Yo Campesino / Espionaje 4T
• De “Pegasus” la mayor información usada por el Ganso para chantajear y perseguir
Miguel A. Rocha Valencia
Si algún personaje de la vida pública y privada de este país cree que no fue o es espiado, incluyendo el Ganso de Macuspana, está en un error, pecan de ingenuos. Desde hace muchos años el espionaje es parte de la vida nacional ya sea desde gobiernos, organismos empresariales, de la sociedad civil y criminales. Los más destacados son los de las Fuerzas Armadas, policías federales y estatales.
Con él, se trata de escudriñar y anticipar riesgos en seguridad, robar secretos, adelantarse al enemigo o competidor, localizar rivales, extorsionar, amenazar y desde luego ubicar personas, sus movimientos, dichos y amistades o seguidores para tenerlos “ubicados” y hasta para encontrar parejas desleales.
Lo básico fue el seguimiento personalizado, la asistencia a eventos y desde luego los “pajaritos en los alambres” que no es otra cosa que “colgarse” de líneas telefónicas.
Con el tiempo todo se fue refinando hasta llegar a los sistemas cibernéticos de espionaje para el seguimiento satelital, calórico, tonos de voz, rasgos físicos, empleándose teléfonos digitales, los chips de vehículos, etcétera.
Por eso cuando salen con el dizque escándalo de “Pegasus” empleado por la administración de Enrique Peña, da risa, pues fueron muchos de los datos recopilados por esa vía los que utilizó y emplea la 4T para someter a personajes de la vida pública y privada de este país.
Esos archivos y los del antiguo Cisen de Gobernación y todo lo que existía, las diversas secciones del Estado Mayor de la Sedena, Marina y policía federal (Plataforma México) y donde curiosamente organizó y esquematizó el exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, fue lo primero que recopilaron las huestes del mesías tropical.
Con ese bagaje sentaron a “negociar” en Palacio Nacional a empresarios, políticos de oposición, personajes de la sociedad civil o artistas. No estuvieron a salvo jueces, magistrados y ministros; de esto último el ejemplo fue Eduardo Medina Mora, sin que justificara las causas “graves” de su dimisión.
De esa misma manera, se logró que muchos empresarios “cooperaran” con el gobierno de distintas formas, lo mismo en la compra de cachitos de lotería que con el pago de sus omisiones fiscales.
Se bajó el tono de varios políticos aspiracionistas, se puso contra la pared a otros para que no asomen la cabeza o se sumen a votaciones que le interesan a Morena.
Dueños de medios de información no se salvaron, algunos cayeron, corrieron colaboradores incómodos para el profeta o los “vendieron”, otros decidieron recibir publicidad a cambio de ser comparsas o guardar silencio ante la debacle, unos más con negocios con la autoridad fueron presionados y no cedieron.
También los datos recabados por “Pegasus” y entregados a la 4T por el gobierno de Peña Nieto, sirven para persecuciones políticas. El caso de Ricardo Anaya es el más visible, el de los panistas en la cárcel y el señalamiento a otros que les entraron a los negocios turbios. De ahí salen los nombres en clave que se asignan a cada personaje como “el cuatro ojos” o “el gallo”, apodos que se continúan empleando.
El hecho de que Santiago Nieto de detalles de esos archivos ratifica el dicho, de que la información es utilizada no para bien del país o para reforzar la seguridad del Estado, sino para integrar las famosas carpetas de investigación, chantajear o someter y perseguir a quienes consideran peligrosos, buscar apoyos financieros o legislativos y desde luego aprovecharlos para bien
de la 4T.
Tan es así que ya se tienen programados más de 105 mil millones de pesos para reforzar las estructuras, sistemas y tecnologías de espionaje, esta vez bajo el escrutinio directo de las Fuerzas Armadas.
Esto último es lo que tal vez no mide el machuchón de Palacio Nacional que, si bien utilizará la información para sus fines, podrá usarse en su contra, como ocurre con la gente del pasado sexenio que en el pecado lleva la penitencia.
La 4T no puede soslayar el tema, sobre todo porque en ninguno de los campos de la administración pública: seguridad, salud, educación, combate a corrupción y delincuencia organizada, así como en economía, hay resultados positivos y eso, está escrito, los números no se borran como tampoco videos, audios, documentos y demás que serán usados como pruebas de un fracaso anunciado y lamentablemente confirmado.
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