Yo Campesino / Para abajo
• Otra vez caen expectativas de crecimiento, empleo, ingreso, seguridad
Miguel A. Rocha Valencia
El Banco de México confirmó a la baja las expectativas de crecimiento, por lo cual el Inegi ratificó sus cifras en caída de empleo, más pobreza y aunque suba el salario mínimo, la miseria laboral se sostiene, con un crecimiento negativo de la economía del menos seis por ciento y crecimiento histórico de la deuda en 3.270 billones de pesos en tres años.
Es decir que a pesar de las arengas presidenciales y los gritos triunfalistas de que “vamos bien” o se “consolida el cambio” y “saldremos pronto de la crisis”, la verdad es que México va para atrás. El mismo día en que el Ganso proclamó crecimiento, el Banco Central le dijo que no llegaremos al seis por ciento esperado sino a menos, eso, a sólo un mes de concluir el año.
Si a eso se añade el efecto de una inflación que supera en 1.7 puntos las expectativas iniciales de crecimiento, pues ante cualquier recuperación de la que se hable, el hecho es que los salarios estarán por debajo de los precios. Es decir, nada qué festejar pues si el crecimiento es del 5.4, carestía por arriba del 7.1 por ciento.
Con esa simple ecuación más la no inversión, hacen nugatorio cualquier aumento al salario mínimo que se cacarea en 22 por ciento, pues en realidad, ese referente se queda en retórica cuando hay cerca de cinco millones de mexicanos sin chamba, mientras que a 48 millones de personas que trabajan, no les alcanza para adquirir la canasta básica con su ingreso. A estos se les denomina pobres laborales.
De acuerdo con Cómo Vamos México, la intención es disminuir antes de concluir el sexenio con esa pobreza y quedar en 20.5 por ciento de los mexicanos en esa condición, pero con la inflación al alza, será difícil, ya que los aumentos salariales, se reflejarán en carestía, justo como hoy sucede.
Pero además la fuga de capitales que alcanza los 600 mil millones de pesos, incluyendo infraestructura o empresas pequeñas y medianas que prefirieron irse a otros países, se llevó los empleos y ya no se generarán, por lo cual los índices del Inegi plantean aumento en la informalidad, la cual se ve estimulada por la cancelación de la contratación del outsourcing.
Tal vez por eso los especialistas encuestados por el Banco de México consideran que para los próximos dos años las cosas no van a mejorar ya que, en primera, no nos recuperaremos totalmente de la caída del 8.5 por ciento del PIB, y para 2022 y 2023, el crecimiento esperado es del 3 y dos por ciento.
Es decir que una vez más el machuchón miente pues el promedio de crecimiento en todo el sexenio, si nos va bien, será de menos del dos por ciento, ya que cuando mucho en el segundo trienio ni siquiera se alcanzará el 11 por ciento en promedio; los otros tres años fueron de retroceso o estancamiento.
Así, el crecimiento pírrico que cuestionó y criticó el Ganso de Macuspana de otros sexenios, ni siquiera será alcanzado por el suyo, pero demás con una mayor carga en la deuda y su servicio, con la fuga de capitales más copiosa de los últimos años y con sólo tres obras de dudosa utilidad y calidad, plagada con más de mil contratos otorgados sin licitación, por presumir.
Para colmo, la Secretaría de la Función Pública presume que “estamos en semáforo naranja en corrupción”, porque según él se avanzaron tres puestos cuando se retrocedieron 15, no se atienden las denuncias presentadas por la opacidad en la entrega de contratos sin licitación y en todo caso se ha penalizado o cambiado de lugar a infractores de bajo rango, mientras sus jefes se mantienen en sus puestos o son promovidos.
El caso más relevante es el del coordinador de programas sociales-clientelares del gobierno Federal, Gabriel García, donde la Auditoría de la Federación marcó opacidad en más de 100 mil millones de pesos.
Y respecto a la seguridad, pues ahí está la espectacular fuga en Tula, los 105 mil 537 asesinatos por abrazos y no balazos del Peje, frente a los 62 mil de Peña, los 39 mil de la “guerra” calderonista y los 40 mil de Fox.
Así las cosas, nada qué presumir, cada vez menos creyentes y cada vez mayor polarización; pareciera que el mesías de la 4T pretende montarse en la proclama pública como recurso. Pero seguro hallará respuesta, no hay duda.
Por Mi Raza Hablará el Espíritu