Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ
Preocupa la caída del consumo. De acuerdo con analistas del BBVA México, dicho indicador muestra una desaceleración en julio y agosto, tras el impulso inicial por la reapertura. En agosto, se registró una contracción de (-)1.9%, que se suma al bajo crecimiento del mes de julio (0.4%). Estas últimas cifras contrastan con el dinamismo de los primeros dos meses de 1T21 y 2T21 (3.3% y 4.0%, en promedio, respectivamente), lo que apunta hacia una desaceleración de la demanda acumulada en la segunda mitad del año.
Por componentes, el segmento de servicios registró el mayor debilitamiento, con una reducción mensual de (-)6.7%, mientras que el segmento de bienes se contrajo (-)0.4%. Si bien las cifras de inicio de año señalaron una reconfiguración del gasto de los hogares hacia los servicios en los primeros meses de la reapertura, las cifras más recientes indican que dicha tendencia comienza a revertirse gradualmente. En el mes de junio, el componente hotelero superó en 44% su nivel pre-pandemia, mientras que para agosto la diferencia se había reducido a 8%. Un cambio de hábito que se muestra más permanente en los hogares es un mayor gasto en establecimientos en línea, monto que se ha duplicado desde inicios de la pandemia, hasta alcanzar 6% del gasto total.
El componente vinculado al consumo de gasolina (proxy de movilidad), registró en agosto una caída mensual de (-)9.6%, la primera desde noviembre de 2020, con lo que su nivel se coloca 4% por debajo del observado en pre-pandemia. Si bien el mes de septiembre será anómalo en términos de movilidad por el regreso a clases presenciales, persiste el riesgo de efectos negativos derivados de la persistencia de la variante Delta. Hacia adelante anticipamos que continuará la ralentización del consumo, en línea con nuestra expectativa de crecimiento del PIB de 6.3% para 2021, cuyo motor será la primera mitad del año.
Aumenta la desconfianza del consumidor mexicano.
Según un análisis de INVEX, el índice de confianza del consumidor que elaboran INEGI y Banco de México cayó de 43.9 puntos en julio a 42.7 puntos en agosto (cifras ajustadas por estacionalidad). En su comparativo anual, el índice se ubicó 7.5 puntos por encima del nivel observado hace un año. Todos los subíndices registraron un deterioro, destacando la caída de 1.7 puntos en el componente que mide la expectativa para la situación económica del país esperada dentro de doce meses. El componente que mide las posibilidades actuales para realizar la compra de bienes durables no logra recuperarse y se ubica alrededor de 3 puntos por debajo del nivel observado antes de la pandemia. Los factores que podrían obstaculizar la recuperación de la confianza del consumidor durante los siguientes meses son un débil repunte del empleo, una tercera ola de casos de COVID-19 que no ceda y una inflación persistentemente elevada. Los riesgos para la actividad económica se mantienen; sin embargo, no se prevé que ésta caiga.
El sector aeronáutico comercial, de lo poco que crece.
Gap dio a conocer que los pasajeros totales en agosto registraron un incremento interanual de 101.7% (-9.1% vs. julio 2021), considerando los 14 aeropuertos que opera, lo que equivale al 98.0% de lo registrado en agosto de 2019. Lo anterior se debe a una sencilla base comparativa, aunado a un mejor comportamiento en la demanda. El tráfico nacional creció 73.1% y el internacional 164.5%, ubicándose este último por arriba de niveles pre-pandemia (+3.0%).
El avance en el tráfico total de los 12 aeropuertos que opera en México fue de 93.2%, que representa el 98.1% del mismo mes de 2019, siendo en línea con nuestra estimación de 99.0%. Por su parte, el Aeropuerto Montego Bay en Jamaica (MBJ) registró un retroceso de 6.6%, mientras que el aeropuerto de Kingston tuvo un aumento de 1.4% en el tráfico. Finalmente, el grupo señaló que el volumen de asientos ofertados creció 49.8%, mientras que el factor de ocupación se colocó en 77.5% vs. 57.4% en agosto de 2020. El tráfico de Gap continúo mostrando un sólido dinamismo, a pesar del alza en casos de COVID-19. Mientras tanto, mantenemos nuestra perspectiva favorable para la demanda en los siguientes meses. Con lo anterior, reiteramos nuestra visión positiva para el grupo, que incorpora una recuperación sostenida con importantes crecimientos.
Las finanzas públicas se asemejan a una olla de presión.
La recaudación de impuestos en México ha sido históricamente muy baja. Durante 2019, los ingresos tributarios en México se ubicaron en 16.5% del PIB, considerando la recaudación tanto a nivel federal como subnacional. Este nivel es el más bajo entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El gasto total se ha mantenido estable, los gastos ineludibles siguen aumentando las presiones. El gasto total como porcentaje del PIB durante la última década se ha mantenido relativamente constante en alrededor de 25%. Sin embargo, el espacio fiscal ha disminuido y es probable que la tendencia empeore.
Al respecto, analistas de Citibanamex consideran que los ajustes en la administración de AMLO han aliviado temporalmente las presiones, pero se quedan cortos. Medidas implementadas en los últimos años para incrementar la recaudación compensaron el efecto de la debilidad económica.
¿Qué forma tomará la próxima reforma fiscal? El gobierno en algún momento tenía grandes expectativas sobre la propuesta de reforma de este año. Sin embargo, las ambiciones de una reforma amplia se han diluido. Estimamos un alcance y un impacto más limitados para los cambios fiscales previstos. Anticipamos que los cambios fiscales que propondrá la SHCP, considerando las modificaciones ya implementadas, aumentarían la recaudación en 1pp del PIB como máximo. En este sentido, consideramos que los cambios presentados con el Paquete Económico de 2022 serán claramente insuficientes.
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