HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
Sólo quienes pasamos por las aulas universitarias podemos decir que somos Orgullosamente UNAM; sólo quienes llevamos “tatuados” en el pecho los colores azul y oro podemos decir que somos Orgullosamente Pumas, algo que Andrés Manuel López Obrador no puede decir porque su paso por las aulas de Ciudad Universitaria fue totalmente inadvertido.
Pertenezco a una generación que participó en los grandes movimientos estudiantiles -1966 y 1968- que dieron origen al cambio cuando el PRI se negaba a abrir el escenario político a todas las fuerzas políticas y la UNAM fue el motor de ese cambio.
En Ciencias Políticas y Sociales, (la escuelita) en donde supuestamente estudió el inquilino de Palacio Nacional se congregaban lo mismo estudiantes de esa Facultad, que otros que llegaban desde Filosofía y Letras, de Derecho, de Economía y de Ciencias.
En la pequeña cafetería de CiPol se armaban las grandes discusiones sobre el acontecer nacional, siempre en un ambiente de libertad. Por ese lugar y, en las calles manifestándose, nunca se vio al estudiante que llegó de Macuspana Tabasco para estudiar licenciatura en Ciencias Políticas.
Muchos estudiantes que me precedieron, me aseguran que nunca vieron a López Obrador por el salón Uno o el Dos donde Enrique González Pedrero y Rubén Salazar Mallén iniciaban las clases vespertinas con la materia de Historia de las Ideas Políticas, toda una cátedra.
Como toda una cátedra era la que impartían los maestros Víctor Flores Olea, Francisco López Cámara, Pedro Zorrila Martínez y la maestra Elena Jannetti por desgracia ya fallecidos. El director de la Facultad era ni más ni menos que don Pablo González Casanova a quien le siguió González Pedrero.
Por eso y por muchas otras cosas más se entiende la fobia que ahora endereza desde Palacio Nacional el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien durante dos días, denostó a la UNAM de la que dijo se derechizó y se convirtió en “defensora de los proyectos neoliberales”.
Se olvida el presidente que la mayoría de los miembros de su gabinete, salvo los tabasqueños, salieron de las aulas de Ciudad Universitaria. Dice que la UNAM requiere una sacudida, pero lo que realmente requiere una sacudida es la 4T, ¿no cree usted?
Si esos exabruptos son estrategias para desviar la atención de las críticas a los problemas no resueltos o las promesas incumplidas, como dicen los yucatecos, eso “ya se gastó”.
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En Tamaulipas todavía no empiezan las campañas y ya inició la guerra sucia. Apenas hace unos días el gobernador Francisco Javier Cabeza de Vaca designó a la ex alcaldesa de Tampico la profesora Magdalena Peraza como representante de su gobierno en el sur del estado y se filtró una información de que la maestra, que es una reconocida operadora, en la zona conurbada de Tampico, Altamira y Ciudad Madero, está siendo investigada por la Fiscalía General de la República por operaciones con recursos de dudosa procedencia, (lavado) para favorecer a quien el gobernador como candidato panista que enfrentará al delegado de programas federales, Roberto González Balderrama el tamaulipeco con más posibilidades de ser el candidato de Morena en las elecciones del próximo año …Sólo Ricardo Monreal sacó la cara por la UNAM a pesar de que la mayoría de los miembros del gabinete son egresados de la Máxima Casa de Estudios…Varías ex alumnas del maestro Enrique González Pedrero en la FCPyS se reunieron con él a desayunar meses antes de su fallecimiento y no faltó quien le preguntara: ¿qué opina de su pupilo? a lo que don Enrique respondió: no es mi pupilo.
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@HctorMoctezuma1