La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Mientras tanto Sancho, todos los días le arrima molinos de viento
En su reiterada negación de la realidad, el gobernador Cuitláhuac García, descalifica la actuación de la comisión senatorial que indaga los abusos de autoridad en su administración, sobre todo, en lo que se refiera al encarcelamiento de opositores.
Cui señaló que los senadores que están detrás de la comisión son “casi golpistas en un estado (sic)” y añadió: “pues ahí los senadores tendrán que advertir (recontra sic) por qué quien exige que se cumpla el Estado de Derecho viola la reglamentación”.
Lo que quiso decir, consiste en acusar que la investigación del Senado no cumple con sus propios requisitos estatutarios y que, reclama, deberían abrir otra para Tamaulipas.
En términos prácticos, el góber no rechaza que se cometan abusos de poder, sino, que quienes lo investigan pasan por encima de la ley para hacerlo, pero eso no es todo, tampoco son parejos, por no incluir a otros gobernadores que cuentan con orden de aprehensión.
Para que no haya duda: de facto, el señor de todas las ternuras admite las tropelías de las que se le acusan, al no cuestionar la comisión por innecesaria (no hay sustancia), sino por presuntas inconsistencias en su formación, a lo que agrega que es selectiva.
Insistimos ad nauseam, la miopía del mandatario le impide comprender que tiene en la otra esquina (por un pleito que él creo), a dos senadores de peso completo, a los que ya se sumaron Beatriz Paredes (PRI), Julen Rementería (PAN) y Eduardo Ramírez (MORENA), mismos que en su conjunto, lo quieren trabar o, en su caso, pedir ‘rescate’.
Cada día el conflicto se agrava y su resolución, requiere, que alguien o algunos, paguen los platos rotos. Retrasar el remedio, encarece la solución.