Yo Campesino / Si soy, y qué
• Se descara El Ganso, reconoce su radicalismo y allá nos quiere llevar. Monreal ¿alternativa?
Miguel A. Rocha Valencia
Aunque con sus acciones y dichos el Ganso de Macuspana muestra todos los días su radicalismo, esta vez le ganó el hígado y lo reconoció públicamente y con ello le dejó a Ricardo Monreal dos opciones: se somete y promete obediencia ciega al caudillo o de plano empieza a construir abiertamente un proyecto alterno junto con sus leales y grupos que esperan su llamado.
Porque si bien Monreal Ávila puede cancelarse de plano su regreso a desayunar a Palacio Nacional, tiene abierta la ventana de oportunidad que el mismo mesías tropical le abrió no sólo con “sus fichas” y sucesión anticipada, sino con sus posiciones radicales ante temas nacionales y grupos de poder, incluyendo el económico.
Con paciencia y el oficio político que se le reconoce, el zacatecano construyó su propio nicho, donde seguramente cuenta con apoyo de Dante Delgado el Movimiento Ciudadano y las huestes del PT dispuestas a seguirlo, independientemente de personajes de oposición y Morena que ven en él la posible alternativa a un régimen autoritario y radical que hunde al país en su mayor crisis y que representa el profeta de la 4T.
Además, cuando el sumo sacerdote olmeca cerró las puertas y ofendió a empresarios, clasemedieros, mujeres y líderes sociales, Monreal abrió la puerta del senado para dialogar con todos ellos y abiertamente dijo que eran necesarios para la construcción del país. De otra forma México no avanzaría y hasta llegó a decir que sin los grupos “aspiracionistas”, Morena no habría alcanzado el poder.
Es decir, mientras el ganso repudiaba a todos, el exgobernador dialogó: Desde ese momento mostró que la mejor competencia electoral la tendría la 4T en su propio seno y no con una oposición diezmada, chantajeada, amenazada y oportunista.
Con su declaración de este lunes, el profeta cuatrotero abrió un frente del cual se va a arrepentir y tal vez inicie una persecución contra el zacatecano, pues es obvio que no lo cuenta entre sus fieles a ciegas y si como una seria competencia para al menos una de sus fichas favoritas que está dispuesta a ser la pantalla de un proceso transexenal donde impere la voz del amo.
A estas alturas, ya sabe el machuchón de Palacio que dio un paso que no debió hacer visible, pues no le deja alternativa a Ricardo Monreal, quien se asume como alternativa sobre todo por su intención de luchar “por su democratización y porque Morena no abandone las causas que nos dieron vida”.
Porque “aunque algunos voceros del propio gobierno digan que no pasa nada yo digo que sí está pasando y cada vez nos acercamos a una confrontación inevitable; pienso que el país requiere de la fuerza de la unidad para alcanzar las metas esenciales que nos propusimos; nosotros no llegamos al poder para repetir o reproducir los actos que veníamos cuestionando y criticando como de abuso de autoridad, como autoritarios”.
Y Monreal fue más allá: “yo no soy del coro de aplaudidores solo por provenir de un movimiento; con el presidente no buscaré ni aceptaré confrontación alguna, voy a luchar al interior del partido aunque no creo que en igualdad de circunstancias porque no las hay, no hay piso parejo, cualquier gesto o señalamiento (del Presidente) en favor de uno u otro es muy pesada, y obviamente si a uno se le apapacha, si al otro se le reconoce y a uno más se le ignora y se le congela, pues la expresión de la militancia es reflejo de lo que él está expresando”.
Pero tal vez la frase más lapidaria del senador morenista fue: “la izquierda es una definición política, es un pensamiento universal, nutrido de conciencia social, de solidaridad, de respaldar las causas, la más vulnerable, la más desprotegida; de esta fuerza que puede impulsar políticas públicas progresistas sin estridencia, sin excesos, sin violaciones a la Constitución. Es la izquierda en la que creo”.
“No reclamo patrocinio ni que se incrusten en el gobierno personajes que simpaticen conmigo, lo único que quiero es que se democratice la decisión del partido en el momento de tomarla. Si no hay apertura, siempre ocurren rupturas, si hay solo persecución, el deterioro y la descalificación, ocurren siempre circunstancias adversas que ponen en riesgo la continuación de un proyecto político”.
Como dirían los clásicos: la suerte está echada, veremos si Monreal Ávila se atreve o se somete, si se convierte en la opción que muchos esperan para sumarse incluyendo oposición, empresariado, organizaciones civiles y grupos sociales, o recula y se somete. Veremos.