ha imperado en la procuración de justicia, al brindar impunidad al narcopolítico que ha causado tantos desvaríos a nuestro México.
Por todo ello, bien valdría que renunciara, porque tan trascendente y delicada función, debe encontrarse en mentes aptas y capaces y no en protectores de la narcopolítica, por la omisión de no investigar, en demérito de la sana y eficaz procuración de justicia que bien merece nuestra Nación.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho
Penal del Colegio de Abogados de México, A.C.