La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
El problema son los que acceden a grados superiores sin mérito alguno
Tajante, Cuitláhuac García Jiménez, afirmó que los padres que no permitan que sus hijos regresen a clases presenciales, serán culpables de su malformación académica:
“Después, cuando estos niños crezcan y quieran acceder a grados superiores y no tengan la formación que debieron tener por mantenerse ausentes del aula los padres tendrán que ser responsables de esta situación”.
La catilinaria del mandatario veracruzano (que ahora se dice pedagogo, además de académico y buena persona), es una conclusión ramplona, lo cual confirma que ser académico, doctor y/o gobernador, no garantiza gozar de razonamiento abstracto.
Absolutamente nadie ha sugerido que impedirá que sus críos regresen a la escuela, sobre lo que tienen duda, es sí a finales de agosto es lo adecuado. A los padres no les importa el timing político, sólo cuidan la integridad física de los suyos, de igual forma que los docentes recelosos (incluidos muchos de la CNTE), de las prisas de YSQ y sus adláteres.
Justamente ayer, la OPS, alertó que “La evidencia sugiere que niños y adolescentes son menos susceptibles al virus del Sars-CoV-2, pero hay menores que pueden desarrollar un síndrome inflamatorio multisistémico más grave e incluso mortal”.
Este síndrome ha cobrado la vida, en varios países, de 135 menores con la sana distancia ¿Cuántos lo contraerían con el regreso masivo a los planteles? Nadie lo puede saber.
Lo cierto, es que puede ocurrir, por lo tanto (así como Cui acusa), cada muerto, resultado de las urgencias de los acientíficos gobernantes, será responsabilidad de ellos.