“El dinero es solo una herramienta más para alcanzar el poder.”
– V. Roccas.
En la mayoría de las revoluciones o movimientos independentistas en la historia de la humanidad la derecha, la que se describiría como estrato socioeconómico pudiente, individuos formados en una educación diferente emanada de la riqueza, personas con un adoctrinamiento para ejercer liderazgos (o al menos pertenecer directa e íntimamente a esos liderazgos), para discriminar, personajes acomodados con información privilegiada, conservadores sí pero de la influencia y capacidad para ser esencia del poder en el gobierno, esa derecha que aspira a no perder el poder sea cual sea el gobierno, esa derecha que prefiere establecerse en los sótanos del poder y dejar que sus títeres pretendan gobernar así sean de la izquierda o centro, y definitivamente no esa pseudo-derecha con frívolas aspiraciones de status socioeconómico narcisista, la derecha genuina que ha sido pieza fundamental en la concepción, entramado y sobre todo sustento de los movimientos sociales que tanto nos han admirado por ser generados en el supuesto levantamiento del explotado y esclavizado en búsqueda de libertad.
Porque sin dinero no hay revolución y no hay revolución sin violencia, pues finalmente las revoluciones son inversiones a largo plazo donde el dinero lo pone la derecha, los ricos, los influyentes, los intereses de ultramar o del interior, incluso la nobleza, colegios episcopales, consorcios multinacionales, ¡Dinero del crimen organizado, narco, armas, trata, etc! (Como lo ejemplifica la periodista Anabel Hernández en su artículo publicado el 23 de junio del 2021 en el portal de Deutstche Welle).
Por otro lado la violencia la ponen los pobres, los marginados, los hambrientos, los idealistas, los fanáticos, los inocentes que se ven envueltos en el estampido de una revolución.
Ejemplos existen gran variedad, la Independencia de México, la Independencia Estadounidense, La Revolución Mexicana, La Revolución Rusa, la Guerra de Secesión Norteamericana, La Revolución Francesa, la Independencia de Haití, Cuba, hasta la Revolución Cubana fueron en sus primeras etapas pensadas y confeccionadas con la “valiosísima y oportuna” ayuda de la derecha induciendo, manipulando y aprovechando los ideales sociales emanados de libre pensadores acunados por una educación de calidad burguesa.
Quien piense u opine lo contrario debería releer con más atención tratados de historia, biografías utilizando la filosofía como piedra fundamental para desarrollar una crítica propia.
Tal afirmación no tiene nada de extraordinario, controversial ni mucho menos ilógico pues es en el ámbito del conocimiento, la información, de la libertad de las ideas, de la crítica al poder donde se inician los movimientos sociales, pero además el reconocimiento de que tales movimientos o levantamientos sociales requieren invariablemente de financiamiento y la única fuente han sido, repito, los pudientes, los ricos, entes extranjeros financiéramente poderosos, todos egomaniácos con ambición de poder, esa sí, de conservar propios intereses e inversiones inalterables, manteniendo prebendas y acuerdos ante gobiernos siempre proclives a ser controlados por el dinero, y en caso de peligro, es decir para aquellos ciudadanos influyentes en riesgo que advierten un gobierno más tiránico que ellos, promover en un movimiento social oportuno posicionarse nuevamente como parte indivisible del poder alternativo.
Porque la esencia de la derecha es el negocio; “time is money”, “no money no honey”, todo es dinero, todo es negocio, todo es apreciado por sus beneficios o despreciado por su deficit, incluidas las personas, las relaciones, la moral y la ética.
En algunos casos el esquema o patrón de cambio radical de gobierno, sea revolución o independencia, tarda décadas en otros casos meses, pero la constante siempre inicia en la inquietud y temor de la derecha por sus cotos de poder, que invariablemente inducen el desarrollo del pensamiento “crítico y libertario” pero realmente conducido, la creación de una doctrina revolucionaria bajo el resguardo de la burguesía, el financiamiento capitalista para propagar el mensaje socialista entre la población, el proletariado como caballo de Troya ocultando dentro el capital, la inversión privada, el mercado libre, la especulación financiera, el sistema bancario moderno, etc, para estructurar la logística de un movimiento social, los recursos necesarios para mantener literalmente al movimiento y la lucha, la retribución del nuevo señorío a quienes financiaron su poder e invirtieron en el cambio, el reconocimiento y reinserción de la derecha o las derechas al nuevo gobierno.
