La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Hay morenos que por ser de sangre azul no acceden a la realeza de la 4T
El pasado sábado se realizó un evento, en el WTC de Boca del Río, con el objetivo principal, más allá de promover la reforma eléctrica, de placear a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, como candidata a la gubernatura, del grupo de Cuitláhuac García, en 2024.
Mientras esto ocurría en tropicales tierras, el diputado Sergio Gutiérrez Luna, se dejó ver con la jefa de Gobierno de la CDMX, la poderosa Claudia Sheinbaum, en la supervisión de una planta de carbonización hidrotermal. Desde luego, la intención del legislador era tomarse la foto con la favorita del Tlatoani.
Así pues, se puede inferir que, al interior de MORENA, son dos las opciones principales para Veracruz: la zacatecana Nahle y el minatiteco Gutiérrez. La primera con la bendición del grupo gobernante y el segundo como una cuña de la que no se tiene claro quien empuja.
No obstante, hay, al menos, otros dos suspirantes que vendrían en segunda línea: el súper delegado Manuel Huerta (con el control de los padrones sociales que llevaron al triunfo de la 4T en junio pasado) y el alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued, ambos cercanos a YSQ.
El asunto cobra relevancia, porque quien sea el o la elegida, tiene amplias probabilidades de ganar la gubernatura, en virtud de que la oposición es una caricatura y sólo proyectos familiares (que incluyen el apellido Yunes), podrían contender en una circunstancia que no fuera testimonial.
En cuanto a los más aventajados, la señora Nahle es morenista de hueso colorado, por lo tanto, no tiene pasado que ocultar, sin embargo, del parlamentario no se puede decir lo mismo, debido a que tiene genes panistas y estrecha cercanía con personajes vinculados a Fidel Herrera Beltrán, como su estratega de medios (el real, no el que cobra en San Lázaro).
En este contexto, no estaría mal que don Sergio limpiara el ropero, le puede servir.