Para Contar
Arturo Zárate Vite
Nunca en su historia el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha considerado la posibilidad de nominar a una mujer candidata a la presidencia de la República y mucho menos antes cuando era Partido Nacional Revolucionario. Tampoco lo haría para el 2024.
El ritual del “dedazo”, utilizado por los presidentes de extracción priísta, mantuvo preferencia por los varones y para nada incorporó a mujeres a la lista de aspirantes.
Cuando perdió el poder en el 2000 y para el 2006 ya no tenía al “fiel de la balanza” en la residencia oficial de Los Pinos, convertida ahora en centro cultural, el dirigente nacional del partido, Roberto Madrazo, en medio de pleitos con su secretaria general, Elba Esther Gordillo, supo manipular el proceso interno para ganar la candidatura. El tricolor cayó al tercer lugar de las preferencias.
Para el 2012, el partido procuró atender encuestas y la voz de su militancia. Su nominado Enrique Peña Nieto ganó sin problema, apoyado por la popularidad de la actriz de telenovelas Angélica Rivera.
En el 2018, como en los viejos tiempos, Peña regresó al ritual del “dedazo”. Se equivocó en la selección del candidato. Eligió a José Antonio Meade, quien no estaba identificado con la militancia. Perdió de vista que había sido rebasada la práctica de imponer y hacer ganar al candidato que se quisiera desde la presidencia. El partido fue arrollado por Morena, con Andrés Manuel López Obrador como su abanderado.
Para el 2024 hay ya dos apuntados. El primero en inscribirse fue el propio líder nacional Alejandro Moreno, con la ventaja de ser juez y parte, como lo hizo Roberto Madrazo. Además, “Alito”, como lo bautizaron en su natal Campeche, se adjudicó diputación plurinominal en los comicios de junio pasado y acaba de asignarse la presidencia de la Comisión de Gobernación en la Cámara de Diputados, una de las principales comisiones que le tocó a su bancada en el reparto acordado por los partidos.
El segundo apuntado es Enrique de la Madrid, hijo del presidente Miguel de la Madrid Hurtado (QEPD). Es licenciado en Derecho por la UNAM y fue secretario de Turismo.
¿Mujeres? Ninguna ha levantado la mano y la directiva partidista no promueve a nadie. En el proceso de 2018, levantó la mano, sin éxito, la ex gobernadora Ivonne Ortega Pacheco.
Evidente que no ha tenido en su agenda el tema de la paridad de género en las candidaturas presidenciales. Hasta la fecha no ha nominado a ninguna mujer, lo que de ninguna manera quiere decir que este partido carezca de mujeres capaces para dicho cargo.
Una de ellas, por poner un ejemplo, es la senadora Beatriz Paredes Rangel, con amplia trayectoria partidista, ejecutiva, diplomática y legislativa. Ha sido gobernadora de Tlaxcala, varias veces diputada, embajadora de México en Cuba y Brasil, presidenta nacional de su partido, líder campesina. Licenciada en sociología por la Universidad Nacional Autónoma de México y con posgrado de literatura hispanoamericana por la Universidad de Barcelona.
Se ha significado por la discreción cuando se habla de sucesión presidencial, no hay registro en la hemeroteca de que alguna vez haya dicho a los cuatro vientos que quiere ser.
En síntesis, por lo que se refiere a la paridad de género y la candidatura presidencial, no se ven indicios de que el PRI vaya a considerar a una mujer para el 2024.
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