La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Lo sagradas no les quita lo pedorras
Conceptos como Cambio Climático, Gases de Efecto Invernadero (GEI), Ecocidio, Salvemos al Planeta y otros de la misma laya, se han vuelto cotidianos. Veamos.
El daño causado a la Tierra es de origen sistémico y tiene que ver con la forma de producir, es decir, con el capitalismo en su forma más salvaje llamada neoliberalismo.
El capitalismo tiene como esencia producir a través de la explotación del trabajo y del uso de tecnologías obsoletas, mientras esto repercuta en un menor costo de lo manufacturado.
Por lo tanto, exigir por medio de la presión social a los Estados Nación y al gran capital, que se inicie una transición a modelos de producción amigables con el medioambiente (economía circular, v.g.), es un compromiso que, como ciudadanos, no podemos eludir.
Sin embargo, la participación, en lo individual, inicia con modificar los hábitos alimenticios y renunciar al ‘Super Size Me’ o sea, por 20 pesos más le ponemos otra hamburguesa.
Para justificar lo anterior, citamos un estudio de la FAO donde se precisa lo siguiente: “El ganado vacuno es el mayor emisor de GEI con alrededor de 5,0 gigatoneladas de CO2-eq, que representan el 62% de todas las emisiones”.
En términos concretos, cada rumiante produce en promedio entre 250-500 litros de metano, por lo que reducir y/o eliminar de la dieta este tipo de carnes, es una decisión urgente.
Recordemos: sin demanda, no hay oferta. El cambio inicia con la toma de conciencia colectiva, no esperemos que Nestlé, Kellogg´s o papá gobierno, lo hagan por nosotros.