Reconozco hay posibles tramas en la transformación de un orden social que parecieran diferir de la metodología antes sugerida como por ejemplo el establecimiento del gobierno de la Kampuchea Democrática en Camboya, que a mi consideración fue una extensión de la guerra de Vietnam promovida por USA e iniciada por Francia quienes intentaban mantener un sistema de gobierno colonialista e intereses occidentales a través de la fuerza y la opresión, lo cual resultó eventualmente en la vergonzosa retirada de los norteamericanos de Vietnam, en la abominable historia de los Jemer Rojos y en el genocidio camboyano, sin embargo es importante mencionar que tanto Ho Chi Min fundador del Partido Comunista Vietnamita como Pol Pot cofundador del Partido Comunista de Kampuchea (derivación del PCV) fueron ambos de clase media acomodada, vivieron en París abrevando de la educación, cultura francesa y sujetos u objetos de una fuerte inquietud libertaria.
En el caso de Camboya la revolución en contra el Imperio Francés les llevó, décadas y millones de muertas para terminar en un gobierno actualmente monárquico con representatividad parlamentaria.
En el caso de Vietnam la lucha que inició igualmente contra el imperialismo occidental terminó en un gobierno de corte comunista pero totalmente orientado y abierto al capital, la inversión privada y el libre mercado al igual que China y Rusia actualmente. Los intereses de la derecha finalmente llegaron para quedarse.
Mención muy aparte merece mi querido pueblo Cubano, quienes aún siguen luchando contra el imperio, contra la opresión de un pueblo sobre otro, contra ese bloqueo criminal que ha superado ya el medio siglo, un pueblo que debió aceptar tanto una ideología socialista recia como debió aceptar el embate ideológico expansionista de una potencia imperialista y criminal, porque a Fidel, al Che y compañía le podrán colgar mil muertos pero nunca alcanzarán el récord de decenas de millones de muertes que bajo cada administración estadounidense y en pro de libertad y democracia se ha alcanzado. Pues si a un servidor se le señala al Che Guevara como asesino de un centenar de personas responderé recordando tan solo 2 ejemplos de asesinatos multitudinarios; Truman lanzando 2 bombas atómicas en asentamientos civiles como Hiroshima y Nagasaki causando cerca de 100,000 muertes y 140,000 heridos y al propio George W. Bush públicamente reconociendo que desde 2003 a 2005 murieron más de 30,000 civiles en la Guerra de Irak liderada por USA.
Por ello juzgo el pueblo de Cuba no ha terminado su revolución, pero también me duele aceptar que lamentablemente al final terminará siendo presa de las imposiciones de la derecha, y la crudeza de un capitalismo salvaje y el mercado que abate cualquier ideología de bienestar y equidad social, pues al final existen dos sistemas igualmente impositivos y de dominación social uno es el sistema social que se ha publicitado como un poder represor y el otro es el sistema de mercado, neoliberal, que esclaviza al ser humano cautivándolo para aceptar vivir, en estúpida voluntad propia, nuevamente bajo la opresión pero de otro poder que ya no oprime desde afuera sino obliga desde dentro en cada individuo, desde la individualidad mezquina.
Al final todo gobierno o liderazgo a pesar de la doctrina terminará siendo oportunista de la oposición, la derecha lo fue de la izquierda y hoy la izquierda se beneficia hipócritamente de la derecha, solo quienes carecen de curiosidad, raciocinio, conocimiento, suspicacia y un real sentido filosófico no darán cuenta de como hemos llegado a ser manipulados por los oportunistas liderazgos de una u otra vertiente política pues ambas sufren de los mismas debilidades entre sus adeptos; la arrogancia de liderazgos propensos a la corrupción, la demagogia, el ideal de supremacía, el adoctrinamiento, el desprecio en mayor o menor media por los derechos humanos, por el ecosistema, por la vida y obviamente por la misma humanidad dentro de la sociedad, pero especialmente por la imposición del miedo, el control del libertades para mantener la ignorancia terminando ambas tendencias derecha e izquierda dispuestas a viciarse por liderazgos pervertidos sacrificando todo en aras de la acumulación de riqueza, los beneficios, la ambición y el poder de unos pocos.
-V-Roccas.