Jose Alberto Sánchez Nava
“La libertad es un hecho, y entre los hechos que observamos, no hay ninguno que sea más claro. “-Henri Bergson –
1.-Uno de los síntomas ineludibles que se manifiestan en gobiernos con tintes dictatoriales en América Latina y el Caribe, lo es el sometimiento del entorno académico y científico sustentado en democracias temporales e imperfectas en peligro de una extinción intempestiva, como consecuencia de los excesos del poder de autoridades procuradoras de injusticias y fuerzas militares al servicio de la bota del autoritarismo, cuyo camino al arribo del poder se encuentra empedrado de buenas intenciones pero tras el magistral arte de engañar a los ciudadanos de ser liberados de su difícil condición de víctimas de la corrupción de antaño, sin darse cuenta que su libertad pende de la soga al cuello que representa ese programa o beneficio social disfrazado de dádivas frente al hambre de los más necesitados que coronan con su anuencia y por necesidad el inicio de esa dictadura, y cuyo costo humanitario es altísimo, el cual se percibirá al quedar expuesto el hecho de que el tirano ya no se verá así mismo en el espejo del estado de derecho y los postulados de la constitución de un país, al desapartarse abusivamente del principio de legalidad para fundamentar y motivar cada uno de sus actos con su falsa investidura de gobernante, quien a su conveniencia define a la justicia a su manera, con otros datos inmediatos de la conciencia a los que se refería Henri Bergson, los cuales en su condición déspota, siempre impactarán con la realidad social, frente al juicio de la historia.
2.- Fabiana Bekerman en su libro “La investigación científica argentina en dictadura. Transferencias y desplazamientos de recursos (1974-1983)” habla de la desarticulación absoluta de la investigación con las universidades más grandes y masivas. Eso fue parte de la política de intentar despolitizar las grandes universidades que eran consideradas por la dictadura como focos de subversión y mandar presupuesto e investigadores a lugares alejados de esas grandes universidades. “Creo que hay una desarticulación entre investigación y docencia que se manifiesta en distintas cuestiones. Un docente universitario no tiene la obligación de investigar y un investigador puede no dar clases. La idea de un docente-investigador o de un investigador-docente estamos lejos de cumplirla y yo creo que sería una buena manera de maximizar recursos y que, como consecuencia, la formación sería de mejor calidad.”
https://ediunc.uncuyo.edu.ar/que-paso-con-la-ciencia-en-dictadura-la-palabra-de-fabiana-bekerman-sobre-su-libro
3.-El mismo ejemplo del sometimiento de los académicos y científicos por parte de la dictadura militar en Argentina, la narra puntualmente la doctora Cecilia Gárgano, la cual nos orienta sobre las acciones cometidas desde el momento del golpe de estado y hasta la vuelta de la democracia en torno a la intromisión en el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas)
4.- “Con la concreción del golpe, iniciado en marzo de 1976, al frente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria fue designado primero un interventor militar. Permaneció cinco meses, en los que se implementaron el grueso de las cesantías y se coordinó un fuerte operativo militar en el CNIA (Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias) de Castelar.
5.- La intervención recayó luego en un civil, David Arias, de profesión abogado y activo inversor del grupo La Martona S. A. En 1976, la Ley 21.260 autorizó a dar de baja por “razones de seguridad” a empleados públicos sospechados, según fundamentaba su texto, de estar vinculados a actividades “de carácter subversivo o disociadoras” [1]. En total sumaron 794 integrantes del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) separados del organismo entre 1974 y 1981 por razones políticas e ideológicas.
6.- El 29 de marzo de 1976, el CNIA (Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias) fue objeto de un operativo militar de gran despliegue, parte del personal fue conducido al comedor del Centro e interrogado, sometidos algunos a simulacros de fusilamiento. (…) Decenas fueron detenidos posteriormente y permanecieron por sesenta días en una comisaría de la zona. Entre ellos: el físico-químico Alfredo Giorgi, investigador del Centro de Plásticos del INTA, y María del Carmen Artero de Jurkiewicz, secretaria del Centro de Química.
7.- Ahora bien, no sólo de detenciones y secuestros se ocupó el interventor del organismo, sino también de la proliferación de “designaciones de directores interinos en sus distintas unidades experimentales y la renovación de la conducción de departamentos, centros de investigación y agencias de extensión rural”. Característica importantísima dado que los puestos eran ocupados por personas con escasa o nula capacidad de gestión o conocimiento sobre el área.
8.- Siguiendo un camino basado en la eficiencia administrativa se incrementaron los convenios con el sector privado y la tercerización de algunos rubros de producción científica. Es decir, los objetivos iniciales del INTA se verían desfigurados, dejando de lado las acciones emprendidas originalmente: “ La preocupación en torno a problemáticas situadas local y regionalmente, la revisión de la adopción acrítica de categorías importadas, la preocupación en torno al relevamiento de las condiciones de vida y trabajo de diversas franjas sociales de agricultores, y del grado de acceso a los recursos naturales, en los que la tierra ocupaba un rol destacado, quedaron fuera de la agenda. El perfil fue así modificado y desmantelados buena parte de los equipos. Esta situación fue acompañada por la clausura de una instancia de posgrado, la Escuela para Graduados en Ciencias Agropecuarias, que funcionaba desde 1969”.
9.- En otras palabras, se trataba de desarticular todo espacio de producción nacional que intentara vincular los aspectos sociales con los productivos, como así también aquellos que en sus investigaciones resaltaran las inequidades al interior del sector rural y las demandas tecnológicas para que resolvieran dichas inequidades. El trabajo pensado y reflexionado en pos de las mejores condiciones productivas y sociales de los sujetos eran vista como subversivas.
10.- El CONICET, no fue ajeno a esta situación, además de los arrestos y despidos (por razones ideológicas) también vivenció la reestructuración ampliando la creación de institutos propios de la institución –sin vinculación con las universidades– pasó de siete a mediados de los años setenta a 116 en 1983, el presupuesto del CONICET se multiplicó por siete y los gastos de funcionamiento por doce. Desvinculando a la institución de las universidades en desmedro de las investigaciones. De acuerdo con Gregorio Weinberg (citado por Gárgano, c) mientras que, entre 1972 y 1975, los gastos en investigación de las universidades representaban, en promedio, el 24,15 % del presupuesto total, durante los años de la dictadura estos gastos se redujeron al 7,8 %. Inversamente, mientras que durante el primer período señalado el presupuesto asignado al CONICET representó el 11,4 % de las inversiones públicas en ciencia y tecnología, durante la dictadura pasó al 23 %.
11.- La política de represión y desmedro de la producción nacional como resultado del vaciamiento del Estado desde los primeros años de la dictadura militar fueron sin lugar a dudas la antesala de un camino en franca caída de la economía regional, la desvinculación entre tecnología y demandas sociales (como contracara de una ciencia que comenzaba a romper con el abordaje tradicional de la misma) y la atención al sector agrario /ganadero exclusivamente, desatendiendo la necesidades de innovación en la industria nacional. Por otro lado, cualquier aspecto innovador o disruptivo pasaba a ser subversivo y digno de aniquilar.
[1] Gargano, C (2015) Continuidades y rupturas en el complejo científico-tecnológico 1976-1983. EN: Contemporánea. Historia y problemas del siglo XX | Año 6, Volumen 6, 2015, ISSN: 1688-7638 Recuperado en: http://www.geipar.udelar.edu.uy/wp-content/uploads/2017/02/03_gargano.pdf