Yo Campesino / Decepcionante
• Interesado o no en el perdón divino, Monreal hizo suyo el discurso de El Ganso
Miguel A. Rocha Valencia
Hace poco tiempo algunos vimos en Ricardo Monreal Ávila lo poco rescatable que había en la 4T, pero en su afán de regresar a desayunar a Palacio Nacional, puso rodilla en tierra e hizo suyo el discurso del Ganso de Macuspana, con lo cual, deja en claro que su ambición va más allá de la ignominia personal y profesional.
No se trató de rechazar simplemente los comentarios que en la Corte se hicieron a los legisladores en torno a la propuesta de reforma “Zaldívar” lanzada por el machuchón de Palacio Nacional y con la cual pretendía ampliar dos años el período del presidente del máximo tribunal, cabeza del poder Judicial.
Tampoco hay pecado en decir que los comentarios de la ministra resultan injerencistas respecto a las atribuciones constitucionales de un poder y otro, como lo hace el caudillo de la 4T con quien se le da la gana, invadiendo incluso áreas de competencia.
Pero tomar el discurso cuatroteísta de la corrupción en el Poder Judicial donde se barre por parejo con jueces, magistrados y uno que otro ministro (a) donde incluso la ínclita millonaria Olga Sánchez Cordero saldría salpicada, es un exceso.
La exigencia de que se denuncie esa corrupción, es como si al caudillo de Tepetitán se le exigiera que denunciara a sus hermanos, prima, hijos, cuñadas y nuera, amén de colaboradores y aceptara la opacidad con que se distribuye el presupuesto y todo lo que se roban, bajo el falso supuesto de que no se manchan el plumaje.
Peor, que el mismo Monreal denunciara a dos que tres de sus contlapaches en el Senado por rateros, elusores y evasores fiscales, las complicidades con el crimen organizado, enriquecimientos cínicos y perfectamente explicables, aunque se les comprueben y se les exhiba ante la opinión pública.
Pero no sólo eso, cual vil estilo del profeta, lanzó la amenaza como si fuera anatema de que van a revisar los procedimientos jurídicos, como si el título que compró de doctor en Derecho le diera la autoridad para calificar a los juzgadores, peritos en Constitucional. Más aún, hará llamado para que moderen sus privilegios y opulencia, como si los suyos fueran ocultables, lo mismo que sus “gustos” hechos públicos desde que fue delegado en Cuauhtémoc.
Mejor que atiendan el tema de los migrantes, esos 65 mil mexicanos que cada mes intentan irse de México huyendo de la violencia y la miseria en que nos tiene hundidos la “cuarta” trasformación. Eso debería avergonzarle como sucede con quienes prefieren irse del presupuesto que volverse lacayos sin conciencia.
Eso sí es corrupción, seguir a un profeta que miente y no ha cumplido ninguna de sus ofertas de campaña. Hoy se mueren más mexicanos por violencia, miles más por falta de atención a la salud y ausencia de medicamentos, tratamientos y diagnósticos; muchos viven con miedo, prefieren abandonar todo y escapar.
Antes, con los neoliberales, los que huían eran empresarios extorsionados o secuestrados, hoy quienes dejan todo atrás, son los más pobres y desprotegidos que no encuentran en su gobierno, en el mesías tropical, el cumplimiento de ninguna de sus promesas de campaña, pero sí, tres años de quejas, de acusaciones, de juicios sumarios, pero sin culpables.
Tal vez porque como dice el propio ganso, hay responsables, pero no culpables. Pero en el caso de los mexicanos que migran, como dice el ex comisionado Tonatiuh Guillén lo hacen por necesidad de trabajar, de traer dinero para sus familias o bien para escapar del sojuzgamiento de criminales que se apoderaron de al menos 12 estados de la República de manera parcial o total, imponiendo su ley mientras las fuerzas armadas y seguridad cumplen con la consigna de repartir abrazos.
Y todavía lo presumen. Hoy la migración de mexicanos es mayor que nunca. Hace una década alcanzó su menor expresión, pero desde hace poco más de dos años, se volvió a incrementar, por eso el aumento de remesas, fenómeno que incluso de acuerdo con datos del Departamento de Estado norteamericano, es aprovechado por criminales y evasores para “lavar” sus ilícitas ganancias con la venta de drogas y personas.
Tan es así que existen domicilios fiscales que eran investigados por Santiago Nieto Castillo ubicados, por ejemplo, en la alcaldía Álvaro Obregón en la Ciudad de México y que resultan ser falsos, no obstante que ahí se remiten grandes volúmenes de “remesas”. Y así en todo el país.
Tal vez por eso, los 40 mil millones de dólares que ingresan al país bajo ese concepto, no se reflejan en crecimiento de la economía, en una mayor demanda ni mucho menos en crecimiento o desarrollo. Hablamos de cerca de 900 mil millones de pesos que no pasan por el tamiz fiscalizador.
Pero bueno ese sería un rollo que puede tener su sesgo de corrupción donde necesariamente habría autoridades de la 4T metidas. Esa no se denuncia ni desde el Senado. Ni mucho menos en el púlpito mañanero, donde sólo se festeja el ingreso de esos flujos que “nadie ve” a dónde llegan ni para qué sirven.
Esa si sería, como diría Monreal, “una corrupción impresionante” pero como no la señala su patrón, pues él tampoco la ve. Sería bueno que el senador que acusa, presentara su denuncia ante alguna fiscalía, aunque fuera la de su hermano allá en el pacífico Zacatecas donde las masacres se volvieron cotidianas.
Por Mi Raza Hablará el Espíritu