Cicuta
Jaime Flores Martínez
Practicantes de un ritual macabro surgido de un mensaje presidencial, los famélicos aspirantes a la primera magistratura comenzaron a frotarse las manos.
Y es que después de someterse a un cateterismo, el presidente Andrés Manuel López Obrador emitió un mensaje que tranquilizó a muchos mexicanos, pero intranquilizó a otros.
El presidente refirió la elaboración de un “testamento político”, una frase que sobresaltó a quienes gozan de una sensible percepción de las señales.
La frase pronunciada por el presidente fue asimilada por algunos ambiciosos como una luz verde que permite la abierta competencia política hacia los comicios del 2024.
Aunque la mayoría de los mexicanos observaron el mensaje de AMLO como una luz de tranquilidad y estabilidad social, algunos otros se sobresaltaron al escuchar la palabra testamento.
Tres días después del mensaje presidencial, la mexicana Ana María Salazar (ex funcionaria estadunidense), publicó que luego de las palabras de AMLO “tenemos que anticipar tres años de inestabilidad política y económica”.
Según Salazar con esta declaración (el testamento político) el presidente nos da a entender lo endeble que está su salud y que no confía en su partido político”.
Aunque el columnista refiere parte de un texto de Ana María Salazar, visiones mayormente objetivas coinciden que López Obrador debió omitir en su mensaje el tema del testamento político.
Si su intención era proyectar su bienestar luego del cateterismo, entonces debió dedicar esos minutos a inyectar tranquilidad a sus gobernados.
Muchos de ellos debieron comprender que el testamento plasma la voluntad del finado.
Así pues, el actual presidente permite que flote en la mente de los perversos, la idea enfermiza de que AMLO les pide a los mexicanos que hagan su voluntad.
Para estos perversos la intención de AMLO es mantener su legado aún si deja de existir.
Positivo
Qué bueno que la sociedad mexicana tiene muy claro que la Pandemia de COVID 19 es un fenómeno que llegó para quedarse y vino a cambiar para siempre la mayoría de nuestros hábitos.
Las actividades diarias ya no son las mismas pues han cambiado. Al menos puede decirse que las cosas son distintas.
De acuerdo a los observadores, los más vulnerables sin duda son los menores en edad escolar.
La escuela es ahora muy distinta, es decir, las clases y la mecánica son distintos.
Ahora los habitantes del mundo vivimos de otra manera, aunque habrá que decir que muchas de esas prácticas vinieron a reforzar al menos las sanitarias.
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