Muchos gentiles y generosos lectores del presente medio informativo, me han solicitado efectuar diversas evocaciones de las promesas y ofrecimientos efectuados por Andrés Manuel López Obrador durante su campaña electoral y al tomar protesta como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Paso a cumplir:
Durante sus reflexiones, arengas, proclamas, sermones, disertaciones, ofrecimientos, augurios, propuestas, etc., etc., siempre sostuvo de manera firme, enérgica y terminante, que en la Cuarta Transformación de la Nación se dispensaría una elevada prioridad tanto a la justicia como al desarrollo político de la República, mirado éste como mejora democrática, con el objeto de obtener un avance y una elevada profundización de libertad. A la par, durante su mandato y con el objetivo de obtener y alcanzar las dimensiones de ese proceso democrático se daría prioridad al combate a la corrupción y al desarrollo cívico, mediante una cultura ciudadana de exaltación a la ley. Ello hasta la fecha continúa siendo una asignatura pendiente.
Según el pensar y actuar del Primer Magistrado de la Nación, en aquél entonces México requería con el objeto de salir avante, obtener una democracia pluralista como la que se iba a construir con la Cuarta Transformación de la Nación, donde todas las corrientes ideológicas y personalidades políticas tendrían cabida y desempeñarían un papel en propagación a su presencia, al valor de sus ideales o al vigor de su moral para combatir la corrupción del neoliberalismo. Así en nuestra Nación se obtendría el exterminio de éste execrable fenómeno, para dar cabida a un México exento y libre de corrupción. Otra asignatura pendiente.
Los entendidos en cuestiones de civismo refieren que en el desarrollo cívico, los servidores públicos, autoridades y/o funcionarios son responsables de sus actos y por ello, por su actuar en beneficio de la colectividad y la República, se les debe de reconocer y aún aplaudir. Según esos propios entendidos en el desarrollo cívico, México ha de ser el México de los mejores y, los mejores, sin duda son aquellos que hacen sobresalientes a los demás ciudadanos, a la justicia y a la propia democracia. Una asignatura pendiente más.
En nuestra Patria, ese es el México al cual aspiramos todos los mexicanos, seamos liberales o conservadores, los reconocimientos a la fecha no se han dado a los Siervos de la Nación dada la falta severa de observancia de lo que la Ley previene y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos mandata. Dado ello, otra asignatura pendiente.
A los pocos días de dar inicio a un año más de elecciones nos encontramos que el Poder Ejecutivo ha expedido un “decretazo” por causas de seguridad nacional con el objeto de ocultar valiosa información. Ese “decretazo” responde a la convicción de que aquél que cuenta con el poder temporal del encargo de Presidente de la República, carece de cierta mesura y ponderación para desempeñarlo por el bien de nuestra Nación. Como se observa, otra asignatura pendiente.
Ésta Cuarta Transformación de la República es historia y no muy digna de contar, por aquello de cuestiones de injusticia y protección a la narcopolítica y como tal deberá de ser juzgada a futuro próximo y lo más probable es que siendo la historia de México lo que nos concierne, todos los mexicanos tengamos parte de esas razones antepuestas; las asignaturas, incluyendo a la justicia, están pendientes y los mexicanos esperamos el cumplimiento de esas vitales irresueltas: el futuro de México en el próximo año de elecciones intermedias es posibilidad para tener un México libre de corrupción y con una mejor visión ética, jurídica y política de las cosas. México hoy le apuesta al futuro como asignatura pendiente.
Es cuanto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho
Penal del Colegio de Abogados de México, A.C..