HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
El presidente Andrés Manuel López Obrador puede tener dos grandes decepciones cuando inicie su cuarto año de gobierno el próximo primero de diciembre. Para esos días el hombre que reside en el Palacio Nacional estará convencido de que ni la revocación de mandato, ni la reforma eléctrica van.
La revocación de mandato que el presidente pensó que podría ser la plataforma para lanzarse a la reelección se tambalea y va rumbo al fracaso por las fricciones, entre el Instituto Nacional Electoral y los legisladores que se oponen a darle más lana para la consulta popular programada en un principio en la segunda quincena de marzo y pospuesta para la primera de abril.
Recientemente el presidente puso en oferta su cabeza al declarar que aceptaría un resultado adverso, aún cuando no se cumpliera con la votación que marca la ley, lo que definitivamente no sucederá porque si alguien irán a las urnas, serán los partidarios del gobierno de la 4T, con lo que obtendría un triunfo que nadie les creerá.
La confrontación entre el INE subirá de tono en los próximos meses lo que hará que los ciudadanos, sobre todo con los que no están con el gobierno de la 4T pierdan el interés por ir a votar, con lo que se podrá confirmar el fracaso, de lo que al final quedaría como una buena intención pero que no está a tono de la incipiente democracia mexicana.
En cuanto a la reforma eléctrica las bravatas que desde acá le manda López Obrador al presidente Joe Biden no harán que los inversionistas norteamericanos se resignen a perder sus inversiones en un sector tan importante para sus intereses.
El mensaje del embajador de los Estados Unidos en México, Ken Salazar en el sentido que hay preocupación entre los inversionistas estadounidenses, no salió de su ronco pecho, es mensaje enviado directamente de la Casa Blanca y Palacio Nacional lo deben entender así.
El aplazamiento de la discusión de la iniciativa del presidente López Obrador en San Lázaro es el primer paso para dar marcha atrás a lo que han llamado la reforma de reformas de la 4T.
Con dos fracasos de estas dimensiones, la segunda mitad del sexenio de López Obrador será muy cuesta arriba.
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Layda Sansores recurrió a las mismas artimañas del mañanero para tratar de tapar su asistencia de la ahora, boda maldita, de Santiago Nieto con Carla Humphrey, inventar una ocurrencia al recomendar a los habitantes del estado que gobierna, que se quiten el cubrebocas y que hagan a un lado la sana distancia, lo malo se aprende rápido…Reglas para los miembros del gobierno de la 4T que vayan a contraer nupcias o sus hijas o hijos: 1.-Los novios deben presentarse sólo con tres testigos cada quien ante un juez del registro civil, 2.-No anunciar la boda en revistas del corazón y tres festejar en familia o amigos con un aforo no mayor de 15 personas y un menú de tacos de canasta y aguas de horchata y de jamaica o en su caso tepache. Nada de celebrar en hoteles o centros sociales. De lo contrario que tengan lista su renuncia.
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