HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
La reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto provocó un pavoroso saqueo a la Comisión Federal de Electricidad en donde los empresarios favoritos del mexiquense se sirvieron con la cuchara grande sin que nadie les pusiera un freno. Para robar y, no para otra cosa, modificaron las leyes en materia de energéticos.
Andrés Manuel López Obrador ha señalado en varias ocasiones durante sus conferencias de prensa mañaneras los incontables negocios que se hicieron al amparo y abuso del poder que les otorgó el mexiquense con su reforma, a todas luces, hecha para beneficio de los empresarios consentidos del régimen, con moche para los peñistas. Pero se queda corto.
Un caso emblemático es el de los hermanos Claudio X. y Guillermo González Guajardo. Mientras el primero creó el organismo “Mexicanos contra la Corrupción” para atacar al gobierno y desviar la atención, mientras que el segundo llenaba los bolsillos de la familia a través de la empresa Protama que en sociedad con la ICA construyeron la termoeléctrica de Tamazunchale, San Luis Potosí.
Se trata de un esquema mediante el cual los contratistas compraban los terrenos para la construcción de la planta generadora de electricidad y luego se los vendían a la CFE a precios más caros, negocio redondo del que se beneficiaron los González Guajardo.
Otra de las joyas que dejó la reforma del peñato que ahora defienden con tanto interés los ex presidentes del PRI, Dulce María Sauri, Manlio Fabio Beltrones, Pedro Joaquín Coldwel y Enrique “Clavillazo” Ochoa Reza, quien estuvo al frente de la empresa pública del Estado en el sexenio pasado, fue el de autoabastecimiento, en el que las grandes empresas no sólo producían su electricidad, sino que crearon empresas fantasma, con esa figura, para venderla después a la CFE.
Y cheque esto, durante la administración del “Clavillazo” Ochoa Reza se pararon un importante número de plantas para que la Comisión Federal de Electricidad les comparara la electricidad a los privados, algo que definitivamente, no puede calificarse de otra forma que un descomunal atraco al erario. La puntilla fueron los contratos de suministro de energía autorizados por la Comisión Reguladora de Energía, (CRE) en los últimos meses del sexenio peñista.
Por eso gritan, por eso ladran, por eso lloran, porque la nueva reforma elimina toda posibilidad de seguir sangrando a la empresa que se encarga del suministro eléctrico del país. ¿Lo sabrá el presidente?
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Un parón le dio Ricardo Monreal al prepotente Manuel Bartlett, quien con sus bravatas dificulta las negociaciones con los grupos políticos que participan en el congreso, hace imposible la negociación de los consensos para sacar adelante la reforma eléctrica, porque está claro que Morena y sus aliados no hacen la mayoría para aprobarla…Cuentas alegres hacen el presidente López Obrador y la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Isela Rodríguez cuando dicen que de regularizarse los miles de automóviles de los llamados chocolate, habrá recursos para tapar los baches en las ciudades fronterizas en donde aplicará el decreto que este sábado firmó el mandatario en Tijuana. Lo más probable es que los propietarios de esos vehículos se sigan amparando con esa calcomanía que les dan los dirigentes campesinos a cambio de un “moche”…El senador Américo Villarreal, el superdelegado, Rodolfo González Balderrama, (Morena); el alcalde de Tampico, Jesús Nader, el secretario de Gobierno César “El Truco” Verástegui, por el PAN y algunos otros despistados andan en plena campaña para obtener la candidatura de sus respectivos partidos para la gubernatura del Estado de Tamaulipas.
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