La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Para efectos prácticos fue como casarse en una kermesse
Por donde se le quiera ver, la Consulta Popular del pasado domingo fue un fracaso absoluto, la participación ciudadana no rebasó el ocho% de la Lista Nominal de Electores.
Contrario a lo afirmado por la nomenclatura de MORENA, el fracaso del ejercicio plebiscitario no es atribuible al INE, la propuesta fue hecha, al menos desde la campaña de 2018, por Andrés Manuel López Obrador, quien al final decidió no participar.
Así pues, el Movimiento de Regeneración Nacional tuvo alrededor de tres años para promocionar el proceso, sin embargo, creyeron que contarían con una especie de efecto López Obrador que jugaría a su favor provocando la participación masiva.
El asunto, es que ni en la Presidencia ni en el partido, han realizado una lectura correcta del sentir social: la gran mayoría si quiere castigo para los saqueadores del erario, pero en este caso, percibieron la consulta como una simulación.
En efecto, aunque no hay evidencia palpable, en el imaginario colectivo permea la idea de que existe un pacto de impunidad entre el tabasqueño y su antecesor, Enrique Peña Nieto, por lo tanto, AMLO suele enfocar sus ataques contra Felipe Calderón y Vicente Fox en menor medida.
En este sentido, mientras no se aplique la ley a los predadores del pasado inmediato (no sólo a los chivos expiatorios), el mandatario tendrá una asignatura pendiente que puede marcar, para mal, todo su sexenio.
La pelota está, de nueva cuenta, en la cancha de la 4T, esperemos se comporten a la altura del compromiso asumido.