Yo Campesino / Inseguridad
• El Ganso utilizará la violencia “anillo al dedo” como pretexto para militarizar al país
Miguel A. Rocha Valencia
Así como usó de pretexto la pandemia como “anillo al dedo” para quedarse y administrar el presupuesto de manera personal, el ganso de Macuspana emplea la violencia que vive el país, fomentada por él mismo para justificar la militarización, la construcción de cuarteles por todo el país y poner a los de uniforme en las calles en labores de “protección a la sociedad”.
Traicionero y mal agradecido, el caudillo desconoce incluso a los periodistas que le fueron fieles, le creyeron y defendieron en su larga campaña de inexplicable financiamiento. Traiciona sin escrúpulo alguno sus principios, dichos y promesas como meter a sus cuarteles a los militares.
Incumplió desde el principio incluso por su seguridad y pagar alguna factura que incluyó la liberación de Ovidio Guzmán, con el plan definido de dejar crecer la violencia a grado tal que gobernadores y pueblo bueno le pidieran auxilio y él “generosamente” mandó a la milicia a salvarlos.
Como en Zacatecas y Guerrero, donde de todos modos los asesinatos van a continuar pues los militares no van a exterminar, van a contener y si abrazos les dan, ellos los darán. La consigna es mantenerse a raya. La población continuará expuesta al pago de piso, a la extracción de gatilleros y halcones, así como a guardar silencio.
El ejemplo más claro de lo que pasa, es la Ciudad de México donde primero se dijo que no se necesitaba ni a la Guardia Nacional, que aquí los cárteles no entraban y ahora, el ventrílocuo de Palacio, a través de Claudia Sheinbaum, la regenta, ya dijo que habrá Guardia Nacional en toda la capital del país, supuestamente para contener al crimen que llega del Estado de México, cuyo gobernador seguramente solicitará el auxilio y zas, a militarizarlo.
Porque en realidad no se va a combatir al crimen sino a administrarlo, porque si se tratara de contenerlo entonces habría consecuencias y a eso no se va a arriesgar el ganso.
De hecho, en este espacio adelantamos que a los militares el profeta de la 4T les entregó la administración de los cárteles, excluyó del “negocio”, perdón del combate al crimen organizado a la Secretaría de Seguridad federal y a la propia Fiscalía General de la República a la que convirtió en la horca de su persecución política, mientras la Unidad de Inteligencia Financiera fue el cuchillo de empresarios, detractores-críticos y científicos.
Y todo concentrado desde la asesoría de Palacio de donde salió huyendo Julio Scherer, a riesgo de convertirse en perseguido de sus propios fantasmas en esta misma administración. Por lo pronto el Ganso ya dijo que Proceso es un enemigo enmascarado de progresista, de lo mismo acusó a Carmen Aristegui. Igual podría pasarle a Santiago Nieto Castillo, si Morena suelta el poder por la vía del voto.
¿Por qué a esos dos personajes? Porque conocen toda la estrategia del caudillo en contra de los “enemigos del régimen”. Saben dónde le duele, uno sus temas legales, complicidades y donaciones; el otro, dónde quedó la lana que le entró durante todos estos años, dónde la guarda y “quién pompó” lo de sus hijos, nuera, cuñadas, hermanos y demás familia.
En las Fuerzas Armadas, tanta generosidad del patriarca ya no es sospechosa, sino descarada tendencia a comprar la pared para recargar a su régimen. Ellos, verdes y blancos, saben que también les pueden dar el “chaquetazo” desde Palacio Nacional. Hacen lo que el mismo profeta recomendaba “agarren todo lo que les den” y voten por quien quieran.
También ahí saben “por dónde le entra el agua al coco”, no van a soltar las concesiones, los negocios limpios ni los sucios, especialmente cuando los tienen amarrados y les dejan miles de millones de pesos y dólares. Habría que saber cómo andan los bolsillos de los generales, especialmente por los contratos “negociados”.
Muchos de ellos se negocian en Tabasco a donde hay que ir a arreglar los pagos con una “agencia” que cobra su comisión y con un telefonazo, resuelven todo.
La corrupción al tope igual que la militarización y la inseguridad. Así como los programas clientelares son la gasolina que alimentan la mediocridad y conformismo, la violencia nutre a la 4T.