* El eterno aspirante a la gubernatura, presentó solicitud de licencia tras no aparecer en la lista de la encuesta de Morena que definirá el próximo 23 de diciembre a su candidato y decide lanzarse como abanderado independiente, para lo cual deberá reunir 60 mil firmas de apoyos, lo que se antoja difícil porque su escasa figura política no le alcanza para tanto; en este espacio se cumplió lo planteado en el sentido de que Berganza nunca ha sido un hombre de ideologías y principios, dando nuevamente la espalda al partido que aceptó hacerlo diputado bajo la cuota de discapacidad
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial Expediente Ultra
El circo de tres pistas con el que Francisco Xavier Berganza pensaba catapultarse a la gubernatura de Hidalgo, se instaló en punto de la nueve de la mañana de este lunes 13, en el Congreso estatal, convocado por su todavía líder para presentar solicitud de licencia al cargo con el fin de lanzarse como “candidato independiente”. Por supuesto, la petición fue aceptada.
El cantante resultó un efímero y cachirul miembro de Morena, como antaño lo fue del PAN, Convergencia y Nueva Alianza. El saltimbanqui lo volvió hacer y apenas no se le cumplió su capricho de ser el candidato, decide irse por la libre.
Aquí lo advertimos infinidad de veces: Berganza no es y nunca será un hombre de izquierda, creció profesionalmente bajo la ideología hueca y frívola de Televisa. Siempre ha buscado el poder para ayudarse a sí mismo, no a la gente.
Su pasión por Morena desapareció súbitamente.
Y ahora sus “apoyadores” que desde la cúpula nacional lo alentaron en su fracasada aventura, andan con el rabo entre las piernas, pues su presunto caballo negro les salió como la trabajadora del hogar respondona, que ahora les deja tirado su partido sin siquiera dar las gracias. ¿Quién o quiénes responderán de haber alentado este famélico “caballo negro” que antes de llegar al arrancadero cambió con total desfachatez de camiseta?
El próximo 23 de diciembre saldrá el humo blanco anunciando al abanderado –o abanderada– de Morena pero el cantante ya no estará contemplado, pero irá por su tercera aspiración de ser gobernador, pero ahora sin partido.
El pequeño problema es que debe reunir un poco más de 60 mil firmas de apoyo para que el Instituto Electoral de Hidalgo lo registre y contemple en la asignación de las prerrogativas de ley, pero ni el contexto ni su figura política son los idóneos para tal objetivo.
Berganza difícilmente podrá ser una reedición de “El Bronco” en Nuevo León, porque el “bronquito“ hidalguense no llega ni a pony de feria, pero aún en el supuesto de que lograra reunir las firmas necesarias, ni la fuerza de Morena ni la popularidad de López Obrador, estarán de su parte.
De risa lo que pregonan sus contados seguidores en el sentido de que con su salida, Morena perderá miles de votos en el Estado. De risa no, diríamos de sonora carcajada tales aseveraciones.
Al cantante, la militancia siempre lo vio con recelo y los fundadores del partido en el estado no se equivocaron al indignarse con su inclusión en las listas plurinominales, sobre todo tratándose de un político sin principios ni ética alguna que logró colarse por la cuota de discapacidad.
Lo que mal empieza, mal acaba. Y esta actitud ruin no le abona para presentarse como una opción legítimamente independiente y ciudadana. Pues de dónde…
El ex cantante, en justicia, se cocina aparte. Su trayectoria incluye desvergüenzas descomunales, como por ejemplo, escudarse en el fuero de senador para eludir la prisión por la acusación por el delito de violación de una joven hidalguense. Eso, sólo para comenzar.
Y en el actual escenario de los grupos feministas que impulsan la equidad de género, sus antecedentes equivalen a un anunciado Hara-Kiri.
Pero la última palabra la tiene todavía el Instituto Electoral del Estado de Hidalgo (IEEH), el que ayer mismo temprano procesó ocho solicitudes para candidaturas independientes. Aprobó dos, desechó cuatro y dejó dos en suspenso, entre éstas últimas, la de Berganza.
El Instituto Electoral hidalguense tiene bien ganada fama de riguroso, por lo que no sería sorprendente que le negara el registro.
Sin candidatura, sin curul y fuera de Morena, ya como auto exiliado, Francisco Xavier Berganza deberá resignarse y aceptar que con el partido guinda no más no se le hizo “cantar bien las rancheras” Si acaso podrá echarse en su infinita derrota “El abandonado”. Y eso, a capela.