En concepto muy particular del Foro Independiente de la República lo que sigue constituyendo un grave peligro para las instituciones de procuración e impartición de justicia lo es; los casos de corrupción que prevalecen en ellas, así como aquéllas en los cuáles togas de esas instituciones emiten resoluciones interpretando de manera incorrecta la norma, ya sea para fabricar culpables o condenar a inocentes. Esas son las amenazas y peligros muy graves para la justicia, con independencia de las intromisiones muy frecuentes de la política. Pero también hay que reconocer que en esos ámbitos existen togas rectas que no se prestan para cometer dichas bajezas.
El verdadero riesgo e inseguridad para la justicia no proviene de fuera, viene de dentro; por aquél desvarío de las consciencias de agentes del ministerio público, fiscales, jueces, magistrados y algunos identificados ministros hoy en retiro, los cuales fueron y son responsables de tanto descrédito y falta de confianza que sufre la justicia. No obstante que según dicen ciertas voces de demagogia que en cuestiones de justicia las cosas marchan bien.
Desde el neoliberalismo y hasta la fecha siempre se ha dicho y se sostiene con pruebas que han existido y existen togas corruptas, sobornables, despreciables, indolentes, desatentas, proclives a pretender ocultar la verdad; también es real que en dicho medio hay togas que le roban horas al sueño, para estudiar con escrúpulosa diligencia las causas que son de su conocimiento.
La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., se encuentra consciente de que existe en nuestra profesión lo que conocemos como “Cámara de Consejo”, en las que asisten aquellas togas que no se doblegan ante las presiones de los políticos, ni de los superiores, ni del poder de la narco-política, no obstante lo limitado de sus sueldos, los cuáles en muchas ocasiones no dejan margen para viajes, diversiones, incluso libros. Esas togas siempre se cuidan y ponen especial cuidado en la elección de sus relaciones profesionales, a fin de evitar contactos inconvenientes con políticos o pares que puedan comprometer su virtud, hacer y honorabilidad.
Bien se dijo en el ayer que bajo el puente de la justicia transitan todos los dolores, todas las miserias, todas las opiniones públicas, todos los intereses políticos. También se dijo y, ello se expresó en el medio informativo denominado “Washington Post” que: “bajo los puentes de la Procuraduría General de la República circulan dos ríos, uno de dólares y el otro de mierda”.
En el secreto de esa “Cámara de Consejo” se analizan muchas cuestiones que no le resultan gratas a ciertos políticos y a ciertas togas de corrupción. Ese secreto le resulta grato a México, a la justicia, a la Constitución Republicana y a quienes les gusta y buscan un verdadero Estado de Derecho, en esos ritos misteriosos que se celebran en “Cámara de Consejo” se sabe de la existencia de una denuncia en contra de la narco-polītica, la cuál Alejandro Gertz Manero no quiere investigar. En ella se ha emitido una “Opinio Doctorum” que va a obligar a que México sepa la verdad de esa narco-polītica.
Sólo hay que esperar.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho
Penal del Colegio de Abogados de México, A.C..