+ Ráfagas o pinceladas del cineasta Mexicano de Galicia
+ Sin su obra, difícil conocer la construcción del México moderno
+ Más de mil documentales constituyen su acervo filmográfico
+ Invitación a ver la entrevista hecha por Estibaliz Veiga
Guillermo Mora Tavares*
Demetrio Bilbatúa (Vigo, España, 1935) nació con ojos para ver la magia y lo mágico. Después de pasar uno de los tantos túneles de su vida: el fusilamiento de su padre Demetrio y de su tío Antonino, Republicanos de España, y, después de haber perdido la vista en su niñez, vino a México con la vista recuperada y los otros sentidos abiertos para filmar la magia y lo mágico de todo el país.
Hoy, la memoria visual de 60 o más años de México, se debe a Demetrio, cuyo acervo fílmico supera los mil documentales, ahora en custodia y en proceso de digitalización en el Museo Soumaya, gestión que iniciamos hace años amigos como Francisco Rojas, Nacho Cobo y yo.
Cierta ocasión, en una gira del Presidente López Mateos por Sudamérica, Demetrio se ausentó unas horas de su rol como camarógrafo presidencial, para presentarse ante el Poeta mayor Pablo Neruda. Lo conoció, charló con él. Se hicieron amigos. El Poeta le dijo que México era el último país mágico. La frase caló hondo en el cineasta. Años más tarde, la hizo título de un documental de gran éxito internacional y merecedor de premios de prestigio. Cuando un hombre grande une sus talentos con un semejante, el resultado es tan grande como la magia que encierra la frase de Neruda. El Escritor, traductor y cantante de Ópera, Carlos Montemayor (Parral, Chih. 1947-CDMX 2010), fue el autor del guión. Nadie mejor que él. Uno de los ejes principales de México, el Último País Mágico, fueron vivencias y tradiciones de gran número de Pueblos Originarios, escenas. inolvidables como la de una boda Huichol, donde parte de las costumbres es llevar a la Novia con los ojos vendados a conocer el Mar. Y así, también las fiestas pagano-religiosas de San Juan Chamula o, las celebraciones de Semana de los Rarámuris en la Tarahumara.
Además de ello, Bilbatúa es el Hombre-Dron. A bordo de un helicóptero o de una avioneta, atado de la cintura y Roberto Greco sujetando el cordel por la otra punta, logró tomas únicas que hoy son la memoria visual de la construcción del México de la segunda mitad del siglo XX: Las grandes obras de infraestructura como Presas, Aeropuertos, Ferrocarriles. Y también, con los pies sobre el polvo, las campañas de alfabetización y las escuelas rurales. La vacunación contra enfermedades de la pobreza o, la lucha contra la fiebre aftosa con rifle sanitario. Sin Demetrio y sus testimonios, las nuevas generaciones nunca sabrían la proeza de los obreros, ingenieros y arquitectos mexicanos que construyeron la infraestructura del México moderno, admirada y reconocida por la ingeniería mundial.
Otros rasgos de la personalidad y carácter de nuestro personaje, es su filantropía, mecenazgos para artistas y su tremenda capacidad de buen anfitrión. En el mundo del cine, es costumbre celebrar con una gran comilona el último pizarrazo de la filmación de turno. Demetrio llegó a tener tantas filmaciones, que optó por ofrecer una comida cada viernes, a productores, artistas, guionistas y a sus amigos. La pandemia suspendió temporalmente esas rondas bohemias, pero aún reverberan las voces de María Elena Beltrán, Liya Bespaloba o Fabiola Jaramillo. Y de tantos otros y otras que acudieron a través de los años. Un ícono de tan tremendas tertulias es Roberto Greco, el productor asociado y gran amigo. de Demetrio, quien da la señal de arranque con la canción El Tiempo Pasa, misma que repite cada viernes.
La filmoteca Bilbatúa, contiene múltiples trabajos del director de Cine, Angel, hermano y maestro de Demetrio. Hay históricas escenas de personajes de talla mundial o espacial, como Charles de Gaulle, el único mandatario extranjero que se ha dirigido al pueblo de México desde el Balcón Central del Palacio Nacional. O, de Jaqueline y su esposo el Presidente Kennedy. El astronauta Neil Armstrong, primer hombre que pisó la Luna, dijo a Demetrio después de ver uno de sus documentales que desde allá arriba no se ven las maravillas que pasaron por sus ojos y su lente.
En la faceta de publicidad creativa, los anuncios más bellos y más baratos vistos en la televisión y los cines, son los de la Cerveza Corona. Quién no recuerda el comercial de la cerveza donde se ve el elegante vuelo de flamingos o, un hombre frente a las olas del mar con su Corona al lado?
Estos deshilvanados trazos del Cineasta mexicano nacido en Vigo. O, un Gallego Mexicano como dicen allá, son una invitación a ver Demetrio Bilbatúa, Ciudad de México, una producción de una hora de la Televisión de Galicia, de la serie Facendo As Américas, con la espléndida periodista Estibaliz Veiga. Una entrevista que documenta pasajes de la vida citadina que a todo extranjero cautivan, porque empieza con sones de mariachi en el legendario Tenampa, de Garibaldi. ( http://www.crtvg.es/tvg/a-carta/demetrio-bilbat-a-cidade-de-m-xico-5146037?t=103). Y que es una elegía al cineasta, en una producción que se desplaza tanto con intensidad y hermosa narrativa del personaje, como con las expresiones de reconocimiento a su trayectoria de voces autorizadas.
Después de ver esa entrevista y releer el libro Bilbatúa, Testigo de México, copatrocinado por la Universidad de Vigo, Landuci Editores, Conaculta y el grupo financiero suizo UBS, pienso que sólo le falta recibir el gran homenaje nacional en Bellas Artes y, recibir en categoría especial el Premio Goya en Madrid.
Los mejores homenajes son los que se brindan en vida de quien los recibe.
- Reportero desde 1964.
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