**”Tuvo tintes priistas”; amarga queja de Berganza
Por Antonio Ortigoza Vázquez
El saltimbanqui Berganza estaba furioso ese miércoles: no le molestan los “destapes”, salvo cuando no le favorecen. El ex cantante tuvo una particular visión de la masiva ceremonia para el “tercer informe” del senador morenista Julio Menchaca, porque vio al “pastor” de la fracción morada del Senado, Ricardo Monreal, en calidad de “destapador”.
No sólo eso: sus visiones fueron mucho más allá: ubicó al origen del “destape” en la figura del gobernador Omar Fayad Meneses, del PRI, quien estuvo como invitado especial.
Un poco conteniendo la risa, el Secretario de Gobierno del Estado, Simón Vargas Aguilar, hizo la pertinente aclaración: “Eso (el acto masivo en el Estadio Revolución) fue organizado por el senador Julio Menchaca y el gobernador solo atendió una invitación… el tema ya quedó aclarado, ya platicamos el diputado y yo, quedó aclarado. Hay, ciertamente, una relación extraordinaria (pero) de repente hay informaciones que confunden, pero se aclaran porque, primero, tenemos la confianza para decirnos cosas y, segundo, la madurez necesaria para comprender qué está sucediendo”.
(Vargas Aguilar, un “gallo muy jugado” en esos menesteres, con decenios de experiencia, empero no pudo disimular lo divertido de la situación: Que “acusen” al gobernador priista de meter la mano en Morena…¡Caramba!)
Sí, una “idea” de Francisco Xavier Berganza que, en vías de hecho, sería algo así como una “combinazioni” tipo Cardenal Mazarino, una intriga renacentista de la Florencia de los Médicis, una sutil maniobra borgiana pero… ¿Con sabor macuspano? ¡Por favor!
LOS MOROS CON TRANCHETE DE FRANCISCO XAVIER
Como a miles de grillos, a Berganza le molesta que otros políticos se dediquen a lo que él hace: llevar agua a su molino. Tal vez consciente de sus limitaciones para dar una pelea al tú por tú, pretende que sus rivales se paralicen y le ofrezcan, de buenas a primeras, su rendición incondicional.
Claro que esa forma de actuar en la política es muy común en la grilla nacional, pero hay estilos. El golpeteo por arriba no parece la mejor idea, menos con “argumentos” que en lugar de preocupación, provocan carcajadas.
Por eso, Francisco Xavier Berganza suele ver “moros con tranchete” todo el tiempo. Para él, todo es una conspiración contra “sus legítimas aspiraciones”, porque los demás solo tienen “aspiraciones bastardas”.
Pero esa idea de que la decisión interna de Morena para la candidatura a gobernador “se está gestando en la oficina de Omar Fayad” (lo cual sorprendería mucho en rumbos de Palacio Nacional) la maneja el diputado local, por lo menos, desde mediados de julio pasado, cuando dijo: “Están alborotando las aguas fuera de tiempo… las encuestas no son casualidad porque ¡ojo! hay qué revisar quién las sube; de repente aparecen en medios oficialistas porque le convienen al gobierno… están tratando de dividirnos a todos para favorecer a un perfil” y enseguida señala convencido: “Son maniobras del gobernador, que ejercería así de titiritero mayor”. (¡!).
(Diría el Gober: “¡Eejemm! ¿Pero cómo se le ocurre eso, señor diputado?)
Berganza no deja el asunto ahí, sino que “proporciona elementos de juicio”:
“Necesitan un amigo, saben que no va a ganar el PRI y hay que cuidar el escenario, no podemos salir como en la elección pasada y debemos de estar unidos”. (Profundo ¿Eh?)
Francisco Xavier Berganza dejó “la cantada” por la política y los “recórds” que no rompió en discos, si los tiene en la grilla. De recalcitrante y mojigato panista saltó a la demagogia populista del PRD; de ahí se escurrió hacia Convergencia y el oportunismo medido en forma milimétrica; se arrastró hacia el sindicalismo corporativo esthercista del Panal y con el auge macuspano aterrizó en Morena y sus delirios mesiánicos. Y seguirá la mata dando.
Berganza nos seguirá aportando muchas sorpresas con su talento para acomodarse donde sea, y (citando al citable Bulnes): “Con rastrerismo pesado en babas de adulación”.
Eso, pues.